Siempre best-seller
¿Sirven para algo los libros de autoayuda?

Periodista.
Llenos de fórmulas mágicas, siempre están entre los más vendidos. La gran pregunta es si, realmente, nos resuelven la vida.
MADRID (Corresponsal) — “¿Te preocupa no tener un vientre plano? ¿Te gustaría estar en forma, pero no te gusta hacer deporte? ¡No sufras más! Con solo dedicar un minuto de tu día al programa de abdominales para adelgazar sentada conseguirás la cintura perfecta (...). ¡Con los ejercicios de Adelgaza sentado será pan comido! Para seguir este programa no necesitas equipamiento específico ni conocimientos previos sobre hacer deporte, ¡tan solo necesitas una silla!”.
Esta es la sinopsis de Adelgaza sentado (Kitsune Books) del acupuntor y quiropráctico Koichi Hoshino. También, una posible síntesis de los libros de autoayuda. Sí, esos que tienen fórmulas mágicas para cualquier problema, como bajar de peso, aunque, la mayoría va por el premio mayor: alcanzar la felicidad.
Escritos por psiquiatras de cierto renombre, como Marian Rojas Estapé, en España, o Gabriel Rolón, en la Argentina, por “especialistas en felicidad de Harvard”, como el rockstar Arthur C. Brooks o por auténticos desconocidos, nos traen soluciones a casi todos los problemas. Incluidos esos que nos podrían llevar meses de terapia.
Uno pensaría que, en España, donde abundan el sol, la dieta mediterránea, la gente sociable y la siesta, estos libros serían innecesarios. Pero, como siempre, los estereotipos engañan. Y los datos son crueles. España ocupa el tercer lugar en el ranking europeo por consumo de ansiolíticos. Uno de cada tres españoles sufre algún problema mental y uno de cada cuatro va al psicólogo. Esto explicaría por qué a la autoayuda le va muy bien.
Con miles de lectores, desde hace años, estos libros enfrentan las críticas. En este sentido, vale la pena escuchar a la autora sueca Liv Strömquist, quien pasó por Madrid para presentar La voz del oráculo (Reservoir Books), donde, en forma de cómic, apunta y dispara contra la autoayuda.
En una de las páginas del libro, Strömquist ilustra cómo la autoayuda refuerza la idea de que “todo depende de ti”. “La narrativa de que puedes lograr cualquier cosa si te esfuerzas lo suficiente puede ser opresiva, especialmente para quienes enfrentan desafíos que van más allá de su control”, alerta en una entrevista con la agencia Efe.
Por su parte el doctor en Filología Clásica Emilio del Río, que acaba de publicar Carpe Diem. Autoayúdate con los clásicos (Espasa), le dice a Newstad: “Con mi libro demuestro que la mayor parte de las estrategias de autoayuda contemporáneas no son más que versiones simplificadas de ideas que los clásicos ya expusieron hace siglos, por lo que propongo acudir directamente a las fuentes originales para encontrar respuestas atemporales a las preocupaciones modernas”.
Después de leer al filósofo estoico Epícteto (Enquiridión resulta imperdible) coincido con Emilio quien agrega: “En mi libro exploro la sabiduría clásica aplicada a la vida cotidiana, y rescato enseñanzas de filósofos grecolatinos para mejorar el bienestar emocional de una forma práctica y útil”.
Finalmente hay que decir que las fórmulas mágicas son infinitas. Mientras Hoshino hace las delicias del sedentario, la mayoría dice que para ser feliz hay que correr un par de kilómetros al día, levantar pesas, cocinar, dibujar, tener amigos inútiles, o todo junto. Mi preferida: dormir bien, esbozada por Jana Fernández, en Aprende a descansar (Ed. Plataforma). Como todo lo demás, fácil de decir, difícil de cumplir.