Capítulo V
La trata en primera persona

Periodista

Una víctima relató cómo fue captada por un dirigente de River y explotada en una red de trata.
La trata de personas es un delito que ocurre ante nuestros ojos, todos los días. Y no, no sucede solo en el norte o sur del país. No hay que viajar tan lejos. Así lo explicaron Viviana Caminos, presidenta de la Red Nacional Alto al Tráfico y la Trata (RATT), y Margarita Maira, titular de la Asociación Civil Madres Víctimas de Trata, en entrevista con Newstad. No obstante, faltaba el testimonio más importante: el de una víctima.
Para este especial de trata de personas, Newstad seleccionó la causa contra Alejandro Roemmers, Matías Barreiro y otros, no de forma arbitraria, sino porque retrata la connivencia y los socios de este delito aberrante, que involucra a poderosos empresarios, fuerzas policiales, políticas y judiciales, desde Ushuaia hasta La Quiaca.
En el marco de la causa n.° 1052/2022, declaró en Cámara Gesell una testigo de identidad reservada —luego fue aceptada como querellante—, quien conoció a Matías Barreiro durante la pandemia. De a poco, el dirigente de River Plate fue preguntándole sobre su vida, hasta que encontró lo que necesitaba: que atravesaba por problemas económicos. Obviamente, Barreiro se ofreció a ayudarla. Al principio, de manera desinteresada. Sin embargo, era una trampa. Poco tiempo después, Barreiro mostró su verdadera cara. “Es un lobo con piel de cordero. […] Yo tenía que estar con otras personas”, explicó la testigo.
“Él se aprovecha de personas que están en una situación vulnerable, con baja autoestima o con algún problema, y te hace caer en sus manos porque parece alguien amable, entrador, pero después es todo lo contrario”; así retrató a Barreiro la testigo de identidad reservada. Y no es la única. Todos los testimonios van en la misma línea. Otro hecho que se repite es que Barreiro obligaba a sus víctimas a tomar alcohol y cocaína. Esta última, muchas veces adulterada, con el fin de debilitar todavía más a sus víctimas.
Los testigos también relataron que cada vez que Barreiro tomaba cocaína se transformaba en otra persona. “Se volvía muy agresivo. Sin cocaína era normal, pero después se arrepentía de lo que hacía. Era como si fuera dos personas diferentes”, expuso una de sus víctimas. Parece la descripción del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, personaje creado por Robert Louis Stevenson, pero no lo es.
Barreiro la obligaba a ir a fiestas, bajo amenazas. “En una de ellas, me dio mucho miedo porque había muchas menores, mucha gente, drogas por todos lados: cocaína, alcohol, sexo”, retrató la testigo. Después de este episodio, quiso escapar, pero Barreiro la llamaba entre 25 y 40 veces por día, la insultaba y la amenazaba con que sabía dónde vivía. “Una vez, le llamaron a mi hija de un teléfono privado, pero no contestaron”, contó en la Cámara Gesell. Sin lugar para esconderse, tuvo que cambiar el número de teléfono y mudarse. Y agregó: “Son poderosos y les tengo terror.”

En retrospectiva, la testigo de identidad reservada describió parte del modus operandi de Barreiro: “Si yo que era grande y me angustiaba, no sé qué le puede pasar a chicas más chicas. Él está acostumbrado a todo eso, a captar menores. Porque te hace la entrada de que está todo bien y después te amenaza”. Y sentenció: “Solo sé que estoy segura de que Matías se dedica a la trata de personas.”
Un poco más de dos meses antes, en octubre de 2024, la misma testigo había declarado ante profesionales de la Coordinación Nacional de Rescate y Acompañamiento a Víctimas del Delito de Trata de Personas. Un dato no menor es que la testigo tiene un local de ropa, en una galería, ubicado en la provincia de Buenos Aires. Todos los locales pertenecen al mismo dueño, quien los alquila. Justo previo a su exposición, se produjo un allanamiento a su local. Solo a su negocio. Según pudimos reconstruir, el operativo se realizó a raíz de una llamada anónima. El hecho es, cuando menos, sugestivo.
En el escrito, producto de la declaración de la testigo de identidad reservada, al que tuvo acceso Newstad, los profesionales de la Coordinación Nacional de Rescate y Acompañamiento a Víctimas del Delito de Trata de Personas afirmaron:
“Estos ‘favores’ que el Sr. Barreiro le exigía habrían incluido el ofrecimiento de la Sra. ‘A’ y la consecuente explotación sexual frente a terceros.”
[…]
“En primer lugar, es posible inferir que el Sr. Barreiro se habría aprovechado de la situación de vulnerabilidad de la Sra. ‘A’.”
El testimonio es demoledor. “[…] ‘Él agarra chicas con problemas’. Consultada a qué se refería con ello, mencionó: ‘A mujeres vulnerables’”, figura en el escrito. Barreiro no conoce límites al momento de cazar a su presa: fuertes sumas de dinero, objetos de valor, automóviles, entre otros. El dirigente de River Plate es quien organizaba las “fiestas”, con empresarios de diversos rubros, proveía las drogas e incitaba a los presentes a que “hicieran lo que quisieran” con las personas que había llevado, porque “para eso les pagamos”.
Este es uno de los testimonios. Estamos hablando de jóvenes, hombres y mujeres, mayores y menores, blancos de una red de trata que involucra y alcanza a muchos poderosos. La trata de personas es un delito que ocurre ante nuestros ojos, pero nadie la ve. O no la quieren ver.