Energía
Ni agro ni petróleo: el sector que busca atraer u$s20.000 millones
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Argentina se encamina a transformarse en uno de los diez mayores proveedores de cobre del mundo antes de 2035, impulsada por una cartera minera única.
Por primera vez en la historia reciente, los proyectos de exploración de cobre lideran los presupuestos mineros en Argentina, marcando el inicio de un ciclo de inversión que podría transformar al país en un actor relevante en el mercado global de este mineral.
Según datos de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), los principales proyectos de cobre en cartera podrían movilizar unos u$s20.000 millones en los próximos años. Además, el viceministro de Economía, Daniel González, adelantó que se espera la presentación de tres megaproyectos que podrían aumentar aún más esa cifra, consolidando la tendencia al alza.
La historia del cobre en Argentina ha sido de altibajos. Durante casi una década, fue la principal exportación minera del país, hasta que el cierre de la mina Bajo de la Alumbrera en 2018 provocó un desplome en la producción y las exportaciones. En 2024, la producción apenas alcanzó las 14,5 mil toneladas, muy por debajo del récord de 203,7 mil toneladas en 2002, y las exportaciones se situaron en u$s3,5 millones, provenientes de la operación de Martín Bronce en Jujuy y la producción secundaria de Lindero en Salta.
A pesar de estos números modestos, los precios internacionales del cobre han mostrado una tendencia positiva en los últimos cinco años, con un incremento del 8% en 2024 respecto al año anterior, y la demanda global sigue creciendo, impulsada por el desarrollo de tecnologías de energía limpia.
Actualmente, Argentina ocupa el octavo lugar mundial en inversión en exploración de cobre, detrás de países como Brasil, Perú, Canadá, Australia y Chile. De los 21 proyectos registrados, seis cuentan con fechas de puesta en marcha previstas entre 2027 y 2031, con una capacidad productiva estimada de 1,08 millones de toneladas. La mayoría de estas iniciativas corresponden a proyectos greenfield, es decir, completamente nuevos.
El auge del cobre está estrechamente vinculado a la transición energética global. Este mineral es esencial para tecnologías como energía solar fotovoltaica, eólica, redes eléctricas y vehículos eléctricos, así como sistemas de almacenamiento de baterías. Entre 2000 y 2023, el consumo mundial de cobre refinado se duplicó, y se espera que la demanda de minerales para energías limpias se multiplique por seis entre 2010 y 2050.
China se ha consolidado como el principal consumidor mundial, pasando de representar un 13% del mercado en 2000 a un 60% en 2023. Al mismo tiempo, el cobre utilizado en transporte e infraestructura eléctrica ha mostrado un crecimiento sostenido, con tasas promedio anuales superiores al 4% entre 2000 y 2020.
Con una cartera de proyectos sólida, inversión millonaria y un mercado internacional en expansión, la Argentina se posiciona para recuperar un papel destacado en la producción de cobre y, en menos de una década, podría consolidarse entre los diez principales productores mundiales. La combinación de exploración intensiva, precios favorables y demanda creciente sugiere que el país está ante el inicio de una nueva era del cobre.