Mendoza se posiciona como protagonista del nuevo auge minero argentino

La actividad minera atraviesa una etapa de crecimiento sostenido en la Argentina, con una proyección que la ubica entre los sectores clave para el desarrollo económico de los próximos años. En ese marco, Mendoza empieza a destacarse por su potencial y por la oportunidad de sumarse, de manera estratégica, a un nuevo ciclo productivo.

Con una industria que avanza hacia una mayor sofisticación tecnológica y una fuerte demanda internacional de minerales como el litio, el cobre y la plata, el entramado de proveedores cobra una importancia crucial. Empresas locales dedicadas a servicios, logística, construcción, alimentación o mantenimiento encuentran en esta expansión un campo fértil para crecer.

Desde la Cámara Argentina de Proveedores Mineros (Capmin), su titular, Manuel Benítez, remarca el papel central que ocupan estas firmas en cualquier proyecto extractivo. “Buena parte del presupuesto minero se destina a contrataciones de bienes y servicios. La minería moviliza economías regionales y las PyMEs son protagonistas de ese proceso”, sostiene.

La provincia de Mendoza, aunque con una incorporación más tardía al escenario nacional, cuenta con ventajas que pueden convertirse en fortalezas. Entre ellas, un capital humano técnico ya formado, con geólogos, ingenieros, profesionales del derecho y especialistas en medio ambiente. Para Benítez, el hecho de llegar con cierto retraso abre la posibilidad de aplicar desde el inicio tecnologías de última generación, como inteligencia artificial, trazabilidad digital o maquinaria automatizada.

Uno de los enfoques que promueve Capmin es el modelo de los “tres anillos”: la articulación entre el área de influencia directa del yacimiento, la provincia —propietaria de los recursos naturales según la Constitución de 1994— y la Nación. Esta mirada integral busca fortalecer la cadena de proveedores, promoviendo incluso esquemas asociativos para responder a grandes demandas. “Frente a un pedido de 20 camionetas, por ejemplo, varias empresas chicas pueden asociarse y brindar una solución conjunta”, explica Benítez.

Casos como el de Trazalog, firma de San Juan dedicada a la digitalización de operaciones, ilustran cómo la incorporación de tecnología puede mejorar la eficiencia y seguridad de los procesos mineros. Su fundador, Mauricio Pérez, señala que están trabajando con proveedores del yacimiento Veladero para optimizar la operación en base a soluciones tecnológicas adaptadas al contexto local.

También desde Mendoza, empresarios como Julio Totero —al frente de Sur Técnica S.A., con tres décadas de trayectoria en el sector metalmecánico— ven en la minería una oportunidad concreta de expansión. No obstante, advierte que el camino debe alejarse de políticas que no dieron resultado en el pasado, como las compras obligatorias en el mercado local, y enfocarse en la calidad, la experiencia y la preparación técnica. “Hay dos perfiles: los que ya tienen experiencia y pueden crecer, y los que están interesados en sumarse, pero necesitan capacitarse, invertir en equipos y entender las exigencias del sector”, afirma.

Totero recuerda, además, los problemas que se generaron en iniciativas truncas como la del proyecto Vale, donde la falta de proveedores calificados derivó en sobrecostos. En ese sentido, subraya que tanto el Estado como las cámaras empresarias deben generar las condiciones para que las empresas puedan alcanzar los estándares que exige la minería moderna.

La visión compartida entre referentes del sector es que Mendoza puede jugar un rol destacado en el desarrollo minero nacional, siempre que se construya un ecosistema sustentable, con proveedores formados, reglas claras e incentivos a la inversión. La demanda global por minerales estratégicos seguirá creciendo, y la provincia tiene la posibilidad de convertirse en un actor relevante, si se toman las decisiones correctas.