Santos
Santoral del martes 30 de septiembre de 2025: San Jerónimo
/https://newstadcdn.eleco.com.ar/media/2025/09/santo_2.jpeg)
Nacido en Estridón, San Jerónimo dedicó su vida al estudio de las Escrituras y a la traducción de la Biblia al latín, conocida como Vulgata.
San Jerónimo: traductor de la Biblia y doctor de la Iglesia
San Jerónimo nació en Estridón, un oppidum situado en la frontera entre Dalmacia y Panonia que fue destruido por los godos en el año 392. Su nacimiento se sitúa entre los años 331 y 347, aunque la mayoría de los estudiosos lo ubican hacia mediados del siglo IV, ya que era niño cuando murió el emperador Juliano el Apóstata.
Hijo de padres cristianos acomodados, fue inscrito como catecúmeno desde pequeño. Su nombre, Jerónimo, significa “el que tiene un nombre sagrado”. Desde muy joven dedicó su vida al estudio de las Sagradas Escrituras, convirtiéndose en uno de los mayores eruditos de su tiempo.
A los doce años viajó a Roma con su amigo Bonosus para formarse bajo la guía del célebre gramático Elio Donato. Allí adquirió un profundo dominio del latín y el griego, inspirado sobre todo por Cicerón, cuyo estilo imitó. Aunque en un comienzo dedicó más tiempo a los clásicos que a los textos religiosos, poco a poco fue descubriendo su vocación teológica.
Durante su juventud viajó a las Galias y a Tréveris, donde entró en contacto con el naciente monacato y comenzó a consagrarse a Dios. En sus años en Antioquía sufrió graves enfermedades y, en medio de una crisis espiritual, tuvo un célebre sueño en el que se le reprochaba ser “ciceroniano y no cristiano”. A partir de entonces abandonó los estudios profanos y profundizó en la Biblia, aprendiendo hebreo con la ayuda de un maestro judío.
Más adelante, se retiró al desierto sirio de Qinnasrin, donde practicó una vida ascética y de penitencia. Allí descubrió sus límites físicos, pero también reafirmó su vocación. Posteriormente fue ordenado presbítero en Antioquía y completó sus estudios bíblicos en Constantinopla bajo la guía de Gregorio Nacianceno, además de traducir y comentar obras de Orígenes y Eusebio de Cesarea.
En el año 382 regresó a Roma, donde el papa Dámaso I lo nombró su secretario y le encomendó una misión fundamental: la traducción de la Biblia al latín. Así nació la Vulgata, versión que unificó y purificó las múltiples traducciones existentes y que fue, durante siglos, el texto bíblico oficial de la Iglesia.
Tras la muerte de Dámaso, Jerónimo partió definitivamente hacia Tierra Santa. En Belén fundó monasterios para hombres y mujeres, impulsados por su colaboradora Santa Paula. Allí pasó sus últimos 35 años dedicado al estudio, la enseñanza y la traducción de la Biblia. Murió el 30 de septiembre de 420, a los 80 años. La Iglesia lo recuerda también como patrono de los traductores y, en su honor, cada 30 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Traducción.
Otros santos recordados hoy
Además de San Jerónimo, la Iglesia conmemora en esta jornada a:
- Amado de Nusco
- Antonino de Piacenza
- Gregorio el Iluminador
- Honorio de Cantorbery
- Ismidón de Die
- Simón de Crespy
- Eusebia de Marsella
- Sofía
Estos nombres forman parte del Martirologio Romano, el catálogo oficial que recopila los santos y beatos reconocidos por la Iglesia, y que el Vaticano actualiza con cada canonización.