Mundial de Clubes
Se terminó el cuento del fútbol europeo


Los equipos europeos no pudieron superar a los sudamericanos en la mitad de los partidos que disputaron entre sí y el mundo del fútbol habló la paridad en los trámites de juego que no reflejaron esa superioridad abismal que nos habían vendido.
Durante años nos comieron la cabeza con la idea de que el fútbol europeo está a años luz del sudamericano. Que la Champions es otro deporte, que los equipos de acá no tienen ninguna chance contra cualquiera de los de allá. Pero este Mundial de Clubes fue una cachetada a ese relato. Se terminó el chamuyo. En el primer torneo en el que realmente se cruzaron más allá de una final aislada entre el mejor de cada confederación, no hubo supremacía abrumadora. Hubo una muestra de varios partidos y la verdad fue otra.
De los 12 partidos disputados entre equipos europeos y sudamericanos, los europeos no pudieron superar a los sudamericanos en la mitad. Es un dato objetivo contundente, pero más revelador fue lo que se vio en el campo de juego. Casi todos estos duelos fueron parejos, y en muchos el equipo sudamericano fue superior, incluso más allá del marcador. No voy a meterme en algún que otro arbitraje (donde hasta incluso curiosamente el equipo europeo fue favorecido por un árbitro europeo), pero hablando estrictamente de fútbol, los equipos sudamericanos demostraron tener armas distintas, desde lo defensivo y en la fricción.
El choque de estilos elevó el atractivo del torneo, dejando claro que en Sudamérica se destruye y repliega diferente, así como en contra partida hay más dificultades (y menos predisposición) para construir juego. Algo que quizás en el fondo ya sabíamos, de ver cómo en las eliminatorias sudamericanas a las estrellas que vienen de ligas europeas les cuesta más desequilibrar. El campeón de la Libertadores, Botafogo, le ganó al campeón de la Champions, PSG, con un repliegue defensivo que difícilmente se ve en Europa. Luis Enrique lo dijo sin vueltas: “Botafogo es el equipo que mejor nos ha defendido en toda la temporada, tanto en Liga como en Champions”.
Y sí, nadie discute que equipos como Bayern Múnich o PSG estén por encima de los equipos de Sudamérica. Son equipazos, como lo fueron en su momento el Barcelona de Messi o el City imparable de hace unos años. El punto es: también están por encima del resto de los europeos. Esos cuatro o cinco clubes, potencialmente ganadores de la Champions, son super selecciones y no representan el nivel general de la Champions ni de sus ligas. El PSG no es sinónimo de la Ligue 1; el Bayern no refleja la Bundesliga. Ni siquiera el Borussia Dortmund está a su altura, y se lo vio superado por Fluminense… y hasta por Monterrey. Es que una cosa es comparar el mejor equipo de Europa con el mejor de Sudamérica (que era el partido anual que antes teníamos de muestra) y otra comparar múltiples equipos, como vimos durante este mundial.
En Inglaterra hay más de un par de equipos importantes, sí, pero aun dentro de un contexto polarizado y bajo mecánicas de juego que distan del “matar o morir” de estos torneos. En la Premier se ve un juego de ida y vuelta sin mediocampo, como un partido de handball, a ver quién hace más goles. Incluso se da que el equipo chico le gana momentáneamente al grande y este le empata de contragolpe. Mucha dinámica vertical, poca fricción. Acá cada partido es una batalla, y en general, la altura de las líneas (de los dispositivos tácticos) de los equipos refleja el marcador. No prepondera esa polarización marcada. Es por eso que jugadores como Alexis Mac Allister brillan más allá que lo que hacían en Boca: Liverpool vs Crystal Palace es menos desafiante que Boca contra cualquier equipo de primera en Argentina.
Se repite que “los mejores jugadores están en Europa”, pero hay que matizar esa frase. Primero, porque muchos de los que hoy brillan allá estuvieron acá hasta hace poco, y en definitiva también hoy hay acá jugadores que mañana van a estar allá… Segundo, porque una cosa es tener a los mejores y otra es formar equipos íntegros con jugadores que sean de ese nivel. El Benfica no es todo jugadores del nivel Di María y Otamendi. Sinceramente, me dio la impresión que ahora sin el Fideo no tienen nada…
También hay que decir que Argentina no mandó a sus mejores representantes. No por historia, sino por presente. Boca no clasificó a las últimas dos Libertadores, venía de cambiar DT y aun así fue superior al Benfica, equipo habitual de cuartos de final de Champions. Contra Bayern, se dio creo el partido dónde realmente vi más diferencia entre las confederaciones, pero insisto, es quizás el caso entre un top europeo vs el representante de Conmebol menos clasificado. Pese a todo esto, Boca tuvo su momento en el partido a partir de pelear cada pelota como la última. River, por su parte, mereció clasificar. Fue claramente superior a Monterrey y le jugó un gran partido al Inter. A pesar de tener todo el mediocampo suspendido para dicho encuentro, durante el primer tiempo hizo uno contra uno en toda la cancha, y solo cuando quedó con diez en el segundo fue superado, al tener que dejar espacios para ir a buscar la clasificación aún en inferioridad numérica.
Y mientras tanto, a pesar de la paridad en los partidos algunos hacen alusión a que al final de cuentas clasifican más europeos. ¿Qué cuentas? ¿Las de cantidad de representantes? Si van 12 europeos y 6 sudamericanos, tiene que ser muy pobre lo de Europa para que lleguen a semifinales 2 de cada confederación cuando parten el doble de equipos. Es matemática básica. Incluso si quedan afuera 6 de cada lado, aún quedan 6 europeos. Y, al fin y al cabo, ¿Quién fue el campeón? Chelsea, uno de los tantos europeos (no pasemos por alto el dato que es el que más invirtió en los últimos años) que, así como le ganó, por ejemplo, a Palmeiras en un partido parejo también fue superado ampliamente por Flamengo, lo que demuestra la paridad.
Nadie tiene la verdad en el fútbol, mucho menos yo. Pero si no les basta mi humilde opinión, creo que la siguiente declaración de Guardiola en conferencia de prensa resume bastante lo ocurrido en el torneo: “Salvo uno o dos, todos los partidos son parejos. La gente dice ‘qué sorpresa, perdió un equipo europeo’… Bienvenidos al mundo real, amigos”.
Courtois, arquero del Real Madrid, lo remató mejor que nadie: “Nosotros que conocemos el fútbol, nunca hemos dudado del nivel. Si le crees a cuatro tuiteros que piensan que el nivel (de Sudamérica) es una mierda, pues te equivocas”.
Son algunas de las tantas opiniones de las que el mundo del fútbol se hizo eco durante el torneo, por no verse esa superioridad abismal que algunos imaginaban, dejando este tema en el centro de la escena. Ojalá sirva para que la Conmebol obtenga más cupos en la próxima edición y así más chances. Sudamérica merece más lugar. Por historia, por mística y por pasión.