Martirologio Romano
¿Qué santos se celebran hoy, 25 de agosto? La historia de San Aredio
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Hijo de nobles y canciller real, Aredio dejó la corte para dedicarse a la vida religiosa.
El calendario litúrgico cristiano celebra en esta jornada a San Aredio, una de las figuras más veneradas del siglo VI, junto con otros santos cuya memoria se honra cada 25 de agosto.
¿Quién fue San Aredio? Una vida de fe y diplomacia
San Aredio (o Aredius) nació en una familia noble de Limoges, hijo del terrateniente Jucundus y de su esposa Pelagia. Desde joven estuvo vinculado a las altas esferas de poder, creciendo en la corte de Teodeberto I de Austrasia. Antes del año 540, fue designado canciller, cargo que le dio experiencia en asuntos políticos y diplomáticos.
Su vida, sin embargo, dio un vuelco espiritual gracias a la influencia del obispo Nizier de Tréveris, quien le animó a dejar la vida cortesana e ingresar a un monasterio. Tras recibir la tonsura, cuenta la tradición que mientras se cantaba un salmo, una paloma se posó sobre su cabeza y permaneció allí un buen rato, gesto interpretado como señal divina.
La muerte de su padre y su hermano, hacia 540 o 545, lo llevó a regresar a su tierra natal para administrar los bienes familiares. En Attanum, Aredio fundó entre los años 564 y 572 un monasterio bajo la regla de San Basilio, que llegó a tener filiales en Vigeois y Excideuil, en la región del Périgord.
Peregrino, coleccionista de reliquias y taumaturgo
La espiritualidad de Aredio no se limitó a la vida monástica. Como peregrino, recorrió lugares santos de la Galia: visitó las tumbas de San Julián de Brioude, de Santa Radegundis de Poitiers y de San Martín de Tours. Durante sus viajes adquirió varios relicarios —entre ellos, reliquias de San Martín— y, según la tradición, obró algunos milagros.
Además, coleccionó relatos de prodigios y milagros, que compartió con su amigo Gregorio de Tours, quien lo menciona en su célebre Historia Francorum. Otro de sus amigos, el poeta Venancio Fortunato, le dedicó un poema en el año 576, homenajeando su santidad y su influencia.
Su papel en la diplomacia franca
La experiencia de Aredio como canciller le permitió participar en delicadas gestiones diplomáticas. Tras la muerte de Chilperico I de Aquitania, intercedió entre el duque Desiderio y el rey Gontrán I de Francia, lo que culminó con el Tratado de Andelot, firmado el 28 de noviembre de 587. Su vida, por tanto, combinó el fervor religioso con una notable habilidad para mediar en conflictos políticos.
Muerte y legado
Aredio murió de tifus a edad avanzada y fue sepultado en la iglesia de su propio monasterio. Su vida dejó una huella profunda en la espiritualidad franca y en la tradición cristiana de la época merovingia. Su festividad recuerda no solo su santidad, sino también su capacidad de influir en su tiempo a través de la fe, la cultura y la diplomacia.
Otros santos de este 25 de agosto
Aunque San Aredio es el santo más destacado de esta fecha, el santoral incluye a muchas otras figuras. Hoy también se celebra la onomástica de:
- Ginés de Arlés
- Geruncio de Itálica
- Gregorio de Utrecht
- José de Calasanz
- Luis Rey
- Menas de Constantinopla
- Patricia
- Severo de Agde
- Tomás Cantelupe
El Martirologio Romano, una especie de enciclopedia oficial del Vaticano que se actualiza con cada canonización, conserva la memoria de todos ellos, asegurando que cada jornada del calendario litúrgico honre a hombres y mujeres que dedicaron su vida a Dios.