Homenaje eterno al puesto más ingrato y glorioso
El Día Nacional del Arquero: un homenaje a la valentía bajo los tres palos

Cada 12 de junio se celebra el Día Nacional del Arquero en honor a Amadeo Carrizo, pionero del puesto y símbolo eterno del arco millonario y del fútbol sudamericano.
Argentina rinde homenaje a una figura esencial, muchas veces incomprendida pero siempre determinante en el campo de juego: el arquero. Esta fecha, instaurada oficialmente por el Senado de la Nación en el año 2011, no es fruto del azar. Se eligió para conmemorar el nacimiento de Amadeo Carrizo, una leyenda bajo los tres palos, nacido en Rufino, Santa Fe, en 1926, que transformó para siempre el arte de custodiar el arco.
Amadeo Carrizo fue mucho más que el arquero de River Plate: fue un auténtico revolucionario del puesto. En una época donde el guardameta estaba limitado casi exclusivamente a custodiar la línea de gol, Carrizo rompió con lo establecido. Fue pionero en usar guantes de arquero, algo inusual en los años '40 y '50, y se adelantó décadas a su tiempo saliendo del área a jugar con los pies, anticipándose a los delanteros rivales como si fuera un defensor más. Por estas características, sumadas a sus reflejos felinos y su valentía para enfrentar cualquier balón, se ganó el apodo de “Tarzán”.
Su historia en River Plate está marcada por la lealtad y la grandeza. Jugó de manera ininterrumpida durante 24 años en el club, desde su debut en 1945 hasta su retiro en 1968, convirtiéndose en el jugador con más años en la institución y en uno de los que más partidos disputó: un total de 513 encuentros oficiales con la banda roja, además de 24 partidos en la Copa Libertadores. Con la Selección Argentina, defendió la celeste y blanca en 20 oportunidades, dejando una huella imborrable.
Una de sus actuaciones más recordadas con el combinado nacional se dio en la Copa de las Naciones de 1964, disputada en Brasil. En ese torneo, Carrizo mantuvo la valla invicta ante tres gigantes del fútbol mundial: Portugal, Inglaterra y Brasil, que venía de ser campeón del mundo en 1962. Fue clave para obtener el título, y su punto más alto se dio frente al local, cuando detuvo un penal ejecutado por Gerson, desviando el remate al ángulo izquierdo. Su actuación fue tan colosal que muchos lo comparan con las proezas actuales del “Dibu” Martínez.
Claro que no todo en su carrera fue éxito. También protagonizó momentos difíciles, como la fatídica final de la Copa Libertadores de 1966 frente a Peñarol. En ese partido, River ganaba 2-0 al finalizar el primer tiempo. Sin embargo, una jugada en la que Carrizo detuvo la pelota con el pecho fue interpretada como una provocación por el equipo uruguayo, que respondió con una remontada histórica, anotando cuatro goles y llevándose el título. Aunque doloroso, ese episodio no borró el legado del arquero.
Tras su paso por River, continuó su carrera en Millonarios de Colombia, donde también dejó una fuerte impresión. Allí volvió a ser llamado “Tarzán” por sus espectaculares intervenciones, y su figura traspasó fronteras. El legendario arquero soviético Lev Yashin —único arquero en ganar el Balón de Oro— lo elogió públicamente, lo calificó como el mejor del siglo XX y, como gesto simbólico de respeto, le obsequió sus propios guantes.
Más allá de sus números y logros, Amadeo Carrizo cambió para siempre la forma de ver el rol del arquero. Su capacidad para iniciar ataques con saques largos, su visión táctica y su temple frente a la presión lo convirtieron en un modelo a seguir para las generaciones futuras. Fue un adelantado a su tiempo, un innovador que elevó el puesto a una nueva dimensión.
Celebrar el Día Nacional del Arquero es también resignificar una vieja frase popular: “Va a pasar el día del arquero”, que solía usarse para referirse a algo que nunca sucedería. Hoy, esa frase quedó atrás. El día del arquero no solo llegó, sino que se celebra con justicia, pasión y memoria.
Porque detrás de cada atajada, de cada salto hacia lo imposible, hay historia. Y como toda leyenda que trasciende el tiempo, Amadeo Carrizo sigue atajando en la memoria del fútbol argentino.