El prófugo más buscado
Revés para el prófugo acusado de trata
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El empresario está acusado de captar jóvenes prometiendo trabajo y explotarlas sexualmente en Buenos Aires.
Gastón Guillemet continúa en el centro de una de las búsquedas más insistentes del sistema judicial argentino. Casi dos años después de que el Ministerio de Seguridad, bajo la conducción de Patricia Bullrich, fijara una recompensa de cinco millones de pesos por información que permita localizarlo, el empresario sigue sin aparecer. Es considerado uno de los prófugos más peligrosos e importantes, acusado de tratar de personas y de haber captado a adolescentes y jóvenes mediante engaños vinculados a supuestos empleos en Buenos Aires.
Los hechos que lo involucran se remontan a diciembre de 2010, cuando él tenía 22 años. De acuerdo con la investigación, viajó a Villa Berthet, en Chaco, con el objetivo de reclutar víctimas, aprovechando la situación de vulnerabilidad de chicas de 14, 17 y 19 años. A todas les prometió oportunidades laborales en Buenos Aires. Sin embargo, una vez que llegaron a la ciudad, fueron sometidas a explotación sexual. Las jóvenes desconocían completamente la intención real del empresario, que habría actuado con planificación y aprovechándose de su necesidad económica y emocional.
Cuando se libró la orden de detención, los vecinos de su entorno en Adrogué quedaron conmocionados. Allí vivía junto a su familia, en un barrio residencial del partido bonaerense de Almirante Brown, y muchos lo conocían como un hombre dedicado al trabajo en la empresa familiar, que distribuía materiales para la construcción. Esa imagen de “buen padre” se derrumbó de un día para otro cuando la policía acudió a buscarlo. Su fuga consistió en un movimiento rápido y calculado, según describieron investigadores que siguieron sus últimos pasos.
El caso retomó actualidad en las últimas horas, cuando la Corte Suprema de Justicia rechazó un recurso presentado por su defensa. Los ministros Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti no hicieron lugar a la queja que buscaba anular el segundo juicio pendiente. La estrategia de la defensa apuntaba a declarar extinguida la acción penal, pero el máximo tribunal mantuvo firme la continuidad del proceso y dejó en claro que no habrá ningún avance mientras el acusado se mantenga en rebeldía.
Guillemet, de 37 años, está prófugo desde el 9 de octubre de 2023. Logró escapar justo antes de que comenzara el nuevo debate oral ordenado por la Cámara Federal de Casación Penal. En el primer juicio, el Tribunal Oral Federal N.º 7 lo había condenado a tres años de prisión por dos de los hechos, al considerar que no sabía que una de las víctimas tenía 17 años, y lo absolvió por el caso de la adolescente de 14. El fiscal general Diego Luciani había solicitado una pena de 11 años. La Casación revocó ese fallo y pidió un nuevo juicio, pero el acusado nunca se presentó.
La Secretaría de Captura de Prófugos (Secap), dependiente de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri) a cargo de José María Campagnoli, lo considera un objetivo prioritario. Las autoridades sostienen que su detención es crucial para evitar nuevos riesgos y garantizar que el juicio pendiente pueda desarrollarse.
En paralelo, la Cámara de Casación dispuso suspender todos los recursos de la defensa hasta que Guillemet se presente ante la Justicia. Ese freno motivó un nuevo planteo ante la Corte Suprema, que volvió a cerrar las puertas. La jurisprudencia del máximo tribunal es contundente: un prófugo no puede dialogar procesalmente con la Justicia mientras se mantenga en esa situación. Esto implica que no podrá reclamar, apelar ni solicitar decisiones favorables hasta que se entregue.
Mientras tanto, la orden de captura nacional e internacional sigue vigente. La causa continúa abierta, y la búsqueda del empresario es considerada una prioridad para las autoridades judiciales y policiales. Cada intento de la defensa por frenar el avance del expediente encuentra la misma respuesta: primero debe presentarse.

