Cuando el cuerpo necesita más que caricias
Deseo en pausa: lo que la nutrición puede despertar

Coach sexual.
El placer no siempre se apaga por falta de ganas. A veces, es el cuerpo el que necesita ser nutrido, oxigenado y escuchado.
Cuando el cuerpo no responde, muchas veces no es falta de deseo, sino falta de energía vital. En esta columna, abro una conversación con la licenciada en nutrición Patricia Bahnson para explorar cómo ciertos alimentos, nutrientes, y formas de alimentarnos pueden influir en nuestra conexión erótica. Porque el placer también se cocina y se nutre.
Hay días en los que el cuerpo no tiene ganas. No se trata de no querer, sino de no poder. Está cansado, inflamado, cargado. Y entonces, todo lo que antes encendía… ya no prende.
En mi trabajo como coach sexual aprendí a escuchar esas señales. Personas que dicen “ya no siento lo mismo”, “mi cuerpo no reacciona”, “estoy apagada/o”. Y muchas veces buscan la causa en lo emocional o lo vincular —que también cuenta—, pero hay algo más profundo: el cuerpo no desea cuando está agotado químicamente.
Ahí es donde aparece la nutrición como un factor clave. No como dieta ni castigo, sino como fuente de vitalidad, de oxígeno interno, de química erótica. Porque sí: hay alimentos que excitan, no por magia, sino por cómo actúan en nuestras hormonas, en nuestra circulación, en nuestro sistema nervioso.
Decidí entonces abrir este tema con una nutricionista especializada en salud integral. Alguien que no ve al cuerpo como un robot, sino como un campo fértil para el deseo, que necesita nutrientes tanto como caricias.
Activar el deseo desde lo que comés
Algunos alimentos dan energía, otros la quitan. Algunos despiertan, otros adormecen. No se trata de seguir modas ni castigar placeres, sino de conocer el impacto de lo que llevamos al cuerpo.
¿Qué tipo de alimentación sostenida favorece una vida sexual plena? ¿Qué hábitos deberíamos revisar si sentimos el deseo dormido? ¿Y qué ingredientes o prácticas cotidianas pueden ayudarnos a encendernos de nuevo?
“Un estilo de vida saludable que incluya una alimentación variada y nutritiva, basada en productos frescos, integrales y con alto valor nutricional, constituye un componente esencial para la salud sexual, ya que favorece la circulación sanguínea, contribuye al balance hormonal y proporciona la energía necesaria para mantener un deseo activo y constante”.
Por el contrario, condiciones como el estrés prolongado, un descanso insuficiente, la falta de ejercicio y el consumo excesivo de alcohol pueden disminuir la libido.
Promover una vida sexual plena requiere incorporar hábitos que favorezcan el bienestar integral, siendo la nutrición uno de sus pilares clave.
“Cuidarse, relajarse y dedicar tiempo a uno mismo son pilares que preparan el terreno para una vida íntima más plena y satisfactoria”.
Comer con los cinco sentidos: el plato como terreno erótico
Vivimos apurados. Comemos sin mirar. Nos llenamos sin saborear. ¿Y después pretendemos conectar con el cuerpo? Comer puede ser un acto erótico si se vive con atención: el aroma de una infusión, el tacto de una fruta madura, el sonido del primer crujido. Comer lento, con conciencia, es entrenar el deseo.
¿Cómo influye nuestra forma de comer en la conexión con el cuerpo? ¿Y cómo podríamos empezar a erotizarnos desde lo que comemos, sin esperar al momento del sexo?
“La alimentación está profundamente vinculada con nuestro cuerpo, siendo mucho más que una simple necesidad física: es una experiencia sensorial y emocional que puede despertar el erotismo. Aunque pueda parecer provocador, la manera en que nos nutrimos influye en cómo nos sentimos, nos relacionamos y habitamos nuestro propio cuerpo”.
En la actualidad, comer suele ser un acto automático y distraído, lo que limita nuestra conexión con el placer. Esta desconexión no solo afecta nuestra salud, sino también nuestra capacidad para experimentar sensaciones y deseos. Practicar una alimentación consciente, sin distracciones ni culpas, favorece una relación más respetuosa y atenta con el cuerpo, potenciando el deseo y mejorando la calidad de las experiencias íntimas.
Erotizarse desde la comida implica reaprender a disfrutar sin juicios, valorando el acto de alimentarse como un momento de conexión profunda. Para lograrlo, es fundamental dedicar plena atención a cada bocado, elegir alimentos que estimulan los sentidos, jugar con texturas y sabores, y escuchar al cuerpo para distinguir entre hambre real y emocional.
Zinc: el mineral del deseo
El zinc es una joya silenciosa. Esencial para la producción de testosterona —en todos los cuerpos—, este mineral también estimula el sistema inmune, mejora la cicatrización y equilibra el funcionamiento hormonal.
¿Por qué el zinc es tan importante para la salud sexual? ¿Qué pasa cuando hay déficit? ¿Y cómo podemos incorporarlo de forma cotidiana, sin caer en suplementos innecesarios?
“El zinc es un nutriente esencial que a menudo pasa desapercibido, pero su impacto en la salud sexual es fundamental porque regula los niveles de testosterona, y mantiene activa la libido, tanto en hombres como en mujeres.”
“Si hay déficit, pueden aparecer señales como fatiga, disminución del deseo, problemas de fertilidad, entre otras. Pero no hace falta recurrir a suplementos. El zinc se encuentra en alimentos cotidianos como carnes magras, mariscos, semillas de calabaza, nueces, legumbres, cereales integrales e incluso en el cacao”.
“Te dejo una idea rica en zinc para tu almuerzo o cena: hamburguesa de lentejas acompañada de ensalada de brócoli y tofu, espolvoreada con levadura nutricional y una fruta fresca de postre”.
Magnesio: relajación, descanso y disponibilidad
Nadie desea desde el estrés. El deseo nace cuando el cuerpo está disponible. Y para eso, el magnesio es clave. Ayuda a relajar el sistema nervioso, favorece el sueño reparador, reduce la ansiedad y mejora el estado de ánimo.
Lo encontramos en vegetales de hojas verdes, almendras, cacao, bananas y legumbres. Pero también se agota fácil: estrés crónico, consumo excesivo de café o alcohol y mala digestión lo reducen a diario.
¿Qué rol cumple el magnesio en la vida sexual? ¿Por qué tantas personas hoy están deficitarias sin saberlo y qué impacto tiene esto en el deseo y el vínculo con el cuerpo?
“El magnesio cumple múltiples funciones biológicas: interviene en la síntesis de hormonas sexuales, favorece la circulación sanguínea, regula el sistema nervioso y participa en el metabolismo energético. Además, está vinculado a la calidad del sueño y al manejo del estrés, factores clave para una vida íntima saludable”.
“Cuando falta magnesio, suele ser por una dieta limitada, consumo excesivo de comida industrializada, un exceso en el consumo de café o alcohol, o por algunos medicamentos. Puede generar síntomas como fatiga, dolores musculares, ansiedad o insomnio, que a veces no se reconocen como falta de este mineral.”
Alimentos como verduras de hoja verde, frutos secos, semillas, legumbres y cacao puro son una excelente fuente. Su incorporación regular contribuye a restaurar el equilibrio físico y emocional, facilitando un entorno más favorable para el disfrute sexual.
Pistachos mágicos: textura, química y juego
Los pistachos no solo tienen zinc y grasas saludables. También son alimento para el juego. Su forma, su color, su ritual: abrirlos con los dedos, morderlos lento, sentir su textura crujiente. Comerlos puede ser una práctica sensorial si estamos presentes.
¿Qué los vuelve tan valiosos para el deseo desde lo nutricional? ¿Cómo los recomiendan incorporar: en snacks, preparaciones, rituales?
“Al consumir pistachos, podemos disfrutar de un pequeño ritual sensorial: su textura crujiente, su sabor único y el gesto de abrirlos lentamente hacen que su ingesta sea una experiencia consciente y placentera, una forma de conectar con el momento y con nuestro cuerpo de manera más plena.
Desde el punto de vista nutricional, los pistachos son una excelente fuente de zinc. Además, aportan grasas saludables (principalmente ácidos grasos insaturados), que favorecen una circulación sanguínea óptima. También contienen proteínas vegetales de alta calidad, fibra y antioxidantes como la vitamina E, que ayudan a reducir la inflamación y el envejecimiento celular. Son ricos en potasio, que mantiene el equilibrio de líquidos en el cuerpo, y en magnesio, que promueve la relajación muscular y el bienestar general”.
¿Cómo incorporar pistachos en tu dieta?
● Como snack: ideales porque aportan saciedad y nutrientes.
● En preparaciones: como ensaladas, yogures, smoothies o incluso postres.
● Rituales de bienestar: Comer pistachos lentamente, disfrutando de su sabor y textura, puede convertirse en un momento relajante que reduce el estrés y mejora tu bienestar general.
Quizás el deseo no esté ausente. Quizás esté esperando. Esperando que lo alimentes bien, que lo saques del apuro, que lo mires con amor. El cuerpo que se siente cuidado se enciende. Y a veces, todo empieza con un pistacho, con una semilla, con un bocado que lo devuelva al placer de estar vivo.