Ejemplo de fe
Santoral del 27 de agosto: Santa Mónica y otros santos del día
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Nacida en Tagaste, en la actual Argelia, vivió entre pruebas familiares y una profunda vida de oración.
Cada 27 de agosto, la Iglesia Católica recuerda a Santa Mónica, madre de San Agustín, junto a otros santos cuyas onomásticas también se celebran en esta fecha.
Santa Mónica: una vida de fe, paciencia y amor maternal
Mónica nació en Tagaste, en la actual Argelia, en el seno de una familia cristiana de larga tradición. Sus padres confiaron su educación a una criada también cristiana, lo que contribuyó a su temprana inclinación por la vida de oración y devoción espiritual.
Siendo muy joven, se casó en Tagaste con Patricius (o Patricio), un hombre mayor que ella, pagano, de temperamento violento y con hábitos libertinos. A pesar de las tensiones que sus limosnas y oraciones generaban en él, Patricio siempre la trató con respeto. Mónica soportó con paciencia sus infidelidades y cóleras, ganándose con el tiempo el afecto de su suegra y logrando la conversión de su esposo al cristianismo poco antes de su muerte. Viuda desde entonces, decidió no volver a casarse.
La santa tuvo tres hijos que sobrevivieron a la infancia: los varones Agustín y Navigio, y una hija cuyo nombre se desconoce, aunque algunas tradiciones la llaman Perpetua o Melania. Durante la infancia de Agustín, Mónica sufrió al no poder asegurar su bautismo. Cuando el niño enfermó gravemente, obtuvo de Patricio el permiso para bautizarlo, pero este se retractó tras su recuperación. La alegría por su salud se tornó en preocupación, pues Agustín llevó una vida indisciplinada y, en sus propias palabras, ociosa.
Ya adolescente, Agustín fue enviado a estudiar a Maduros y luego, con 17 años, a Cartago, donde se sumergió en una vida de desorden moral y abrazó el maniqueísmo, apartándose de la fe de su madre. Mónica, desesperada, llegó incluso a echarlo de su casa, aunque poco después una visión la movió a reconciliarse con él. Consultó a un obispo, quien la consoló con una frase que la historia conservaría para siempre:
"No se perderá el hijo de tantas lágrimas."
Convencida de que la oración y el amor eran el camino, siguió a Agustín a Roma —donde él viajó a escondidas— y, al encontrarlo ya en Milán, lo acompañó. Allí conoció al obispo Ambrosio de Milán, quien fue decisivo para la conversión de Agustín después de 17 años de resistencia. La madre, el hijo y el nieto Adeodato vivieron seis meses de verdadera paz en Rus Cassiciacum (actual Cassago Brianza), hasta que Agustín fue bautizado a los 28 años en la iglesia de San Juan Bautista de Milán.
En el viaje de regreso a África, la familia se detuvo en Ostia, donde la muerte sorprendió a Mónica. Las páginas más conmovedoras de las Confesiones de San Agustín nacieron de ese dolor y gratitud. La Iglesia la venera hoy como modelo de madre cristiana, de bondad, paciencia y fe inquebrantable, incluso en medio de las pruebas más duras.
El santoral y su tradición
El Martirologio Romano, catálogo oficial del Vaticano, actualiza cada año los nombres de hombres y mujeres que, como Mónica, vivieron ejemplarmente su fe y fueron canonizados. Aunque la tradición de celebrar el santo ha perdido fuerza en comparación con épocas pasadas, sigue siendo un momento especial para quienes honran a los santos que llevan su nombre.
Celebrar la onomástica es recordar la vida ejemplar de quienes nos precedieron y son testimonio de virtud cristiana. Es una costumbre profundamente arraigada en la cultura de los pueblos de tradición católica.
Santos que también se celebran hoy, 27 de agosto
Además de Santa Mónica, en esta jornada la Iglesia conmemora a:
- Antusa, mártir
- David Lewis
- Gebhardo de Constancia
- Guarino de Sión
- Juan de Pavía
- Licerio de Couserans
- Narno de Bérgamo
- Poemeno de Tebaida
- Rufo de Capua