Santoral
Santos del día: 12 de noviembre
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San Millán de la Cogolla, ermitaño nacido en Berceo en el siglo V, es recordado por su vida de oración y sus milagros.
Este miércoles 12 de noviembre de 2025, la Iglesia Católica recuerda a varios santos y beatos. Entre ellos destacan San Millán de la Cogolla, San Nilo, San Macario, San Hesiquio, San Cuniberto, San Labuino y San Josafat Kuncewicz, entre otros.
San Millán o Emiliano de la Cogolla
Emiliano de la Cogolla (en latín Æmilianus, conocido en castellano medieval como Millán) nació en Berceo (La Rioja) hacia el año 472 y murió en el Monasterio de San Millán de Suso en 573, a los 101 años. Fue ermitaño, discípulo de Felices de Bilibio, y es considerado santo y patrón de Castilla y Navarra, además de copatrón de España.
Sus reliquias, junto con las de su maestro, se conservan en el Monasterio de San Millán de Yuso.
Juventud y vocación
Hijo de un pastor, Millán trabajó en ese oficio hasta los veinte años. En una época en que el ideal ascético se expandía por Occidente, decidió retirarse a una vida de soledad y oración.
Eligió un rincón montañoso en la vertiente oriental de la Sierra de la Demanda, donde excavó con sus propias manos una celda en la roca para dedicarse a la contemplación. Posteriormente fue ordenado sacerdote por el obispo Dídimo de Tarazona alrededor del año 560.
Tras haber conocido tanto la vida clerical como la eremítica, regresó al retiro absoluto, estableciéndose en el monasterio de Suso, donde vivió hasta su muerte.
Vida y milagros del santo
Su iniciación como ermitaño comenzó junto al también eremita Félix de Bilibio, “varón santísimo”, con quien vivió tres años en los Riscos de Bilibio, cerca de Haro. Luego se internó en los montes Distercios o Cogollanos, donde levantó altares y pasó cuarenta años en soledad.
El obispo Dídimo, impresionado por su santidad, lo nombró sacerdote de su villa natal, Berdejo, aunque fue acusado injustamente de malgastar bienes eclesiásticos debido a su caridad con los pobres. Abandonó el cargo y volvió a la soledad en las cuevas de Aidillo, donde más tarde se erigiría el Monasterio de Suso.
A su alrededor se formó una comunidad de discípulos —Aselo, Cotonato, Geroncio, Sofronio y una mujer llamada Potamia— que dio origen al movimiento monástico de San Millán.
Falleció a los 101 años, y su sepulcro pronto se convirtió en centro de peregrinaciones de reyes y condes castellanos.
El milagro de los bueyes
En 1053, el rey García Sánchez de Navarra intentó trasladar los restos de San Millán al recién fundado Monasterio de Santa María la Real de Nájera.
Sin embargo, los bueyes que tiraban del carro se negaron a avanzar, interpretándose el hecho como un milagro. En el sitio donde se detuvieron, el monarca ordenó levantar un nuevo monasterio: el Monasterio de Yuso, donde reposan las reliquias del santo.
San Millán, patrón de Castilla y Navarra
Durante la batalla de Simancas (939), en la que el rey Ramiro II de León, el conde Fernán González de Castilla y García Sánchez I de Navarra se enfrentaron al califa Abderramán III, la tradición cuenta que Santiago Apóstol y San Millán se aparecieron en defensa de las tropas cristianas.
Desde entonces, fue proclamado patrono de los castellanos y navarros, quienes prometieron pagar los “Votos de San Millán”, tributos en honor al santo.
Pese al predominio del culto a Santiago tras la unión de Castilla y León, los castellanos continuaron venerando a San Millán, reivindicándolo incluso en las Cortes de 1373 y en los debates del siglo XVII sobre los patronos del reino. Su condición de copatrón de España se mantuvo hasta las reformas del Concilio Vaticano II.
Milagros, culto e iconografía
Los milagros atribuidos a San Millán incluyen curaciones, conversiones y su intervención celestial en batallas. En la iconografía, aparece como pastor, monje o sacerdote, y en el arte barroco, como guerrero que combate junto a los cristianos contra los moros, similar a la figura del apóstol Santiago.
En los marfiles del arca relicario se lo representa curando enfermos o venciendo a Satán, símbolo de su lucha espiritual.
Además, el Pico San Millán (2.131 m), la montaña más alta de la provincia de Burgos, lleva su nombre en homenaje al santo riojano.
Fuentes y legado literario
Su vida fue narrada por San Braulio de Zaragoza en la Vita Æmiliani, escrita medio siglo después de su muerte, y más tarde por Gonzalo de Berceo en su poema Vida de San Millán de la Cogolla, considerado la primera obra poética en lengua castellana.
También se conservan los textos latinos Liber Translationis Sancti Emiliani y Miracula Beati Emiliani, que relatan los milagros y la traslación de sus reliquias, traducidos en el siglo XV al castellano.
Otros santos y beatos del 12 de noviembre
Además de San Millán, el santoral católico recuerda a:
- San Josafat Kuncewicz, obispo mártir por la unidad de la Iglesia
- San Nilo de Ancira
- San Macario de Mull
- San Hesiquio de Vienne
- San Cuniberto de Colonia
- San Labuino de Daventer
- Santos Benito, Juan, Mateo e Isaac de Kasimierz
- Beato Juan Cini “de la Paz”
- San Margarito Flores
- Beato José Medes Ferris
El sentido del santoral
El santoral católico es el calendario que conmemora a quienes fueron reconocidos por la Iglesia por su virtud o martirio. Su fuente principal, el Martirologio Romano, reúne casi 7.000 nombres.
El 12 de noviembre, la figura de San Millán de la Cogolla recuerda el valor de la humildad, la oración y el servicio, virtudes que lo convirtieron en símbolo espiritual de Castilla y uno de los santos más venerados de la península ibérica.

