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Murió Bárbara Jankavski, conocida como la "Barbie humana" brasileña
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Tenía 31 años y era famosa por las cirugías estéticas extremas que compartía con su comunidad digital.
El mundo digital brasileño está de luto tras conocerse el fallecimiento de Bárbara Jankavski, una joven creadora de contenido que alcanzó notoriedad por sus drásticas cirugías y su imagen de “muñeca humana”. Tenía 31 años y su muerte, ocurrida el pasado 2 de noviembre, está rodeada de interrogantes.
Jankavski era más conocida en redes como “Boneca Desumana” —un juego de palabras que hacía alusión a su apariencia radicalmente modificada— y era un nombre habitual en el universo de los contenidos sobre estética extrema. Acumulaba más de 400.000 seguidores entre Instagram y TikTok, plataformas en las que compartía sin tapujos cada procedimiento al que se sometía. Su proyecto: transformarse físicamente hasta rozar lo artificial.
El hallazgo: dudas y un relato confuso
El caso tomó un giro inesperado cuando se supo que su cuerpo fue encontrado en un departamento de São Paulo, tras una cita con Renato Campos Pinto de Vitto, un defensor público de 51 años. Según la declaración ante la policía, el funcionario había contratado a la influencer para mantener relaciones sexuales y ambos habrían consumido drogas antes de que ella se durmiera. Horas más tarde, al notar que no respiraba, Campos intentó reanimarla y llamó a emergencias.
La escena del hallazgo encendió las alarmas: Jankavski estaba vestida solo con ropa interior, presentaba un hematoma en el rostro y marcas en la espalda. Estos elementos derivaron en la apertura de una causa por “muerte sospechosa”.
Investigación abierta y dudas sobre la causa del deceso
La Policía Militar de São Paulo ordenó una autopsia y pruebas toxicológicas para determinar si la muerte estuvo vinculada a una sobredosis, violencia física o alguna patología previa. Aunque un amigo de la influencer aseguró que la lesión en su ojo se debía a una caída sufrida días antes, los investigadores no descartan ninguna hipótesis hasta contar con los resultados periciales.
Las autoridades remarcaron que existen inconsistencias entre el relato de Campos y los indicios encontrados en el lugar, por lo que se buscará determinar si hubo responsabilidad de terceros.
Un legado digital marcado por la controversia
Jankavski había publicado por última vez en sus redes el 1 de octubre. Sus seguidores, habituados a un constante flujo de contenido, notaron su ausencia en las semanas previas. Tras conocerse la noticia de su muerte, los mensajes de despedida inundaron su cuenta de TikTok:
“Descansa en paz, diva. Fuiste audaz y viviste tu verdad”, escribió una usuaria.
Al mismo tiempo, su inesperado deceso reavivó el debate sobre los límites del culto a la imagen, el costo emocional y físico de la exposición extrema en redes y la vulnerabilidad de quienes convierten su cuerpo en contenido.
La historia de Bárbara Jankavski cierra con preguntas sin respuestas. Su muerte no solo impacta en su comunidad virtual, sino que invita a reflexionar sobre los riesgos silenciosos que habitan detrás del brillo digital.
Más allá de la controversia que despertaba su figura, la historia de Bárbara Jankavski se ha convertido en un símbolo de las tensiones entre la búsqueda de la perfección física y los riesgos que conlleva la exposición en redes sociales. Su caso vuelve a poner sobre la mesa la presión estética que sufren miles de jóvenes y el mercado en auge de cirugías y procedimientos cosméticos que prometen la belleza eterna a cualquier costo. Su muerte, ahora en manos de la justicia, no solo revela un drama individual, sino una problemática social más amplia que interpela al mundo digital en su conjunto.

