La marcha por dentro
Entre lagrimas, rezos y el desconocimiento de los militantes

Periodista.

La marcha colmó la Plaza de Mayo con jóvenes, artistas y mayores. El himno en silencio y el mensaje de CFK en silencio.
Este miércoles 18 de junio del 2025 a las 14:00 horas en la Plaza de Mayo, aconteció un hecho histórico: multitudes de simpatizantes, militantes y aliados convergieron en el mismo espacio, unidos por una sola causa: protestar en contra de la condena de seis años de su líder Cristina Fernández de Kirchner.
Se esperaba un clima violento con piqueteros, “revolucionarios”, los agitadores de siempre. Sin embargo, sólo había gente que marchaba guiada por el convencimiento de quién le reza al peronismo. De pronto, el tiempo se pausó. Todos muy de pie, serios, con la mano en el pecho. Tenía sentido: tocaron y cantaron entre lágrimas como a alguien que se aferra a la imposible liberación por la presunta inocencia de un prisionero: el himno nacional.
No es todo. “La Suprema” la reencarnación de “Evita” inmolada desde su departamento dirige a sus fieles con un altavoz resonante, nuevamente haciendo un discurso político que colmo la Plaza de Mayo, que llenó de falsas esperanzas y gozo a los opositores del oficialismo:
"Hoy es el momento de demostrar que vamos a defender la democracia con las mismas herramientas con las que la construimos. Sin violencia, pero con coraje, sin miedo, pero con absoluta claridad del momento histórico que estamos atravesando todos los argentinos. Con amor, lo vamos a hacer con mucho amor, como siempre, con amor profundo por esta patria que tantas veces intentaron arrodillar y tantas veces supo levantarse una y otra vez…Yo no sé qué me depara el futuro inmediato, no tengo una bola de cristal. Pero sí se algo. Ya he pasado por casi todo en esta vida", hasta "un intento de asesinato"…Queridos argentinos y argentinas: vamos a volver, y además vamos a volver con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza…Y desde donde me toque estar, desde la trinchera que sea, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar ahí junto a ustedes, como ustedes siempre han estado junto a mí. Pero lo vamos a hacer, porque tenemos algo que ellos jamás van a tener ni van a poder comprar por más plata que tengan: tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria. Vamos a volver. Los pueblos finalmente siempre vuelven".
En la calle hubo una gran variedad de personalidades dispuestas a brindar su testimonio y su sentir de rabia, impotencia e injustica ante la condena de Cristina. Entre tanta gente joven, adulta y de tercera edad, sólo quedaban escombros de la vieja escuela. El adoctrinamiento de más de dos década en sentidos filosóficos, económicos y políticos como la que atañó el kirchnerismo.
Hay un refrán que dice: “El pueblo que no conoce su propia historia, está condenado a repetirla”. Se podría entender hace años sin las facilidades del internet y fuentes verídicas. ¿Ahora? Hicieron su trabajo bien. Se metieron hasta la última neurona del cerebro de los militantes, los programaron y los devoraron. La condena por el juicio de Vialidad se considera injusta y arbitraria, no hay pruebas- decían. ¿Lázaro Baéz? ¿Quién es ese? - Se cuestionaba la multitud. ¿Qué por quién votarían si las elecciones presidenciales fueran mañana? – dentro de un desaforado pensamiento de rebaño: “Lo que diga la líder”. No se cuestiona. No se pregunta. No existe más que otra palabra mesiánica que la de la Señora K para sus ovejas.
Para estas elecciones el peronismo más que nunca se encuentra unido, al frente, son una hermandad que de pronto se quiere. Quien se encuentra en la mira es Kicillof ante la caída de la candidatura de CFK.
Los resultados sólo los sabremos en Octubre para las próximas elecciones de diputados y senadores para el Congreso de la Nación. Quién siga la presidencia será electo después del mandato de Javier Milei democráticamente.
¿Qué deparará el futuro del país? Los actos políticos se están haciendo desde ya. Para bien o mal a criterio de cada uno. Recomendable es leer y desempolvar un libro de historia y conectar todos los excesos y fracasos que habría que saber si los argentinos estarían dispuestos a negociar su alma a falsos profetas y escuchar la misma “misa” de siempre.