Entrevista
Ricardo Carpena: "Los sindicalistas son funcionales al gobierno de turno"


El periodista analiza el pasado, presente y futuro de la Casta sindical. El cambio de época con la llegada de Milei.
Ricardo Carpena se metió en el mundo llamado “obrero” hace cuarenta años. Es uno de los periodistas más informados y sesudos entorno al análisis de la vida gremial. Internas, enriquecimiento, extorsion, palabras que maridan perfecto con un sistema sindical que no entiende de alternancias ni disidencias. Carpena es una máquina de datos, leyes, estadísticas y análisis, un eximio en la materia que permite entender el traspaso histórico de las ideas anarquistas a Lorenzo Miguel en la UOM, la muerte de José Ignacio Rucci y el cambio de paradigma con la llegada de Javier Milei.
Pedro Paulin: Cuando uno piensa en casta gremial, yo lo primero que pienso son en los autos cuando llegan a los actos y en gente muy bien empilchada con esas camperas y esos estilos. ¿Hace cuánto vos tenés idea de este mundo sindical?
Ricardo Carpena: Yo los conozco el año 1985 que empecé a cubrir gremiales en el diario de la Nación y en 2025 son prácticamente los mismos. Eh, esto no es novedoso, que los dirigentes sindicales en la Argentina se mantienen en sus puestos durante 20, 30, 40 años. No hay nadie que lo saque. Y la curiosidad aparte es que tampoco hay mucha voluntad de nadie por sacarlos, excepto sus propios opositores internos. Vos pensás que hay muchas explicaciones eh acerca de por qué eh los dirigentes sindicales son perpetuos y una de las explicaciones que que yo tengo es que son muy funcionales al poder de turno, al poder político y al poder económico.
En realidad si hay algo bastante sencillo, entre comillas, de resolver, sería eh tratar o lograr que los sindicatos sean más democráticos, donde haya participación eh abierta y libre en las elecciones y puede este pueda propiciarse una renovación interna. Pero realmente en el fondo esto no le conviene ni a los gobiernos de turno ni a los empresarios, que es otra corporación.
Obviamente es más sencillo para un empresario o un funcionario de cualquier signo político negociar con un Armando Cavallieri aunque tenga este 88 años que es un tipo que conoce el círculo rojo, las reglas del poder, los códigos, este, un tipo flexible, que entiende perfectamente cómo hay que negociar, que afrontar eventualmente una negociación con un desconocido, un dirigente nuevo, imprevisible, que tiene quizás otros códigos.
Pedro Paulin: Cuando uno piensa en la perpetuidad de esta gente, uno tiene que pensar que es evidente que hay una estructura legal ¿Qué pasa si yo y vos queremos ser los líderes de los gastronómicos.
Ricardo Carpena: Bueno, depende del gobierno de turno, digamos, el la una de las claves de las de las bases del modelo sindical argentino, que es muy original en el mundo, tiene que ver con el modelo de Mussolini en Italia. Entonces este modelo sindical argentino lo que hace es darle al Estado, que esta es una de las características que acuñó Juan Domingo Perón para su su movimiento sindical, le da al Estado una intervención decisiva en materia de decidir cuál es el gremio más representativo. El sindicato que tiene personería es el único habilitado legalmente para firmar y darle validez a los convenios colectivos de trabajo. Al mismo tiempo también le da, entre otras atribuciones, la facultad de administrar sus propias obras sociales. Entonces, hoy en la Argentina tenemos este 3000 sindicatos con personería, y hay otros tantos que tienen simple inscripción, que es son los que están legalmente un escalón por debajo.
Es decir, este sindicalismo de hoy, por supuesto, está muy lejos de lo que era el sindicalismo en los años 60, 70, sobre todo los 80, aún en los 90 con la crisis que produjo este el gobierno Carlos Menem en las filas laborales. Y también en el 2000, incluso incluso en el año 2003, a partir del gobierno de Nestor Kirchner donde un montón de jóvenes al mercado lab
Pedro Paulin: Cuando uno piensa en el el recorrido histórico del sindicalismo, no existía forma de sobrevivir en su momento al Supermoyano, a las camperas de Saúl Ubaldini y los trece paros generales. Ahora de repente llega Javier Milei y la CGT por ahora no tiene nada para decir.
Ricardo Carpena: En mi percepción, le entró la bala mucho antes que Milei. Es un proceso que viene desarrollándose hace muchos años, no te olvides que en una época Lorenzo Miguel, el padre de la patria metalúrgica, el líder de la UOM, que en el gobierno peronista ponía y sacaba ministros, que logró voltear a López Rega, condicionar al gobierno de Isabelita, tenía un peso político y sindical muy fuerte. No es lo mismo el sindicalismo de los años 70 con la cantidad de afiliados que tenían en ese momento, con este sindicalismo de hoy donde hay obviamente muchos menos trabajadores y muchos menos afiliados.
Entonces se empieza a moldear, aunque no es nuevo, pero se empieza a moldear una mentalidad promedio del trabajador que insisto, tiene una concepción quizás más individualista, menos proclive a a valorar lo colectivo, lo grupal, eh con menos conciencia de clase, si querés, es una diferencia fundamental con lo que pasaba en en los años 70, 60, en los 80 incluso.
Pedro Paulin: La muerte de José Ignacio Rucci, deja tres ambientes en mataderos y un Renault Torino. ¿qué pasó de ese sindicalista que era la mano derecha de Perón, un tipo poderosísimo y que deja un tres ambientes en Mataderos a estos grandes popes del sindicalismo que pueden tener 100, 500, 1000 millones de dólares.
Ricardo Carpena: Bueno, igual eh también pongamos bajo la lupa la dirigencia política, la dirigencia empresarial, una una tendencia que no es nueva de enriquecimiento en la clase dirigente. Hay un tema que que me pareció interesante que antes me olvidé de comentarte, que es que también este sindicalismo, este, que hoy obviamente tiene menos poder a la luz de lo que te comentaba, que es eh tiene menos legitimidad porque tiene menos laburantes como base que les da también un poder importante. Los sindicalistas fueron importantes hasta la década del 80. Entonces, los sindicatos seguían siendo un recurso para la política para financiar las campañas, esto era importante. Por eso también el sindicalismo tuvo mucho peso más allá de de su propia fuerza, este, que les daba el hecho de poder sacar a la calle a miles de trabajadores y y imponer ciertas condiciones en la lógica del poder.
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