Minerales estratégicos y geopolítica
China controla los minerales clave del futuro y desafía a Occidente

Refina más del 70 % del litio, el cobalto y las tierras raras. ¿Qué hacen EE.UU. y Europa?
En el tablero de poder global, los minerales críticos se convirtieron en piezas clave. No se trata solo de recursos naturales: hablamos de litio, cobalto y tierras raras, esenciales para fabricar desde autos eléctricos hasta misiles de defensa. Y hay un país que viene ganando el partido sin que muchos lo noten: China.
Según datos del último informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA), el gigante asiático refina el 65 % del cobalto, el 60 % del litio y más del 85 % de las tierras raras del planeta. Esto no significa que tenga todas las minas, pero sí que controla el proceso industrial que convierte esos minerales en materiales utilizables. Es decir, no hace falta pensar qué pasa si el gigante oriental decide frenar o ahondar en la explotación de determinado mineral.
El control chino se construyó en silencio. Mientras Occidente discutía regulaciones ambientales y subsidios, Beijing invirtió en infraestructura, subsidió empresas clave y compró participación en minas africanas y latinoamericanas. Hoy, cualquier intento de transición energética —ya sea con autos eléctricos, paneles solares o turbinas eólicas— depende directa o indirectamente de minerales procesados en China.
“El mundo se dio cuenta tarde del problema”, advirtió Joe Manchin, senador demócrata por Virginia Occidental, en una reciente audiencia del Senado norteamericano. “Hemos reemplazado la dependencia del petróleo por una nueva dependencia, esta vez controlada por el Partido Comunista Chino”.
En Europa, la reacción fue más diplomática, pero no menos preocupada. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reconoció que el continente necesita “desarrollar su propia cadena de suministro crítica” para evitar vulnerabilidades estratégicas.
En este contexto, Estados Unidos impulsa la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que prevé más de 300.000 millones de dólares para desarrollar capacidades locales en energía limpia, incluyendo el procesamiento de minerales. Europa, por su parte, lanzó la Ley de Materias Primas Críticas, con metas de producción y reciclado para 2030. Sin embargo, la distancia con China sigue siendo abrumadora.
El caso del cobalto es paradigmático. La mayoría se extrae en el Congo, pero más del 70 % se refina en China. Y el litio, aunque se produce en Australia, Chile y Argentina, también termina siendo procesado mayoritariamente en puertos y plantas asiáticas. Lo mismo con las tierras raras, que son claves para imanes de alta potencia utilizados en defensa y en vehículos eléctricos.
Un gráfico del último informe del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) lo resume con crudeza:

En Argentina, esta discusión también toca de cerca. Empresas mineras que operan en el norte argentino ya exportan litio a China, sin valor agregado local. Si bien se discuten proyectos de industrialización, el país aún no tiene infraestructura ni marcos regulatorios claros para transformar el litio en baterías o insumos de alto valor.
Los minerales estratégicos dejaron de ser un tema para especialistas. Hoy están en el centro de las decisiones geopolíticas, industriales y militares. Y aunque algunos gobiernos comienzan a reaccionar, la ventaja china ya es estructural.