Newstad Space
Waldo Wolff: "Puedo apoyar y criticar a Milei, la crítica tiene que ser parte de la construcción, no del desgaste"


Wolff analizó la crisis del PRO. Su rol en la estructura y el "blanco y negro" que vive el país y el estilo de Milei.
En una charla sincera y despojada de adornos, Waldo Wolff, exdiputado y figura política de peso en el PRO, se abrió sobre su carrera, sus convicciones y los desafíos actuales que enfrenta la política argentina, en una participación dentro del nuevo lugar donde se discute política, los domingos a las 21 con Luciana Sabina y Pedro Paulin, columnista y director de Newstad respectivamente. Newstad Space recibió a Wolff, quien dejó su pensamiento sobre el PRO, la política, el Gobierno y otros temas.
Wolff comenzó su intervención con una honestidad, señalando que su entrada a la política no fue por un deseo de protagonismo, sino por "convicción". Proveniente del ámbito privado, donde se forjó una carrera con un sólido sentido de independencia, no escondió sus aciertos ni sus errores. Para él, lo importante es la conciencia tranquila: "He hecho cosas bien y otras mal, pero siempre con la intención de hacer lo correcto", dijo sin titubeos.
Una crisis de partidos y la importancia de la crítica constructiva
Al hablar de la situación política actual, Wolff no dio vueltas: "Estamos en una crisis de partidos", aseguró, y no es un diagnóstico vacío. El PRO, su espacio político, atraviesa tensiones internas y una polarización que él no parece compartir. "Hoy la política es todo tan binario, tan dividido", reflexionó, haciendo referencia a la presión por encajar en una categoría preestablecida, como si los matices no pudieran existir. Para él, lo que la democracia necesita no es un sistema que "te exija elegir entre el blanco o negro", sino un espacio donde las críticas y la disidencia puedan existir sin ser vistas como traición.
Manifestó su apoyo al actual oficialismo sin dejar de referirse a la imposibilidad de ser crítico sin ser tildado de traidor. Es una postura que ha vivido en carne propia: fue uno de los primeros en respaldar públicamente a Javier Milei tras las elecciones, pero no lo hace a ciegas. "Puedo apoyar a Milei y criticarlo al mismo tiempo", remarcó, mostrando su desacuerdo con la cultura del "aplauduismo" ciego que ve como un riesgo para la democracia.
Para Wolff, la política no es una guerra. No es un enfrentamiento total donde todo vale. De hecho, se mostró tajante al decir que las críticas no solo son necesarias, sino saludables. "Podés apoyar a un amigo, a un presidente, y aún así criticarlo cuando algo no te parece bien", sostuvo. Es una filosofía que él practica en su vida diaria y que ha intentado llevar a la política: "La crítica tiene que ser parte de la construcción, no del desgaste". No todo en la política tiene que ser visto como un campo de batalla, sino como un proceso donde se puede opinar y hacer crecer el sistema, sin perder la base de respeto y honestidad.
La política no es un juego de imágenes
Otro de los puntos que Wolff tocó fue la jerarquización de los cargos políticos. Como alguien que ha sido diputado y ha ocupado otros puestos importantes, la política para él no debe ser solo una cuestión de imagen. "Es un honor estar en una banca", comentó con un toque de nostalgia. Y no se refería al estatus, sino al profundo significado histórico que tiene estar allí: "Mi padre fue un inmigrante alemán que escapó del nazismo, y como hijo de alguien que vivió la anulación de los parlamentos, para mí estar en el Congreso tenía un valor que no se puede comparar".
Sin embargo, para Wolff, lo más importante es que esos cargos no se deben tomar a la ligera. "Los cargos hay que jerarquizarlos", dijo, enfatizando que el Congreso no es un lugar para discursos vacíos o populistas. La política, según él, debería ser un acto de responsabilidad, no de ego. "No es bueno que un diputado o senador se permita decir cualquier barbaridad", reflexionó, en un llamado a la autocrítica y al respeto por las instituciones democráticas.
Un futuro incierto, pero con esperanza
Si bien Wolff se mostró consciente de la difícil situación interna del PRO y de su rol dentro de él, no cerró la puerta a un futuro en la política. "No sé qué va a pasar con mi carrera política, pero ojalá que el país salga adelante", dijo, con una sensación de resignación pero también de esperanza. A lo largo de su charla, Wolff demostró que su visión de la política va más allá de los intereses partidarios. Para él, la política es un espacio para el debate, la crítica constructiva, y la defensa del sistema democrático.
En esta charla para Newstad Space, Waldo Wolff compartió su visión personal sobre su trayectoria y las experiencias que lo han marcado a lo largo de los años. Más allá de los cargos y las etiquetas, se mostró como un hombre que valora la honestidad y la autocrítica. Su enfoque es claro: el debate y la crítica constructiva son esenciales para cualquier sistema que aspire a ser democrático y funcional.
A lo largo de su intervención, Wolff destacó la importancia de jerarquizar los cargos y asumir las responsabilidades con seriedad, algo que, según él, se ha perdido en la actualidad. A pesar de los desafíos y las tensiones que atraviesa su espacio político, su mensaje final fue de esperanza. A pesar de las dificultades, sigue creyendo en la posibilidad de un futuro mejor, donde las diferencias no se vean como amenazas, sino como oportunidades para crecer y mejorar.