España: ¿Todo seguirá igual o habrá algún cambio?

MADRID (Corresponsal) — En junio pasado, el diario The Times publicó una explosivo editorial en el que llamaba al presidente Pedro Sánchez, “Don Teflón”.  Decía también que “luchaba por su vida” en medio de los escándalos de corrupción. Pues bien, el supuesto “cadáver político”, otro de los calificativos usados por la prensa internacional sigue allí, en La Moncloa, sano y salvo. El lunes 15 de diciembre, al cerrar el “ciclo político 2025”, volvió a mostrar músculo. “España progresa y este gobierno seguirá cumpliendo”, dijo en una comparecencia ante la prensa. 

La frase de Sánchez casi no necesita explicación. El país crece y él seguirá al mando porque no hay mejor opción y porque “este gobierno le sienta bien a España”. Eso sí, esta vez pidió perdón por los casos de corrupción y de acoso sexual que día tras día torpedean al PSOE y al gobierno. Pero, como dijo, España progresa y ellos cumplen. Qué más podemos pedir.

Hay que reconocer que algunos datos económicos le dan la derecha (con perdón de la expresión) al presidente. El PIB crecería alrededor del 3%, lo que convertiría al país en la verdadera locomotora de Europa (en la UE, el crecimiento apenas superaría el 1%).

Pero también tenemos inflación. El INE (similar al Indec) informa que los precios aumentaron un 3% hasta noviembre. Pero hay aumentos muy superiores, como los huevos, que subieron 22% en un año; el café, 19%, la carne vacuna, 18% y el chocolate, 16%.  Ni hablar de los alquileres que suponen tres cuartas partes del salario medio en las grandes ciudades.

Otro problema es conseguir trabajo. El desempleo sigue siendo el más alto de la UE (10% contra una media del 6%) y entre los jóvenes llega al 25%, según datos de Eurostat. Lo mejor aquí es ser empleado público (hay unos tres millones) o jubilado (unos 10 millones). En una palabra, lo mejor es vivir del Estado.

Corrupción y abusos sexuales

El mayor problema político sigue siendo la corrupción. Hay una docena de casos bajo investigación y los exfuncionarios de Sánchez, Koldo García y José Luis Ábalos, siguen en la cárcel. El último caso es el arresto de Julio Martínez, presidente de la aerolínea Plus Ultra. La compañía recibió un millonario rescate del gobierno y el detenido tiene vínculos con el expresidente Rodríguez Zapatero, nexo con la Venezuela de Nicolás Maduro.

Como aquí no nos falta nada, España también vive su Me Too. En pocos días, hemos sabido que una decena de funcionarios y alcaldes se dedicaban a acosar y abusar de sus empleadas. La mayoría son del PSOE y uno de ellos, Francisco Paco Salazar, hombre de confianza del presidente.

En medio de todo esto, voceros del partido de la vicepresidente Yolanda Díaz, Sumar, el único aliado oficial de Sánchez, afirmaron que están muy contrariados y preocupados porque el gobierno parece paralizado y no rindió cuentas. De todas formas, ya adelantaron que no abandonarán el barco. Las declaraciones, entonces, pueden leerse como las de Junts que siempre “rompe” y después vota con el gobierno. Sánchez puede quedarse tranquilo por este lado. 

Mientras tanto, el Partido Popular, el principal opositor, se consolida en las encuestas. Los datos aseguran que volvería a ganar, como en 2023, pero esta vez estaría más cerca de la mayoría que necesita para gobernar. Con el apoyo de Vox o, simplemente, con la abstención de la ultraderecha.

Pronósticos para un año en el que, según Sánchez, habrá “cero elecciones”. La pregunta es la de siempre: ¿hasta cuándo aguantará "Don Teflón"?