Innovación educativa
TUMO: educación innovadora que está transformando a los jóvenes


En un mundo en constante cambio, repensar la forma en que aprendemos es clave para construir políticas con impacto real
En un mundo donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso y los oficios del futuro aún no tienen nombre, repensar los modelos de enseñanza y aprendizaje dejó de ser un debate académico para convertirse en una urgencia estratégica. No se trata sólo de actualizar contenidos o sumar dispositivos digitales a las aulas: la innovación educativa es TUMO, y ya está en la Ciudad.
En ese marco, el caso de TUMO se presenta como una experiencia transformadora y replicable. Un modelo que ya inspira a ciudades del mundo (incluida la Ciudad de Buenos Aires) a animarse a pensar fuera de la caja.
TUMO: una revolución silenciosa en el aprendizaje
TUMO es un centro de aprendizaje no formal, gratuito y extracurricular para adolescentes de entre 12 y 18 años, diseñado para formar a las nuevas generaciones en habilidades creativas y tecnológicas. Las disciplinas que abarca son tan diversas como estratégicas: animación, programación, diseño gráfico, cine, robótica, desarrollo de videojuegos, modelado 3D, música digital y más.
Pero lo que hace de TUMO una experiencia disruptiva no es solo su currícula. Es su lógica de funcionamiento: un sistema híbrido e inteligente que combina autoaprendizaje digital, talleres prácticos guiados por especialistas y laboratorios intensivos liderados por referentes internacionales. Todo con una infraestructura de altísima calidad, diseñada para motivar y hacer que aprender sea una experiencia deseada, no una obligación.
Un modelo nacido en Armenia con impacto global
TUMO nació en 2011 en Ereván, Armenia, de la mano de Sam y Sylva Simonian, dos filántropos armenio-estadounidenses que decidieron devolver al país parte del apoyo recibido a lo largo de sus vidas. Lo hicieron creando un espacio educativo innovador, con una metodología centrada en el desarrollo del talento joven, la creatividad y la autonomía como motores de transformación social.
Marie Lou Papazian, actual CEO de TUMO, lideró el diseño del programa pedagógico y la creación del primer centro, en una Armenia que entonces enfrentaba los desafíos de la posguerra, la migración y un sistema educativo que no lograba dar respuesta a las nuevas generaciones.
Desde aquel primer espacio, el crecimiento fue exponencial: hoy más de 30.000 jóvenes asisten semanalmente a alguno de los 14 centros distribuidos en 10 países, incluyendo París, Berlín, Zúrich, Lisboa y ahora también Ciudad de Buenos Aires, primera sede en América Latina.
Autonomía, tecnología y aprendizaje por proyectos
El modelo TUMO parte de una idea simple pero potente: poner a los jóvenes en el centro de su propio aprendizaje. Cada estudiante elige tres de las ocho disciplinas disponibles, tras una etapa de exploración inicial. Luego avanza por distintos niveles a medida que domina los contenidos, con el acompañamiento de un entrenador y el seguimiento de un equipo de especialistas.
El recorrido combina tres espacios:
- Autoaprendizaje digital, con ejercicios interactivos y feedback individual.
- Talleres mensuales, donde desarrollan proyectos con profesionales del sector.
- Laboratorios intensivos, liderados por expertos internacionales que desafían a los jóvenes a trabajar en equipo y resolver problemas reales.
Este enfoque fomenta la autonomía, el pensamiento crítico, la colaboración y la construcción de un portafolio personal que da cuenta de sus logros y aprendizajes. Es una experiencia formativa y transformadora a la vez.
TUMO Buenos Aires: innovación educativa en clave local
La Ciudad de Buenos Aires decidió ser parte de esta red global y poner en marcha su propio centro TUMO, en un proyecto conjunto entre el Gobierno porteño y la organización internacional. El centro está dirigido a jóvenes de entre 12 y 18 años que vivan o estudien en la ciudad, y funciona como una propuesta extracurricular, gratuita y opcional.
La sede local replica el espíritu del modelo original. Las disciplinas ofrecidas incluyen programación, diseño gráfico, producción audiovisual, animación, música digital, videojuegos, robótica y modelado 3D. Los adolescentes eligen tres áreas y avanzan a su ritmo, guiados por profesionales locales y con acceso a tecnología de última generación.

TUMO Buenos Aires no busca reemplazar a la escuela, sino complementarla. Es una política pública que apuesta a ampliar el horizonte de posibilidades para los jóvenes, especialmente aquellos con menos acceso a herramientas digitales de calidad.
Educar para transformar: políticas públicas con visión de futuro
La experiencia de TUMO nos deja varias lecciones. La primera: que es posible innovar en educación con modelos flexibles, tecnológicos, inclusivos y de alta calidad. La segunda: que copiar lo que funciona no es debilidad, sino inteligencia estratégica, siempre que se adapten los modelos a las particularidades del territorio. Y la tercera, quizás la más importante: que invertir en la formación de nuestros jóvenes no es un gasto, sino la decisión política más inteligente que podemos tomar como sociedad.
Repensar cómo, qué y para qué aprendemos es un deber de este tiempo. Y animarse a hacer, como hizo Armenia hace más de una década, puede ser el primer paso para diseñar los futuros que queremos habitar.
Para más información: https://tumo.ar/