Energía distribuida, autoconsumo y modelos comunitarios
Córdoba prende la mecha de una revolución energética

Con incentivos, tecnología más accesible y nuevas reglas de mercado, la provincia lidera la generación de energía renovable en manos de ciudadanos, cooperativas y pymes. Del panel en el techo al contrato bilateral, un cambio de paradigma que ya impacta en toda la región.
En un escenario energético que enfrenta tensiones, subsidios cruzados y restricciones estructurales, Córdoba se posiciona como el laboratorio más audaz de una transformación silenciosa: ciudadanos, cooperativas y pequeñas empresas están generando su propia energía. Y, en muchos casos, vendiéndola a la red.
Desde 2018, cuando se reglamentó la generación distribuida en el país, Córdoba concentró más del 30 % de las instalaciones conectadas al sistema. Hoy, más de 1.000 usuarios particulares producen energía solar en sus techos, con una potencia instalada que supera los 59 megavatios. Pero lo que comenzó como una movida marginal hoy toma forma de política pública.
Los precios de instalación cayeron un 50 % en cinco años y muchas empresas locales ofrecen estudios gratuitos y opciones con baterías, que permiten ahorrar hasta un 70 % en la factura eléctrica. A eso se suman líneas de crédito específicas, programas de generación comunitaria y beneficios tarifarios.
Un capítulo aparte merecen las llamadas "comunidades solares": grupos de usuarios que se asocian para instalar un parque común y recibir descuentos proporcionales a su inversión, incluso sin tener paneles en sus casas. Varios de estos proyectos ya funcionan, impulsados por ONG, cooperativas o empresas que buscan compensar su consumo con fuentes limpias.
Pero no todo es sol. En la localidad de Ticino, por ejemplo, el residuo de la industria del maní —la cáscara— se transforma en electricidad continua, incluso durante los apagones. La planta local genera hasta 3 MW, de los cuales medio se consume en el pueblo y el resto se vuelca a la red. Este modelo de bioenergía no solo aprovecha un desecho agrícola, sino que fortalece la autonomía de las localidades frente a fallas del sistema interconectado.
La última novedad llegó este año con el lanzamiento del Mercado Eléctrico Provincial (MEP), que permitirá contratos bilaterales entre generadores y consumidores dentro de Córdoba. La iniciativa busca facilitar el acceso a energías renovables a precios competitivos, y sumar hasta 800 MW verdes a la red provincial.
Mientras que en países vecinos como Brasil la generación distribuida crece a ritmo vertiginoso, Argentina todavía tiene mucho camino por recorrer. Pero Córdoba demuestra que, con decisión política, herramientas financieras y marcos regulatorios claros, es posible democratizar la energía y construir un sistema más limpio, resiliente y participativo.