Respiro desde Washington
Un respiro para el Gobierno en un momento crítico

/https://newstadcdn.eleco.com.ar/media/2025/10/milei_1.jpeg)
El Congreso y la oposición desafían la autoridad presidencial en medio de un clima de creciente incertidumbre.
El gobierno de Javier Milei atraviesa momentos complicados. El capital político que lo llevó al poder se erosionó tras una serie de reveses en distintos frentes. En lo económico, su plan de reducir la inflación a toda costa desaceleró la actividad y afectó el poder adquisitivo de los hogares. En lo político, los escándalos de corrupción que salpicaron a la cúpula de La Libertad Avanza deterioraron aún más la percepción pública. Al mismo tiempo, el oficialismo sufrió derrotas legislativas históricas: por primera vez en más de 20 años, la oposición revirtió vetos presidenciales a leyes clave, como la de emergencia en discapacidad y la de financiamiento universitario.
La fragilidad del Gobierno, reflejada también en los resultados de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, no fue compensada del todo por el apoyo del norte. El guiño de Estados Unidos en materia de financiamiento generó un impulso inicial en los mercados, que se fue diluyendo por la falta de definiciones concretas las ruedas posteriores. Por último, la renuncia de José Luis Espert, su principal candidato a diputado nacional en la provincia, tras un escándalo de corrupción vinculado a un empresario acusado de narcotráfico, terminó de consolidar un escenario de incertidumbre política que mantiene al partido libertario en alerta.
Sin embargo, en medio del escándalo que involucró a Espert, el Gobierno consiguió un inesperado respiro. En una jornada cargada de tensión en la Cámara de Diputados, el oficialismo logró esquivar lo que podía haber sido otra derrota contundente. El proyecto impulsado por la oposición para limitar el uso de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) fue aprobado con modificaciones, lo que obliga a que vuelva al Senado, aunque la Cámara Alta ya le había dado media sanción. En esta línea, el proyecto fue aprobado en general en la Cámara de Diputados con 140 votos a favor, 80 en contra y 17 abstenciones, pero durante la votación en particular, el tercer artículo, no logró alcanzar la mayoría absoluta requerida (129 votos). El artículo que no prosperó en Diputados establecía un plazo máximo de 90 días para que el Congreso se expidiera, lo que, de no hacerlo, invalidaría automáticamente los decretos.
De este modo, la iniciativa regresará al Senado, que ya le había otorgado media sanción. ¿Es esto positivo para el Gobierno? En términos de tiempos, sí. El regreso al Senado abre un nuevo capítulo de debate y negociación que podría demorar la sanción definitiva de la ley. Una vez aprobada, el Poder Ejecutivo tendría 10 días hábiles para vetarla, y la oposición necesitaría reunir una mayoría de dos tercios para insistir. Considerando los plazos legislativos, la discusión podría extenderse más allá de la recomposición del Congreso tras las elecciones generales de octubre. Si el Gobierno logra un resultado relativamente favorable en las urnas, aumentan sus chances de mantener eventuales vetos presidenciales, recurso que en los últimos meses formó parte de la estrategia del Ejecutivo para avanzar en su agenda.
Ahora bien, con las elecciones de octubre a la vuelta de la esquina, vale la pena analizar cómo llega el mercado y los activos de renta fija argentinos a ese evento. Tras el fuerte respaldo de Estados Unidos, la situación se calmó. Pero el alivio fue temporal. Con el paso del tiempo, el Tesoro comenzó a perder gran parte de los dólares acumulados gracias a la eliminación temporal de las retenciones. El objetivo de la medida era contener el tipo de cambio frente a la creciente incertidumbre sobre el esquema cambiario en periodo electoral. Al mismo tiempo, endureció el cepo cambiario, reapareció la brecha cambiaria, hubo intervenciones en el mercado de futuros de dólar y el Banco Central vendió bonos que ajustan al tipo de cambio oficial.
Estas maniobras hicieron que la tensión volviera a acechar a la deuda soberana. En este contexto, el riesgo país ronda los 1.000 puntos básicos, mientras que la deuda soberana en dólares refleja en sus precios un nivel de riesgo considerable, todavía cercanos a lo que sería consistente con un escenario de reestructuración. A tan pocas ruedas del domingo 26 de octubre, será clave observar cómo el Gobierno logra contener un esquema que luce insostenible. La clave mira al norte.
En este marco, el ministro de Economía, Toto Caputo, y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, habrían cerrado los términos del apoyo financiero. En principio, se dispondrá de un swap por US$20.000 millones, mientras que Washington busca incentivar inversiones privadas para fortalecer la economía argentina y desplazar a China en áreas estratégicas como tecnología, comunicación y energía. Los detalles finales serán anunciados por nadie más y nadie menos que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca cuando reciba al presidente argentino el 14 de octubre. Con este respaldo, el Gobierno no solo conseguiría un respiro financiero en las pocas ruedas que restan hasta las urnas, si no que dependiendo de las condiciones que se anuncien, el panorama de la sostenibilidad de la deuda podría dar un giro radical.