Impulso exportador
Vaca Muerta acelera la exportación de crudo: aumento del 42 % en 2025

Exportaciones por 245.000 barriles por día en el primer cuatrimestre. Más recaudación pese a la caída del Brent.
Entre enero y abril de 2025, Argentina exportó en promedio 245.000 barriles de petróleo por día, lo que representa un aumento de 42 % interanual (73.000 barriles más respecto a 2024) y un crecimiento del 24 % frente a la media anual de 2024 (187.000 b/d), según la Secretaría de Energía y el Indec.
Vaca Muerta al frente
La Cuenca Neuquina, hogar de Vaca Muerta, aportó 192.000 b/d, o casi un 78 % del total exportado. Su producción no convencional —principal producto extractivo de shale— ya supera toda la exportación diaria de 2024. Otras áreas también crecieron: la Cuenca del Golfo San Jorge subió un 23 %, sumando 43.000 b/d, mientras las cuencas menores registraron una leve baja de 3.000 b/d .
Mayor exportación, más dólares
Aunque el precio internacional del crudo bajó (Brent pasó de USD 84,7 a USD 73,9 el barril), el aumento de volúmenes permitió una recaudación de USD 2.159 millones entre enero y abril, un 27 % más que los USD 1.703 millones del año anterior . De sostenerse este ritmo, las exportaciones del año superarían con holgura los USD 5.473 millones obtenidos en 2024.
Infraestructura estratégica
El boom exportador encuentra techo en la infraestructura. Sin embargo, ya operan nuevas obras como:
Oldelval Duplicar (expansión de oleoducto)
Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), que conectará Neuquén con Punta Colorada (Río Negro) desde 2026.
Este oleoducto, empujado por YPF, Shell, Chevron, PAE y otras, demandará una inversión estimada de USD 3.000 millones y podría duplicar la capacidad actual.
Gas y autosuficiencia energética
Además del crudo, Vaca Muerta es clave para el gas natural. En el primer trimestre, la producción de gas creció 16 % interanual, alcanzando 2.1 bn pies³/d, y colocando a Argentina como potencial exportador de GNL.
YPF afirma que la explotación sigue siendo viable aún con precios bajando a USD 45 por barril. Junto a proyectos como Southern Energy y alianzas con Shell/Eni, la meta es concretar exportaciones de gas licuado hacia Asia y Europa desde fines de la década .
Impacto macroeconómico
Este modelo exportador fortalece la balanza de energía, agrega divisas al Banco Central y reduce dependencia de importaciones —todo en línea con la meta global de asegurar la soberanía energética nacional.
Vaca Muerta, del descubrimiento al apogeo.
Ubicada en el corazón de la Cuenca Neuquina, Vaca Muerta fue identificada formalmente en 1927 por el geólogo estadounidense Charles Weaver, pero recién casi un siglo después revelaría su verdadero valor: una de las formaciones de hidrocarburos no convencionales más importantes del mundo. Durante décadas se la subestimó por la complejidad de su extracción, hasta que el avance en tecnologías como la fractura hidráulica (fracking) y la perforación horizontal, sumado a la crisis energética nacional, impulsaron su explotación a gran escala. Fue YPF, ya estatizada, quien en 2011 confirmó su potencial en shale gas y shale oil, ubicando a la Argentina en el radar de los grandes jugadores energéticos globales.
Desde entonces, el desarrollo de Vaca Muerta se convirtió en una apuesta estratégica para recuperar la soberanía energética, atraer inversión extranjera y equilibrar la balanza comercial del país. Con reservas estimadas en más de 16.000 millones de barriles de petróleo y 300 billones de pies cúbicos de gas, representa hoy no sólo una esperanza de autosuficiencia, sino también una plataforma de exportación capaz de posicionar a la Argentina como proveedor global de energía. Lo que comenzó como una cuenca relegada entre Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza, es hoy un epicentro industrial clave que atrae inversiones, construye infraestructura crítica y empieza a generar divisas con impacto macroeconómico real.
Vaca Muerta ya no es una promesa: es el motor detrás del impulso exportador argentino. Si la logística acompaña y los precios mundiales se sostienen, el país estará más cerca que nunca de convertirse en un actor relevante en el mercado energético global.