España
Los restos de una santa se exponen por primera vez en 111 años

La exposición de las reliquias de Santa Teresa de Jesús, tras más de un siglo ocultas, reaviva la devoción.
Después de más de un siglo de permanecer sellado, el sepulcro de Santa Teresa de Jesús fue abierto este domingo en la basílica de la Anunciación de Nuestra Señora del Carmen, en Alba de Tormes (Salamanca, España), y sus reliquias fueron expuestas al público en una urna de cristal. Es la primera vez que esto ocurre desde 1914, y solo la segunda desde su muerte en 1582. El suceso convocó a cientos de fieles y curiosos, algunos reunidos desde las siete de la mañana para ser los primeros en contemplar los restos de la santa.
La urna permanecerá expuesta hasta el 25 de mayo, con un horario ininterrumpido de 9 a 22 horas, y estará acompañada por misas, actos religiosos y actividades culturales en torno a su figura. El sábado 24, se celebrará una procesión extraordinaria por las calles del municipio, seguida de una vigilia nocturna abierta a toda la comunidad católica, bajo la consigna del silencio y la discreción. El domingo 25, el padre Miguel Márquez, general de la Orden de los Carmelitas, oficiará la misa de clausura, que marcará el regreso de la santa a su descanso.
Este evento religioso también despertó el interés del ámbito académico. En los últimos meses, el cuerpo fue sometido a estudios científicos que permitieron reconstruir su rostro a los 50 años, revelando una expresión “armónica, serena y dulce”. La reconstrucción se presentó en un busto de terracota elaborado por expertos australianos e italianos.
Santa Teresa de Jesús, también conocida como Teresa de Ávila, fue una monja, reformadora religiosa, mística y escritora española, nacida en Ávila en 1515 y fallecida en Alba de Tormes en 1582. Es considerada una de las grandes figuras espirituales del cristianismo. Ingresó al Carmelo de La Encarnación y más tarde fundó numerosos monasterios, dando origen a la Orden de los Carmelitas Descalzos, junto a San Juan de la Cruz. Su objetivo era devolver a la orden su espíritu original de pobreza, oración y vida contemplativa, con un rigor renovado y desapego del mundo exterior.
Fue también una de las grandes místicas de la historia de la Iglesia, conocida por sus visiones, experiencias místicas y profundidad espiritual. Entre sus principales obras destacan El libro de la vida, El libro de las fundaciones y El camino de perfección. En 1622 fue canonizada y, ya en el siglo XX, en 1970, el Papa Pablo VI la proclamó Doctora de la Iglesia, siendo la primera mujer en recibir ese título, por su legado intelectual y espiritual.
La apertura de su sepulcro, más de cuatro siglos después de su muerte, no solo despierta el fervor religioso: también reaviva el interés por una mujer que transformó la vida monástica, defendió con firmeza sus convicciones y dejó un legado que sigue vivo en la espiritualidad cristiana.