Historia del siglo XX
Sombras del Tercer Reich: la presencia nazi en la Argentina

Historiadora.

El hallazgo de cajas con propaganda nazi en la Corte Suprema reabre una historia incómoda y silenciada en la Argentina.
El pasado, a veces, no descansa en museos ni libros: permanece escondido en sótanos, cubierto de polvo y silencio. Así ocurrió recientemente en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde se descubrieron cajas con propaganda nazi. El hallazgo no solo despierta el interés de historiadores y archivistas: reabre uno de los capítulos más oscuros y complejos de la historia argentina del siglo XX. La relación entre nuestro país y el nazismo —desde la tolerancia diplomática hasta el refugio de criminales de guerra— sigue arrojando documentos, pistas y preguntas que interpelan nuestra memoria.
Durante el traslado de archivos en el marco de las obras para el futuro Museo de la Corte Suprema, funcionarios judiciales descubrieron de manera fortuita, en el subsuelo del edificio, una serie de cajas cubiertas de polvo. En su interior había postales, fotografías, libretas de afiliación al partido nazi y documentos con simbología del Tercer Reich. Todo había sido enviado en 1941 por la embajada alemana en Tokio, bajo apariencia de pertenencias personales, y transportado a bordo del vapor japonés Nan-a-Maru.
En aquel momento, la Aduana argentina interceptó las encomiendas y detectó su contenido propagandístico. La Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas —un organismo creado para vigilar infiltraciones ideológicas— bloqueó su devolución a los diplomáticos alemanes. Finalmente, por orden judicial, el material fue remitido a la Corte Suprema, donde quedó olvidado durante más de ochenta años.
Ahora, con el impulso del presidente del tribunal, Horacio Rosatti, se realizó la apertura formal de las cajas en presencia de autoridades del Museo del Holocausto y representantes de la comunidad judía. La Corte inició un relevamiento para determinar el valor histórico de los documentos, su posible conexión con redes nazis globales y su utilidad para esclarecer aspectos vinculados al Holocausto.

El hallazgo reactiva una historia compleja y muchas veces negada. Durante los años 30 y 40, la Argentina mantuvo una posición de neutralidad que le permitió sostener relaciones económicas y diplomáticas con Alemania. Pero más allá de los vínculos formales, hubo una activa red de simpatizantes nazis en el país, especialmente entre miembros de la colectividad alemana y sectores militares.
La embajada del Tercer Reich difundía propaganda a través de instituciones culturales, escuelas y clubes. En 1938, había al menos 1.500 miembros registrados del partido nazi alemán en territorio argentino. La neutralidad argentina facilitó también la circulación de espías, mensajes cifrados y recursos financieros que pasaban por Buenos Aires rumbo a otros destinos del Eje.
Tras la guerra, esa red de contactos fue aprovechada para facilitar la llegada de criminales nazis que huían de Europa. Adolf Eichmann, uno de los principales responsables de la “solución final”, vivió durante años en Buenos Aires bajo identidad falsa hasta ser capturado por el Mossad en 1960. Josef Mengele, el médico de Auschwitz, también encontró refugio en el país antes de huir a Paraguay y Brasil.
El descubrimiento en la Corte no solo aporta documentación inédita. Es también una señal de lo que aún permanece oculto en los archivos del Estado argentino.
La reapertura de estos archivos ofrece una oportunidad única: no solo para completar el rompecabezas del nazismo en Sudamérica, sino también para reafirmar el compromiso del país con la verdad, la justicia y la memoria. Porque el pasado no se borra: se revisa, se asume y se transforma en aprendizaje colectivo.