Narco capturado
Tuiteaba, daba entrevistas y hacía subastas: estaba prófugo por narco

Bruzone tenía orden de captura pero seguía activo en redes, dando notas y organizando remates.
Un conocido martillero del ambiente inmobiliario y gastronómico, Gustavo Bruzone, fue detenido esta semana en la localidad bonaerense de Haedo, luego de permanecer casi tres años prófugo de la Justicia federal. La aprehensión se produjo cuando circulaba en su auto rumbo a la casa de un familiar, y fue concretada por efectivos de la Policía Federal Argentina, tras una orden del juez federal de Campana, Adrián González Charvay.
La noticia generó revuelo no solo por los delitos que se le imputan —su presunta participación en un intento de envío de más de una tonelada y media de cocaína a Europa— sino también por el hecho de que, durante todo ese tiempo, Bruzone mantuvo una presencia activa en redes sociales, organizaba remates y hasta opinaba sobre política nacional.
Según informó el Ministerio de Seguridad de la Nación, se lo considera “uno de los diez narcos más buscados del país”. La ministra Patricia Bullrich celebró la captura y lanzó duras críticas a la provincia de Buenos Aires, asegurando que “los delincuentes encuentran impunidad y refugio” en ese territorio. La detención, sin embargo, fue posible gracias a la labor de investigadores federales que venían siguiendo sus pasos en secreto.
Lo curioso es que Bruzone no actuaba como alguien que se supiera buscado. De hecho, el día de su arresto había publicado un tuit en el que mencionaba a la propia Bullrich, a quien había apoyado fervientemente durante la campaña presidencial. En su cuenta personal llegó a compartir mensajes elogiosos y hasta una fotografía con la actual ministra.
Incluso participó en una entrevista radial con Eduardo Feinmann en febrero de este año, donde opinó sobre el cierre de comercios gastronómicos. Asimismo, tenía programado realizar una subasta online de un importante restobar el mismo día en que fue capturado. Ese evento fue cancelado, oficialmente, por “cuestiones de organización”.
Una empresa fantasma y una escucha clave
Bruzone está acusado de colaborar con una organización criminal que, en 2022, intentó traficar 1658 kilos de cocaína ocultos en un cargamento que debía salir desde Rosario rumbo a Dubái y España. El operativo fue frustrado y la droga incautada en un galpón del barrio Empalme Graneros.
La investigación, conocida como “Operación Rosario-Dubái”, ya tiene condenados a José “El Tano” Sofía y Gabriel Nicolau, quienes recibieron penas de 11 y 12 años de prisión respectivamente. Ambos fueron considerados líderes de la rama local de una red con conexiones en Colombia, España y Emiratos Árabes.
Pese a la gravedad del caso y al tiempo transcurrido, Bruzone no figuraba en los registros de alerta de Interpol. No existía, al menos hasta el momento de su detención, una “circular roja” que obligara a su búsqueda internacional. Según explicaron voceros judiciales, el procedimiento se activó cuando llegó la información de que iba a tramitar su pasaporte, lo que permitió organizar un operativo discreto y eficaz.
Negación y silencio
El martillero fue trasladado ante el juez Charvay para prestar declaración indagatoria. Según confirmaron fuentes con acceso al expediente a La Nación, negó haber tenido vínculo con el intento de tráfico de estupefacientes y se declaró ajeno a los hechos. No hizo mención a sus posteos políticos ni a su vínculo con referentes de la actual gestión.
La causa sigue abierta y en pleno desarrollo. Para los investigadores, su rol dentro de la organización no fue menor. Pero lo que más llama la atención es cómo un presunto engranaje de una banda narco internacional pudo moverse con tanta libertad, durante tanto tiempo, sin que nadie —al menos en apariencia— lo estuviera buscando activamente.