Rugby
Los Pumas cierran el Rugby Championship con balance positivo

Periodista.
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Más allá de los resultados, el equipo argentino mostró crecimiento, carácter y la consolidación en su estilo ofensivo.
Cuando una competencia termina, llega el momento del balance. De poner de un lado las cosas buenas y del otro las malas. Para Los Pumas, el resultado de ese arqueo de caja tras el Rugby Championship 2025 es positivo.
Los fríos números dirán que el seleccionado nacional de rugby ganó dos partidos y perdió cuatro, pero el superávit se refleja en los aspectos intangibles, que en suma quedan por encima de las cuestiones deficitarias, que son en las que hay que poner el ojo para seguir mejorando.
Los Pumas siguen dando pruebas de su notable crecimiento, de estar instalados —hace largo tiempo— dentro de la élite mundial ovalada. Con sus vaivenes, es cierto, pero haciéndoles saber a sus rivales que cada vez les costará más ganarles.
Entre lo positivo de este Rugby Championship, lo primero para destacar es la competitividad. Los Pumas se plantaron en todos los partidos, buscando imponer su plan de juego. Claro, enfrente hay quince que quieren hacer lo mismo, por lo que a veces se puede y a veces no. Pero la brecha entre una y otra posibilidad se achicó considerablemente.
Los dirigidos por Felipe Contepomi demostraron que saben qué es lo que quieren adentro de la cancha. Su idea se plasma en el terreno y cada intérprete cumple con su parte para llevarla adelante. En ese aspecto, lo más loable es el ataque. El poder con pelota en la mano es la bandera de este gran momento de Los Pumas, cuyo emblema histórico fue siempre la defensa.
Hay opciones para ocupar diferentes puestos clave, variantes para resolver los cerrojos rivales, virtudes individuales para encontrar el espacio para ganar metros donde parecía imposible. Tanto entre forwards como en los tres cuartos, donde el talento se acumula como nunca antes.
Y el juego con el pie también tuvo un avance. Para ir a buscar una pelota arriba o para sacarse la presión rival con un kick bien ubicado, el equipo creció en este tipo de armas para beneficio propio.
La memoria colectiva seguramente se detendrá en la abultada derrota frente a los Springboks (67-30) para analizar el desempeño en el torneo. Pero no fue más que un bache (grande) en el camino. Una parada incómoda que nadie tenía prevista, pero que no fue el destino final del viaje.
De hecho, solamente fueron 40 los minutos de terror, ya que Los Pumas dominaron gran parte del primer tiempo de ese juego. La segunda parte, claro, fue completamente otra historia.
Podía pasar algo así. Pero lo rescatable es que ya pasó. Que jugadores y staff entendieron que jugando como en esa mitad en Durban van a pasarla mal. Se dieron cuenta de que no puede volver a ocurrir. Que no quieren sentirse así nuevamente. Y una semana después mostraron otra cara. La habitual, la que venían ofreciéndole al mundo.
Todavía quedan cuestiones por mejorar. Hay que replantear el scrum y el line, formaciones que son plataformas para lanzar ataques y que hay que defender mejor para recuperar la pelota. Lo mismo ocurre con el maul defensivo, otro de los puntos flacos en este Rugby Championship.
Los Pumas ya tomaron nota de las fortalezas y debilidades del equipo, y en breve tendrán que implementar las mejoras. Porque se viene el cierre de año en la gira por las Islas Británicas ante Gales, Escocia e Inglaterra, los domingos 9, 16 y 23 de noviembre, respectivamente.
Tres partidos que serán importantísimos para consolidar el plan de juego de este muy buen equipo, pero que tienen como mayor objetivo mantener (o mejorar) el sexto puesto en el ranking mundial, y así quedar entre los cabezas de serie para el sorteo de la próxima Rugby World Cup, el 3 de diciembre.