Demolición, misterio y peritajes en Palermo
Hallazgo macabro: descubren restos humanos en una casa donde vivió Cerati

Durante una obra en una antigua casa de Palermo, obreros hicieron un hallazgo inesperado que activó una investigación judicial.
Durante dos años, entre 2001 y 2003, Gustavo Cerati alquiló una luminosa casa en el barrio porteño de Palermo. La vivienda, propiedad de Marina Olmi —hermana del actor Boy Olmi—, se convirtió entonces en un punto de encuentro del ambiente artístico local. Por allí pasaron músicos como Charly García, Fito Páez, Hilda Lizarazu y Tito Losavio, todos cercanos a la anfitriona, quien por entonces residía en España.
El inmueble, testigo silencioso de aquellos años de creación e intimidad musical, parecía destinado a desaparecer sin dejar huellas. Sin embargo, su demolición dio un giro inesperado a la historia.
En el proceso de excavación del terreno para levantar un nuevo edificio, los obreros hallaron restos óseos enterrados bajo tierra, junto a objetos personales como relojes. Tras la denuncia, intervino la Policía Científica, que confirmó que los huesos eran humanos, iniciando así una causa penal que quedó en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N.º 61, a cargo del doctor Martín López Perrando.
Según consta en el parte policial, “en un momento dado, se desprendió un trozo de tierra de la casa lindera y quedaron a la vista lo que aparentarían ser restos óseos humanos”.
El hallazgo conmocionó a la actual propietaria, Marina Olmi, quien ya había mencionado anteriormente la existencia de “energías extrañas” en el lugar. “Era una casa luminosa, pero tenía algo oscuro en el fondo”, recordó, y señaló episodios curiosos como el incendio espontáneo de un árbol junto a la pileta.
Las hipótesis que manejan los investigadores apuntan en dos direcciones. Una sugiere que los restos podrían estar vinculados al tiempo en que funcionó un geriátrico en la propiedad, mientras que otra va más atrás en el tiempo y plantea que en ese terreno existió una capilla de más de 150 años de antigüedad, lo que abriría la posibilidad de una tumba olvidada.
Por el momento, los peritos forenses están analizando los restos y ningún escenario ha sido descartado. El caso mantiene en vilo tanto a los vecinos como a los antiguos visitantes de la casa, que ahora suma a su historia artística un capítulo policial cargado de misterio.
Gustavo Cerati vivió allí por dos años, sin imaginar que bajo sus pies se escondía un enigma sin resolver. Ahora, el terreno que una vez vibró con música y bohemia, guarda silencio bajo la mirada de la Justicia.