Santoral
Lunes 8 de diciembre: Día de la Inmaculada Concepción
:format(webp):quality(40)/https://newstadcdn.eleco.com.ar/media/2025/12/virgen.jpeg)
La jornada incluye conmemoraciones históricas de figuras esenciales para la tradición cristiana.
Hoy, lunes 8 de diciembre, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, una de las fechas marianas más importantes del calendario litúrgico. Junto a esta festividad, el santoral recuerda también a San Macario, San Eutiquiano, San Eucario, San Patapio, San Romarico y otros santos y beatos.
La Inmaculada Concepción, también llamada Purísima Concepción, es un dogma de la Iglesia Católica proclamado en 1854. Sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer instante de su concepción, por la gracia y los méritos de Jesucristo. Con este dogma, la Iglesia recogió dos mil años de tradición cristiana y lo elevó definitivamente a verdad de fe mediante la bula papal Ineffabilis Deus, promulgada por el papa Pío IX.
Aunque el tema fue debatido en la teología medieval, el Concilio de Trento (1545-1563) ya había afirmado la pureza de María. Es importante aclarar que este dogma no debe confundirse con la doctrina del nacimiento virginal de Jesús, que sostiene que Cristo fue concebido sin intervención de varón y que María permaneció virgen antes, durante y después del parto.
Un símbolo de tradición y devoción
La fiesta de la Inmaculada Concepción fue establecida en 1476 por Sixto IV, y se hizo universal en 1708 bajo el pontificado de Clemente XI. Además, desde 1644, la Inmaculada Concepción es considerada patrona y protectora de España, especialmente tras el llamado Milagro de Empel (1585) durante la Guerra de los Ochenta Años.
En el arte cristiano, la Inmaculada aparece representada de pie, con los brazos extendidos o las manos juntas en oración, a veces sobre un globo terráqueo, símbolo de su intercesión universal. Aunque su naturaleza abstracta hizo que tardara en convertirse en tema iconográfico, desde el siglo XVI se volvió una imagen poderosa en la historia del arte, la literatura y la espiritualidad popular.
La definición dogmática
En la bula Ineffabilis Deus, del 8 de diciembre de 1854, Pío IX definió:
“...declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios […] la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo...”.
Esta definición se dio tras una consulta global al episcopado, en respuesta a los desafíos del pensamiento naturalista del siglo XIX, buscando reafirmar la primacía de la gracia y la obra de Dios en la vida de las personas. Historiadores como Louis Baunard y Francesco Guglieta subrayan el contexto espiritual e intelectual de esta proclamación.
Además del dogma, la Iglesia enseña que María permaneció libre de toda mancha de pecado durante toda su vida.
Apariciones marianas vinculadas
Antes y después de la proclamación del dogma, se registraron apariciones marianas que reforzaron esta devoción.
En 1830, Catalina Labouré tuvo una visión de la Virgen y mandó acuñar la célebre Medalla Milagrosa, con la inscripción: “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros”.
En 1858, en Lourdes, Bernadette Soubirous declaró que la Virgen se le presentó como “Yo soy la Inmaculada Concepción”, confirmando expresamente la verdad proclamada cuatro años antes.
Santoral del lunes 8 de diciembre
- Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María
- San Macario
- San Eutiquiano
- San Eucario de Tréveris
- San Patapio
- San Romarico
- San Teobaldo de Marly
- San Nadal Chabanel
- Beata Narcisa de Jesús Martillo Morán
- Beato José María Zabal Blasco
- Beato Luis Liguda
El santoral católico es el calendario de santos y beatos reconocidos por la Iglesia. El Martirologio Romano registra cerca de 7.000 figuras veneradas por su vida espiritual ejemplar, su entrega y su profunda ética. Los beatos representan el tercer paso hacia la canonización, camino que culmina en la declaración de santo.