Condenada por corrupción e inhabilitada de por vida
“Vamos a volver”: el mensaje de Cristina desde su encierro

Con tono desafiante y sin autocrítica, Cristina habló desde su casa e insistió en que el pueblo la quiere de regreso.
Desde su domicilio, donde cumple prisión domiciliaria por la condena a seis años de cárcel en la causa Vialidad, Cristina Fernández de Kirchner reapareció en escena con un mensaje grabado dirigido a los manifestantes que la respaldaron en Plaza de Mayo. En tono desafiante, la expresidente llamó a “organizarse” políticamente y volvió a pronunciar la consigna que marcó buena parte del relato kirchnerista: “Vamos a volver”.
“Ese país no fue ninguna utopía, lo vivimos durante 12 años y medio”, aseguró, en referencia a sus años de gobierno. En ese contexto, idealizó esa etapa al señalar que “los pibes comían cuatro veces al día, los laburantes podían ahorrar y comprarse una casita, un autito, un terrenito”. Omitió, sin embargo, los índices de pobreza, la inflación descontrolada, el uso político del presupuesto, y la red de corrupción que terminó condenándola.
La expresidente aprovechó el acto para victimizarse y presentar su condena como parte de una maniobra política para impedirle competir. “¿Por qué, si estaba acabada y nadie me temía, no me dejaron presentarme?”, se preguntó, sin mencionar que fue inhabilitada por sentencia judicial luego de un proceso con pruebas y peritajes concluyentes.
“Estoy firme y tranquila, pero no me dejan ni salir al balcón”, ironizó, en un intento de minimizar las condiciones de una prisión domiciliaria impuesta por la Justicia. En esa línea, lamentó no poder regar ni siquiera las plantas de su departamento, como si se tratara de una sanción arbitraria y no de una decisión vinculada a su condena por hechos de corrupción con fondos públicos.
La marcha fue organizada bajo el lema “Argentina con Cristina”, con el apoyo de agrupaciones sociales, gremiales y políticas. Según los organizadores, reunió a más de un millón de personas, aunque no hubo datos oficiales que avalaran esa cifra. La convocatoria tuvo un claro objetivo: mostrar fuerza política en torno a una figura que, pese a su condena, busca mantenerse en el centro de la escena.
Durante la movilización, también se difundió una breve comunicación telefónica en la que la exmandataria evocó el acto del 9 de diciembre de 2015, su despedida del poder. “Fuerza con fuerza, brazo con brazo. Tenemos razón: la razón de los pueblos que no se dejan arrasar y de la patria que no quiere ser colonia”, dijo, insistiendo en una épica que contrasta con el veredicto judicial firme en su contra.
En otro tramo, Cristina sostuvo que “este modelo económico se cae solo”, y acusó a sus adversarios de temerle. “No me dejaron competir porque saben que pierden”, reafirmó. De este modo, volvió a utilizar su situación judicial como plataforma discursiva, desestimando las responsabilidades penales que derivaron en su condena.
“Vamos a volver con más sabiduría, unidad y fuerza”, cerró, reafirmando su voluntad de seguir interviniendo políticamente. “Desde la trinchera que sea, voy a seguir acompañando”, prometió, reforzando su rol como figura central dentro del peronismo, a pesar de los límites legales y éticos que pesan sobre su trayectoria.
La reaparición de la expresidente confirma que, aunque condenada e inhabilitada, sigue siendo el eje de un sector político que no renuncia al personalismo ni al relato épico, aun cuando los hechos —y las causas judiciales— digan otra cosa.