Santos
¿Qué santo se celebra hoy? Santoral del jueves 4 de diciembre
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La Iglesia celebra hoy a Santa Bárbara, mártir y patrona de artilleros y mineros.
Este jueves 4 de diciembre, la Iglesia católica celebra en su calendario litúrgico a Santa Bárbara, San Heraclas, San Melecio, San Apro, San Sigiramnio, San Sola y Santa Adrehildi, junto a otras conmemoraciones de santos y beatos.
Santa Bárbara, patrona del rayo y de los artilleros
Según el Martirologio Romano, hoy se recuerda a Santa Bárbara, venerada como virgen y mártir en Nicomedia, en la actual Turquía, entre los siglos III y IV. Su figura destaca en la tradición cristiana por la fuerza simbólica de su martirio, vinculado al rayo y a la fe inquebrantable frente a la persecución.
La leyenda señala que su padre, Dióscoro, un pagano de alto rango, la mantuvo recluida en un castillo para decidir su matrimonio y evitar cualquier influencia cristiana. Durante una de sus ausencias, Bárbara recibió el bautismo y consagró su virginidad a Cristo. Al conocer su conversión, Dióscoro la denunció ante las autoridades romanas. Tras torturas, y frente a la negativa de Bárbara a renunciar a su fe, fue condenada a muerte. El propio Dióscoro la decapitó, pero, según la tradición, un rayo cayó sobre él en el mismo instante, provocándole la muerte.
Por ese motivo, Santa Bárbara es patrona de artilleros, mineros, bomberos, canteros y todos aquellos que trabajan con fuego o explosivos, además de protectora contra tormentas y tempestades.
Hagiografía
Orígenes y leyenda
La tradición sitúa el nacimiento de Santa Bárbara en el siglo III, aunque existen dos versiones sobre su lugar de origen: Nicomedia, cerca del mar de Mármara (actual Turquía), o Baalbek, la antigua Heliópolis de Fenicia, en el actual Líbano. Era hija de Dióscoro, un sátrapa pagano que la mantuvo encerrada para impedir tanto su matrimonio temprano como el contacto con la comunidad cristiana.
Durante su reclusión recibió formación en poesía, filosofía y otras disciplinas, lo que alimentó su espíritu intelectual. Aprovechando la ausencia de su padre, envió un mensaje a Orígenes, uno de los grandes eruditos de la Iglesia primitiva, para instruirse en la fe cristiana. Tras recibir el bautismo, mandó abrir una tercera ventana en su habitación para simbolizar la Santísima Trinidad, gesto que provocó la ira de su padre cuando descubrió su conversión.
Al revelarse cristiana y negarse al matrimonio pactado, Dióscoro intentó matarla en honor a los dioses paganos. Bárbara consiguió huir y refugiarse en una roca que, según la leyenda, se abrió milagrosamente para protegerla. Finalmente fue capturada y sometida a tormentos similares a los de San Vicente: potro, flagelación, desgarramientos con rastrillos de hierro, lecho de cerámica afilada y quemaduras con hierros candentes.
Tras el juicio, fue condenada a muerte por decapitación y ejecutada por su propio padre. Un rayo cayó sobre él tras el acto, interpretado como castigo divino.
Culto y expansión
El padre carmelita Claudio de San José describe en manuscritos antiguos el fervor con el que se veneraba su sepulcro, del que se reportaron numerosas curaciones milagrosas. La devoción a la santa se consolidó especialmente desde el siglo VIII, lo que llevó a que sus reliquias fueran trasladadas primero a Constantinopla y más tarde a Venecia.
En 1568, el papa San Pío V confirmó oficialmente su culto, incorporándola a la lista de los catorce santos auxiliadores, invocados en situaciones extremas. Su memoria litúrgica se celebra el 4 de diciembre, fecha vinculada a su martirio y nacimiento según la tradición.
La fuerte asociación de Santa Bárbara con el rayo y las explosiones explica que su nombre se use para designar los polvorines y depósitos de explosivos en la navegación y en la ingeniería militar (santabárbara). También es protectora contra tormentas, centellas y temporales, origen del popular dicho: “acordarse de Santa Bárbara cuando truena”, expresión que alude a quienes buscan soluciones solo cuando el problema estalla, o a quienes acuden a los otros únicamente en momentos de necesidad.
Reliquias
Las reliquias de Santa Bárbara siguieron un extenso recorrido a lo largo de los siglos:
- Fueron trasladadas a Venecia entre los años 991 y 1009 por María Argyropoula, princesa bizantina.
- En 1108, una princesa de nombre Bárbara Komnena, casada con el príncipe de Kiev, llevó consigo las reliquias al Monasterio de San Miguel de las Cúpulas Doradas (Kiev).
- Durante las guerras napoleónicas, fueron trasladadas al templo de San Martín, en la isla de Burano, donde se conservan en una capilla dedicada exclusivamente a la santa.
- Una parte llegó al santuario de Santa Bárbara del Ática (Grecia).
- En Valencia, se conserva la columna donde fue martirizada, ubicada en la iglesia de San Juan del Hospital, y en Moncada se venera una falange traída desde Roma.
- En Ecuador, se halló un medallón atribuido a la santa en la parroquia de Portoviejo, objeto de una tradición local que lo considera portador de prodigios.
Simbología e iconografía
Santa Bárbara posee una rica iconografía desarrollada desde el siglo VIII. Sus atributos más característicos son:
- La torre con tres ventanas, símbolo de la Trinidad y de su reclusión. Puede aparecer a su lado o en miniatura entre sus manos.
- La palma del martirio.
- Plumas de pavo real, símbolo de inmortalidad y resurrección.
- La espada, instrumento de su decapitación y emblema de su fe firme.
- Un cáliz, representación de su conversión y consagración.
- La corona, ya sea como princesa o formada por varias torres.
También se la vincula con piedras y bloques de cantera, como patrona de los canteros; con mantos rojos, que evocan la sangre de Cristo; y con símbolos militares, especialmente cañones cruzados, propios de la heráldica artillera.
Artistas como Jan van Eyck, Robert Campin, Cosimo Rosselli, Francisco de Goya y Gonçal Peris plasmaron su figura en obras memorables a lo largo de los siglos.
Patronazgo y tradiciones
Santa Bárbara es patrona de quienes trabajan con explosivos: artilleros, zapadores, mineros, fundidores, electricistas, feriantes y canteros. En Asturias y León se le dedica el célebre himno “Santa Bárbara bendita”, y en Cantabria se conserva una antigua tradición para invocarla contra el granizo y las tormentas, con plegarias como:
“Ay, gloriosa Santa Bárbara, danos agua sin la piedra, que acaba con los panojos”.
Se han documentado también oraciones populares, amuletos y rituales campesinos para solicitar su protección en tiempos de tormenta, especialmente en los Pirineos.
Su patronazgo se extiende igualmente al Arma de Artillería de las Fuerzas Armadas en España y otros países, con celebraciones cada 4 de diciembre. En la mina Esperanza, en la sierra de Atapuerca, se conserva su imagen como protectora de los mineros.
San Juan Damasceno, doctor de la Iglesia
El santoral del 4 de diciembre también recuerda a San Juan Damasceno, llamado “el Orador de Oro”, célebre teólogo de la era bizantina. Se distinguió por su defensa del culto a las imágenes durante la crisis iconoclasta y por su legado de himnos litúrgicos. Murió hacia el año 750, cerca de Jerusalén, donde vivió como monje.
Santoral completo del 4 de diciembre
Las conmemoraciones de hoy incluyen:
- San Juan Damasceno
- Santa Bárbara
- San Heraclas
- San Melecio
- San Félix de Bolonia
- San Apro
- San Sigiramnio
- Santa Adrehildis (Ada)
- San Sola
- San Juan “Taumaturgo”
- San Anón
- San Osmundo
- San Bernardo de Parma
- Beato Pedro Pectinario
- Beatos Francisco Gálvez, Jerónimo de Angelis y Simón Yempo
- Beato Adolfo Kolping
- San Juan Calabria
¿Qué es el santoral?
El santoral católico es el calendario que distribuye las fechas dedicadas a santos y beatos reconocidos por la Iglesia. Su referencia principal es el Martirologio Romano, que registra a casi 7.000 figuras canonizadas o beatificadas.
Los santos son hombres y mujeres venerados por su vida ejemplar, su testimonio de fe, su martirio o su influencia espiritual. La condición de beato es el tercer paso hacia la canonización y reconoce oficialmente la santidad de vida de quien la recibe.

