Santoral
Festividad del día: Nuestra Señora del Rosario
/https://newstadcdn.eleco.com.ar/media/2025/10/virgen.jpeg)
La Virgen se apareció a Santo Domingo y le entregó el rosario como arma espiritual para transformar los corazones.
La Iglesia Católica celebra hoy la memoria de la Santísima Virgen María del Rosario, advocación que invita a los fieles a recurrir a la Madre de Dios por medio del rezo del Rosario o corona mariana. A través de esta práctica, se meditan los misterios de Cristo —su encarnación, pasión y resurrección— bajo la guía de quien acompañó con fe y amor cada paso de su Hijo.
Origen y significado de la devoción
Según la tradición, la Virgen María se apareció a Santo Domingo de Guzmán en julio del año 1200, en una capilla, con un rosario entre las manos. En esa visión, le enseñó a rezarlo y le pidió que lo predicara entre los hombres, prometiéndole grandes gracias para quienes lo practicaran con devoción.
Santo Domingo difundió el rezo del Rosario entre los soldados comandados por su amigo Simón IV de Montfort, antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la intercesión de la Virgen María. En agradecimiento, Montfort mandó construir la primera capilla dedicada a esta advocación.
Con el paso de los siglos, la devoción decayó. En el siglo XV, el beato Alano de Rupe aseguró haber recibido una aparición de la Virgen, quien le pidió restaurar la práctica del Rosario y reunir en un libro los milagros obrados por su intercesión. Le recordó también las promesas que había hecho siglos antes a Santo Domingo.
La consolidación del Rosario en la Iglesia
Durante el siglo XVI, el Papa San Pío V estableció el 7 de octubre como día de conmemoración del Rosario, en recuerdo de la Batalla de Lepanto, donde las fuerzas cristianas derrotaron a los turcos que amenazaban Europa. A esta victoria se la atribuyó a la intercesión de la Virgen, y el pontífice la proclamó bajo el título de Nuestra Señora de las Victorias. Su sucesor, Gregorio XIII, cambió la denominación por la actual: Nuestra Señora del Rosario.
Más adelante, el Papa Clemente XI, tras la victoria cristiana en Temesvar (1716), dispuso que la festividad se celebrara en toda la Iglesia. Ya en el siglo XIX, León XIII, conocido como el Papa del Rosario, escribió nueve encíclicas dedicadas a esta devoción, consagró el mes de octubre al rezo del Rosario y añadió el título de “Reina del Santísimo Rosario” a las letanías marianas.
Apariciones y continuidad de la devoción
En tiempos modernos, la Virgen volvió a pedir la oración del Rosario en sus apariciones más célebres: Lourdes (1858) y Fátima (1917). Los Papas del siglo XX también fueron grandes promotores de esta práctica: Juan Pablo II la definió en 1978 como su oración predilecta, y Francisco afirmó en 2016 que el Rosario ha acompañado su vida espiritual desde siempre.
La aparición a Santo Domingo
Cuenta la tradición que Santo Domingo, desesperado por la falta de conversión de los albigenses, se retiró tres días al bosque para orar y hacer penitencia. Fue entonces cuando la Virgen María se le apareció acompañada de tres princesas celestiales y le dijo:
—¿Sabes tú, mi querido Domingo, de qué arma se ha servido la Santísima Trinidad para reformar el mundo?
—Oh, Señora —respondió él—, vos lo sabéis mejor que yo, pues después de vuestro Hijo Jesucristo, fuisteis el principal instrumento de nuestra salvación.
La Virgen le reveló que la salutación angélica (el Ave María) era la pieza esencial para la renovación del mundo, y que la meditación de los misterios de la vida, muerte y gloria de Cristo, unida al rezo del Rosario, sería el medio más poderoso para destruir la herejía, vencer los vicios y obtener la misericordia divina.
El milagro en Tolosa
Fortalecido por la visión, Santo Domingo se dirigió a la Catedral de Tolosa. Al comenzar su predicación, una tormenta aterradora sacudió la ciudad: truenos, relámpagos y temblores hicieron temblar a los oyentes, mientras una imagen de la Virgen levantaba sus brazos al cielo tres veces, pidiendo misericordia. Finalmente, las oraciones del santo calmaron la tempestad, y su sermón conmovió a los presentes. Casi todos los habitantes de Tolosa abrazaron la nueva devoción del Rosario, transformando su fe y sus costumbres.
Otros santos conmemorados hoy
Junto a esta celebración principal, la Iglesia recuerda también a:
- Beato José Llosá Balaguer (siglo XX)
- Beato Juan Hunot (siglo XVIII)
- San Paladio de Saintes (siglo VI)
- San Marcos, papa (siglo IV)
- Santa Justina de Padua (siglo IV)
- San Marcelo de Capua (siglo IV)
- Beato Martín el Cid (siglo XII)
- San Baco de Betsaloe (siglo IV)
- San Sergio de Betsaloe (siglo IV)
En esta fecha, la Iglesia invita a todos los fieles a renovar su confianza en María, reina y protectora del Rosario, que sigue guiando a la humanidad hacia su Hijo con la misma ternura con la que acompañó a Santo Domingo en su misión evangelizadora.