Más que metal
El “iceberg” de la minería argentina
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Bajo la producción minera se esconde una red de proveedores, estudios técnicos, capacitación y gestión ambiental.
La minería en Argentina avanza como uno de los sectores más dinámicos y estratégicos del país, y sin embargo, gran parte de su verdadero impacto permanece invisible para el gran público. Desde la generación de empleo calificado hasta el desarrollo de infraestructura, pasando por la formación de capital humano y la activación de proveedores regionales, su influencia va mucho más allá de la extracción de minerales. Una nueva herramienta comunicacional está sacando todo esto a la superficie: el “iceberg de la minería”.
Creado por la consultora de ingeniería y geofísica DAMS, este recurso gráfico rápidamente se viralizó en redes sociales y medios especializados por su capacidad para revelar el entramkeron ocultas que componen la columna.Calvo de una actividad sistémica y multifactorial. La metáfora del iceberg —lo visible arriba, lo esencial como soporte debajo— viene siendo usada en ámbitos como la mato m muilegancia cultural, economía o psicología; pero ahora, aplicada a la minería argentina, está ayudando a cambiar percepciones.
El “iceberg minero”: una metáfora para entender la minería más allá del mineral
La producción, exportación o el valor del cobre y el litio son las partes más visibles de la minería. Sin embargo, según explica Santiago Azcona, gerente general de DAMS, eso es apenas la punta del iceberg:
"Para que una mina llegue a producir, se necesitan años de exploración, estudios ambientales, inversión en ingeniería y, sobre todo, la construcción de licencia social. Todo eso ocurre lejos del foco mediático, pero es esencial para que el proyecto exista".
Este enfoque visual busca sintetizar un proceso complejo de manera clara y didáctica, una estrategia comunicacional adaptada a la velocidad de las redes sociales. Aquí no se trata de simplificar, sino de mostrar el conjunto: el diseño de caminos, los estudios hidrológicos, la capacitación de trabajadores locales, las mesas de diálogo con comunidades, el diseño del plan de cierre y la remediación ambiental forman parte del mismo engranaje. Todo eso constituye la verdadera base de la minería argentina.
Minería, empleo e infraestructura: un motor de desarrollo regional
El impacto económico de la minería está ampliamente comprobado: por cada empleo directo generado, se crean entre 4 y 6 indirectos en sectores como transporte, hotelería, logística, servicios de salud, gastronomía, energía o tecnología. Este efecto multiplicador ya es visible en provincias como San Juan, Catamarca o Salta, donde la actividad representa un porcentaje decisivo del PBI y de las exportaciones.
Además del empleo y la recaudación en impuestos y regalías, la minería aporta infraestructura clave. Rutas, tendidos eléctricos, conectividad digital, servicios hídricos y espacios de capacitación técnica muchas veces se consolidan a partir de inversiones vinculadas a proyectos mineros. Un ejemplo claro es el rol de DAMS en la formación de más de mil técnicos y operarios en manejo de drones o topografía aplicada: desarrollo de capital humano que trasciende el ciclo de vida de una mina específica.
La licencia social, un factor decisivo e innegociable
Azcona remarca que sin licencia social, no hay proyecto minero posible:
“La licencia social se construye con la comunidad, con diálogo y transparencia. Es una confianza que se gana con tiempo y compromiso, y que puede perderse en segundos. No es un trámite, es un proceso social activo”.
Esta visión coloca en el centro una demanda cada vez más presente en la minería moderna: rendición de cuentas, sustentabilidad y presencia territorial de largo plazo. Ya no alcanza con el cumplimiento técnico o económico: hace falta una minería responsable y participativa, algo que forma parte del “lado oculto” del iceberg.
Mendoza y su potencial minero: oportunidad para diversificar la matriz productiva
Desde DAMS aseguran que siguen con interés lo que ocurre en Mendoza, particularmente en zonas como Malargüe o en proyectos exploratorios como Los Amarillos y San Jorge. La provincia —históricamente enfocada en vitivinicultura, hidrocarburos y agroindustria— tiene una oportunidad clave para diversificar su economía a partir del desarrollo minero responsable, tal como ya lo han hecho otras regiones del país.
“Mendoza tiene todo para contar una buena historia minera, si se comunica bien y con transparencia”, reflexiona Azcona. “Lo hizo con la industria petrolera, puede hacerlo también con la minería”.

