Entrevista
Stolbizer: "Buenos Aires es rica pero está mal administrada, hay que dividir La Matanza, es inviable"

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La líder del GEN cree en la acumulación de motivos para el desastre actual de Buenos Aires. Su mirada sobre responsables
Margarita Stolbizer es una conocedora excelsa de la problemática bonaerense, es orgullosamente de Morón, donde vive hace décadas. Hace cuarenta años que es parte de un ecosistema que se la hace difícil. Apostó en distintas ocasiones con distintos compañeros de ruta, algunos más complejos que otros, pero siempre sostuvo las banderas en las que cree. Batalló contra el peronismo de Juan Carlos Rouselot en los noventa, rechazó el pedido del Cambiemos de gobernar Buenos Aires, tomó distancia de la estridencia de Elisa Carrió para fundar su propio GEN y logró casi treinta puntos en sus mejores elecciones.
Margarita es incorruptible, estudiosa y sesuda. A veces rígida, cree en algo y le cuesta cambiar, hoy se encuentra en la vereda de enfrente de Javier Milei y José Luis Espert a pesar de que los dos quieren sacar al Peronismo del poder. No quiere saber nada con el kirchnerismo, milita la idea de la tercera vía con la insignia progresista y sus premisas que hoy no cotizan, pero Margarita ha logrado hacer de su pensamiento su legado.
Más allá del abismo ideológico existente entre el entrevistador y la entrevistada, Margarita representa el refugio moral de aquellos que sin precio están dispuestos a recibir estoicos las críticas del oportunismo, pero sin negociar valores ni llevar a cabo actos de corrupción o inmoralidad. Es esa dirigente que nos hace pensar que todavía se puede hacer política desde la intelectualidad y la buena intención, más allá de la cantidad de votos que contenga una urna sin financiamiento espurio ni blindaje mediático.
Pedro Paulin: Cuando hablamos de Buenos Aires duele. Indudablemente una dirigente que hace mucho que camina ese largo y sinuoso territorio es vos, Marga, que hoy nos regalás unos minutos. Este especial se llama Buenos Aires duele y la verdad que es cierto. Más allá de quién vote cada uno y qué piense cada uno de los dirigentes, indiscutiblemente Buenos Aires duele. ¿Qué es para vos esa expresión y por qué pensás que hace tanto tiempo no logramos que deje de doler?
Margarita Stolbizer: Hola Pedro, primero gracias por la convocatoria. Yo corregiría, porque no me gusta la posición de víctima: ni de Buenos Aires respecto del país, ni la mía como bonaerense. Siento orgullo de vivir donde vivo. Es la provincia más grande y más rica de la Argentina. Me gusta mi lugar en el oeste del conurbano, con sus costumbres de barrio, los comercios y los cafés. Pero lo que duele es que, teniendo esas condiciones extraordinarias, la provincia no logró convertirse en motor del país. Al contrario: desperdició capacidades y recursos. Y eso se traduce en los peores indicadores de pobreza, indigencia, desocupación, deserción escolar y déficit de infraestructura. Todo concentrado en la vida cotidiana de millones de bonaerenses.
Pedro Paulín: El peronismo ha construido una crisis de poder en la provincia. Si este desastre que tiene Buenos Aires es reversible, ¿Dónde está la clave? ¿Es una cuestión ideológica, de praxis, de partido político, de nombres? ¿Qué arruinó la provincia y por dónde puede venir la solución?
Margarita Stolbizer: La situación tiene un origen multicausal. No se puede adjudicar a una única gestión o a pocas personas. Viene de lejos, desde los conflictos históricos por unitarismo y federalismo. Pero si nos situamos en estos 40 años de democracia, me parece que el problema central son los malos gobiernos. Y esos malos gobiernos tienen algo en común: los que gobernaron no eran de Buenos Aires, no vivían ni conocían la provincia. Les llevó años entender sus problemas. Creo que el último gobernador que realmente vivía en la provincia fue Eduardo Duhalde.
Además, hay una organización territorial muy mala: regiones electorales que no coinciden con regiones médicas, judiciales o policiales. Eso atenta contra la gestión. Y si hablamos de responsabilidades políticas, las tienen quienes más tiempo gobernaron: el peronismo. No cambiaron los déficits estructurales y, en muchos casos, profundizaron desequilibrios. Ejemplo: La Matanza, con 2 millones de habitantes, sigue siendo un solo municipio mientras otros tienen menos de 10.000.
Es inviable y debería dividirse, pero no se hace por cuestiones de poder. Así, las desigualdades territoriales se transforman en desigualdades sociales. En definitiva, Buenos Aires es rica, pero muy mal administrada.