Entrevista exclusiva
Andres Mego: "me torturaron sin hablar y bolsa de plástico en la cabeza, pensaron que me habían matado"

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El organizador de la Derecha Fest fue torturado por un grupo de hombres cinco noches antes del evento libertario.
-Jose, ¿sos vos? Andrés pensó que su hija Josefina, caminaba de madrugada al baño.
La puerta del cuarto explotó, seis hombres entraron al cuarto a matarlo sin mediar palabra. Todo es ensordecedor y Andrés se convirtió en un nudo enroscado en el piso soportando minutos de tortura. Nilda había cambiado la cama de lugar al costado de la puerta, la aburria el orden previo y Andrés coincidió con la mujer que colabora con el orden del lugar. Fue eso lo que le permitió ser un espectador privilegiado de su cacería. Empezó la tortura. Piñas, patadas, rodillazos sin pausa. Nadie habla, Andrés no sabe qué pasa, pero sabe que lo necesitan muerto.
Les ofreció plata, una mac, un iphone pro max 16 y hasta el alias para depositarles toda la plata: nunca les interesó robarle. Las ropas negras lo intimidaron, nadie le hablaba, el cuarto era el infierno y lo único que podia pensar era en su hija, que ya era presa del pelotón de fusilamiento en el otro cuarto. Pensaba en Josefina, en volver a verla. En verla y ver que está viva. No sabe nada y el final no llega.
-No te preocupes que no va a pasar más que esto. La frase era de uno de los encapuchados quiso tranquilizarlo, para que no se alarme. Era el ex novio de la hija, conocía perfectamente el movimiento de la casa en un barrio seguro de clase media como lo es la hermosa Villa Pueyrredón.
Lo arrodillaron, lo ataron, lo embolsaron y le hicieron bajar la cabeza apretando su cara contra el plástico para que la asfixia facilite el trabajo de ultimarlo. Ya mareado, en una situación límite esperó el balazo final que no llegó. Una mancuerna lo desmayó de un golpe y rebalsó de sangre su cabeza herida y posteriormente la bolsa, generando una escena de crimen que encontró su hija unos diez minutos después del silencio que dejaron los asesinos al dejar el lugar.
Andrés Mego es un liberal que lidera Hojas del Sur, una editorial alineada con las ideas liberales. Organiza la Derecha Fest, milita la causa y no duda que fueron profesionales los que lo quisieron matar. No hay huellas digitales, borraron todo, usaron guantes y desaparecieron. Una imagen de otra década, en 2025.
Fue Operación Masacre. “Un fusilado vive”, escribió Rodolfo Walsh en el primer libro de non fiction que se conoció, antes que A Sangre Fría de Capote. Andrés fue fusilado, pero vive, los verdugos se fugaron pensando que un cadáver yacía en el piso de la habitación. Andrés estaba inconciente, tenía abierta la cabeza en once lugares que le generaron después más de cuarenta puntos de sutura. Su mandíbula no resistió y se la partieron al recibir patadas y la voladura de piezas dentales. Esencialmente sicarios.
Cinco días después, Andrés se hizo maquillar. La cabeza hinchada, el cuerpo repleto de analgesia para evitar mostrar el dolor en el evento que tuvo a Javier Milei como principal orador. Hojas del Sur es la editorial que edita y da publicación libros liberales. Operación Masacre fracasó. Acá, una charla con la diputada Lilia Lemoine y Andrés Mego para entender una noche inolvidable.