Editorial
Un pueblo con hambre y verdugos felices: los defectos de la democracia

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Matanza mostró una vez más el populismo trabajando para quedarse con el territorio. El factor desorden interno en LLA.
Hoy el frío volverá a azotar como siempre, el suelo de tierra seguirá gélido como cada mañana, el mate cocido y el pan del viernes se volverá a mojar en mate cocido y algo de leche, y la letrina mal colocada al costado de la casilla volverá a ser la única opción. Toca salir con pánico de morir en La Matanza esperando un colectivo, de ser violados o secuestrados por unas zapatillas. Hay que respetar la voluntad del soberano, es lo que votaron más de tres millones de personas. Son los riesgos de la democracia.
Los votantes duros del populismo no entendieron que afilar el cuchillo del verdugo sólo genera más muerte, el verdugo no duda ni yerra, siempre mata al otro. La Matanza es el leading case de la incapacidad de entendimiento: hace 42 años que el mismo signo político destruye el municipio donde ayer arrasaron. Tal vez sea lo que desean o merecen. El populismo arrasó, el Gobierno puede salir fortalecido y arrasar en 2027 o pensar que el mundo enloqueció y desaparecer como una experiencia liberal, depende de los liderazgos.
El brillante y esencialmente coherente y terrenal discurso de Javier Milei se contrapuso con la sangre joven. Mariano Pérez, un adolescente que gracias únicamente a Javier Milei monetiza su canal de streaming, descalificó a todo el espacio político, armadores, a Karina Milei, Martín Menem, rompió todo. Esencialmente dijo que eran todos unos impresentables poniendo impresentables. ¿Habrá algún desvelado que entienda que Pérez es esencialmente la voz de algún otro? Milei fue duro, asertivo y lúcido a la hora de describir lo que pasó, no así la juventud digital maravillosa que tiró piedras desde adentro.
Volvamos el tiempo atrás. Un poco de diario de Lunes nos permite entonces entender.
“Voy a esperar que termines de escuchar este audio, para bloquearte y no volver a hablarte nunca más”. El tipo cumplió, del otro lado del teléfono, enojado con este periodista, está Javier Milei, quien acusa de conspirador y entreguista mi idea. Hablé algunas veces con Milei, siempre me resultó apasionante poder intercambiar ideas con un intelectual absolutamente distinto, pasional, alejado de la rosca y honesto. Le dije que si armaba pequeñas moncloas en distritos del Conurbano con las listas del ala dura del PRO, ganaban intendencias y mostraban un landing territorial querible y de complemento, no imposición, algo que rara vez le cae bien a la política.
No sólo me bloqueó, sino que antes me explicó el motivo de su odiado discurso para con quien le arrimaba una idea con el único objetivo de colaborar con el final del populismo bonaerense, ese que ayer ganó por robo, en cualquier sentido de la palabra. La propuesta era un acuerdo esencialmente con Patricia Bullrich en el Conurbano, donde potenciando listas, dos más dos era mucho más que cuatro. Ayer el Gobierno tomó una clase magistral de la importancia de ir de a poco, entrar pisando con fuerza, ser respetuoso de los que estaban, no despreciar los que hace veinte, treinta, cuarenta años habitan la populosa y olvidada Buenos Aires.
El Peronismo hubiera sufrido una estocada final, que la va a recibir en veinte meses, si los liberales hacían acuerdos distritales. La Moncloa sencillamente permitió que España separe el trigo de la cizaña y avance. Dar por terminadas algunos hechos tristes y lamentables, mirar para adelante y empezar a reconstruir. En el Conurbano, ahí donde en donde no hay cloacas y gobiernan los mismos hace cuarenta años, volvieron a ganar, la batalla cultural cuesta más.
Ahora bien, los armadores deberán hacer una autocrítica. Los candidatos no sumaron demasiado, pero no hubo comunión real, no se percibió un trabajo orgánico y en comunidad para que el espacio político fuera ganador. ¿Será real el posible deseo de una parte de la estrategia violeta de que la otra parte pierda para poder jubilarlos y tomar el control total de la ingeniería electoral para 2027? Chi lo sa.
Los verdugos festejan, los militantes digitales gritan, los dirigentes piensan. Javier Milei tiene ahora en sus manos el potencial triunfo de 2027. El Peronismo trabajará desde hoy temprano para que Axel Kicillof quede fuera de la carrera presidencial, empezando por el peronismo tobillero de la calle San José. Empieza un nuevo round, a enjuagarse la cara y salir a pelear.