Hermandad, fe y valores
Un argentino fue nombrado presidente de honor en España por la HOIM

Gustavo Rachid Rucker fue nombrado presidente de la Honorable Orden Internacional de Mérito en España. La impronta de hermandad y mérito para gestionar la organización.
En un mundo donde los valores de justicia, hermandad y fe parecen diluirse ante los desafíos globales, la Honorífica Orden Internacional de Mérito (HOIM) se erige como una institución contemporánea que busca rescatar y reinterpretar los ideales que guiaron a las grandes órdenes de caballería históricas. Es el turno del argentino Gustavo Rachid Rucker de asumir la presidencia con un enfoque puesto en la hermandad, la fe, y los valores en pugna.
Con un enfoque en la excelencia, el mérito y la colaboración estratégica, la HOIM se presenta como un espacio de unión y diálogo para líderes comprometidos con el bienestar de los pueblos y la construcción de un futuro más justo y próspero.
Fundada con el propósito de reconocer trayectorias destacadas en los ámbitos del mérito, la diplomacia y el honor, la HOIM no solo condecora, sino que también inspira a sus miembros a convertirse en agentes de cambio. Sus valores fundamentales —honor, compromiso y solidaridad— trascienden lo individual, promoviendo soluciones conjuntas que beneficien a comunidades y naciones. En un contexto global marcado por la fragmentación, la HOIM actúa como un organismo único que reúne a referentes de alto nivel de diversos sectores, fomentando la cooperación y las alianzas estratégicas.
Un legado de excelencia y servicio
La HOIM no es simplemente una distinción; es una responsabilidad compartida. Sus miembros, personalidades de renombre internacional, son invitados a desempeñar un papel activo en la construcción de puentes entre culturas, sectores y regiones. A través de sus condecoraciones, la Orden busca enaltecer valores como la integridad, la excelencia y el servicio, inspirando a las futuras generaciones a seguir este camino de compromiso con el bien común.
Gustavo Rachid Rucker, presidente soberano de la HOIM, asumió su cargo el 20 de enero de 2025 con un mensaje claro: “La misión de esta Orden es promover el mérito, el honor y la cooperación como pilares fundamentales para la unión entre personas de diferentes culturas, naciones y tradiciones”. Rucker, quien asume su rol con profunda gratitud y determinación, enfatizó la importancia de trabajar juntos para fortalecer los principios que definen a la institución. “Nuestro objetivo es consolidar un espacio de concordia y diálogo que inspire a quienes buscan un mundo más justo, inclusivo y solidario”, afirmó.

Fe y valores en acción
En un país como Argentina, donde la fe y los valores comunitarios ocupan un lugar central en la identidad cultural, la labor de la HOIM resuena con especial fuerza. La Orden no solo reconoce el mérito individual, sino que también impulsa a sus miembros a ser guardianes de un legado de excelencia y solidaridad. En un mundo que enfrenta desafíos complejos —desde la desigualdad hasta la crisis climática—, la HOIM se presenta como un faro de esperanza, recordándonos que la grandeza no es solo un reconocimiento, sino una responsabilidad compartida.
A través de su estructura académica, diplomática y caballeresca, la HOIM genera oportunidades para avanzar en objetivos compartidos y crear un impacto tangible en la sociedad. Sus miembros, comprometidos con el desarrollo global, trabajan para fortalecer las relaciones internacionales y contribuir al bienestar de las comunidades más vulnerables.
Un llamado a la acción
La HOIM no es solo una institución; es un movimiento que invita a todos a sumarse a la construcción de un futuro más justo y próspero. En un mundo que clama por líderes con integridad y visión, la Orden se posiciona como un espacio donde la fe y los valores se traducen en acciones concretas. Como bien expresó Rucker, “la grandeza no es solo un reconocimiento, sino una responsabilidad compartida”.
En tiempos de incertidumbre, la HOIM nos recuerda que, a través del mérito, el honor y la cooperación, es posible construir puentes y encontrar soluciones a los desafíos más urgentes. En Argentina y en el mundo, su mensaje de esperanza y unidad es más necesario que nunca.