Libros
Del horror al reclamo: por qué leer Halmoni de María del Pilar Álvarez

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Un libro que recupera la voz de las “mujeres de consuelo”, hoy abuelas, símbolo de la resistencia coreana.
En un mundo donde la Historia suele enseñarse con un sesgo eurocéntrico, Halmoni. La revolución de las abuelas coreanas (Debate–Penguin Random House) llega para abrir una ventana a un capítulo brutal, silenciado y aún vigente en el Este de Asia. María del Pilar Álvarez —investigadora del Conicet, especialista en historia política coreana, docente universitaria y directora de la única Maestría en Estudios Coreanos de la Argentina— nos invita a un viaje riguroso y profundamente humano, que interpela nuestra manera de concebir el pasado global y sus resonancias contemporáneas.
Este libro narra la historia de las mujeres coreanas esclavizadas sexualmente por la Armada Imperial japonesa entre 1931 y 1945. Sí, 1931: una fecha que nos recuerda que la guerra en Asia comenzó mucho antes de lo que relatan nuestros manuales escolares. Para ese entonces, Japón era una potencia industrial y militar con ambiciones imperialistas que se traducían en la expansión sobre sus territorios vecinos: primero Taiwán, luego Corea, luego gran parte del continente asiático.
Y en ese escenario, se organizó uno de los sistemas de esclavitud sexual más perturbadores del siglo XX: el de las llamadas “mujeres de consuelo” o “mujeres de confort”. Bajo ese eufemismo se ocultó la realidad atroz de una red de trata que esclavizó sexualmente a miles de mujeres, la mayoría coreanas, pero también chinas, filipinas, indonesias, taiwanesas e incluso japonesas. Fueron reclutadas mediante engaños, coerción o secuestros, obligadas a “atender” a decenas de soldados por día en los burdeles militares —llamados estaciones de consuelo—, y expuestas a torturas, abortos forzados, enfermedades y, en muchos casos, la muerte.
¿Qué motivó esta maquinaria de explotación? ¿Quiénes fueron estas mujeres? ¿Cómo vivían? ¿Por qué guardaron silencio durante décadas y qué las llevó a hablar por primera vez en 1991? Álvarez responde a estas preguntas a través de una combinación impecable de archivos históricos, documentos desclasificados, entrevistas propias y una trayectoria de más de veinte años de trabajo de campo en Corea, Japón, Taiwán y China continental.
Pero lo más poderoso es que Halmoni no se queda en el horror pasado, sino en el presente vivo: esas antiguas “mujeres de consuelo” son hoy las halmoni, las abuelas que gritan su verdad, que enfrentan la estigmatización y el silencio social para convertirse en símbolos de resistencia, no solo en Asia, sino en el mundo. La autora narra cómo estas mujeres —antes invisibilizadas— encontraron el coraje para denunciar, para organizarse, para atravesar juicio tras juicio en búsqueda de justicia y reparación.
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Quedan muy pocas halmoni con vida. Pero su legado —su coraje para hablar, su lucha para sanar, su resistencia frente al olvido— vibra en estas páginas y nos interpela.
No es necesario ser especialista en el Este de Asia para sumergirse en Halmoni: basta con entender que la memoria histórica es una construcción colectiva y siempre en disputa. Este libro nos recuerda que la violencia no tiene fronteras, pero tampoco la valentía para combatirla. Y que las víctimas se convierten en protagonistas cuando el mundo las escucha.
Leer Halmoni es un acto de respeto, conciencia y reparación. Y, sobre todo, de compromiso con esas abuelas que, a pesar de todo, nunca dejaron de alzar su voz.
