El yacimiento neuquino concentra expectativas de inversión, exportación y divisas para el país.
El shale argentino frente a la demanda de dólares para crecer
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Argentina apuesta a Vaca Muerta para generar dólares, atraer inversiones y consolidar su futuro energético.
Vaca Muerta se ha convertido en el emblema energético de la Argentina. Su potencial como generador de divisas y como motor de inversiones posiciona al yacimiento neuquino entre los más relevantes a nivel mundial en la producción de hidrocarburos no convencionales.
El desafío de las divisas
La economía nacional enfrenta una necesidad estructural de dólares. En este contexto, el desarrollo de Vaca Muerta aparece como la gran oportunidad para equilibrar la balanza comercial y garantizar ingresos sostenidos a través de exportaciones de gas y petróleo.
Inversiones y marco regulatorio
Los especialistas coinciden en que, para consolidar el crecimiento, es imprescindible asegurar reglas claras que permitan atraer capitales. El acceso a financiamiento, la infraestructura para transporte y la estabilidad fiscal serán factores decisivos para que el potencial de Vaca Muerta se traduzca en resultados concretos.
Impacto en la transición energética
El shale argentino no solo ofrece divisas inmediatas: también puede desempeñar un rol clave en la transición hacia fuentes más limpias. El gas natural es considerado un combustible puente hacia un sistema energético menos contaminante, lo que convierte a Vaca Muerta en un activo estratégico de largo plazo.
Una oportunidad histórica
El futuro del yacimiento está atado a la capacidad del país de generar consensos políticos y sociales que otorguen previsibilidad al sector. Si la Argentina logra articular Estado y privados, Vaca Muerta puede transformarse en el motor económico que el país necesita para crecer de manera sostenida.