Voces interiores
Silencios que transforman: la escritura como refugio

Politóloga.

En Un instante en la oscuridad, Gemma Urraka narra el repliegue íntimo de una escritora en busca de sentido y renacimiento.
Desde la contratapa, la figura de Gemma Urraka ya nos cautiva: aprendió a leer a escondidas cuando apenas tenía cuatro años. Esa imagen, la de una niña escondida entre libros, descubriendo el mundo en silencio, acompaña de forma casi simbólica toda la lectura de Un instante en la oscuridad, su delicada y poderosa novela sobre la transformación, el arte de escribir y el diálogo con uno mismo.
Narrada en primera persona, la historia sigue a Alma Freire, una escritora que, tras una serie de crisis personales y creativas, se retira a una cabaña en medio del bosque para intentar terminar su segunda novela. El éxito temprano de su primer libro, más una bendición que una carga, actúa como telón de fondo de esta búsqueda por reencontrar el sentido de su oficio.
Pero Alma no está completamente sola: comparte ese retiro con Duncan Parker, un novelista enigmático cuya presencia silenciosa se convierte en contrapunto, espejo y catalizador de sus procesos internos. Entre ellos se construye una relación marcada por el respeto, la contención y la ambigüedad, donde lo no dicho pesa tanto como las palabras. En ese espacio de pausa, la escritura se entrelaza con lo cotidiano, y cuidar de las plantas una actividad aparentemente simple, se transforma en metáfora del cultivo de las historias, de los vínculos y del propio yo.
Urraka construye una atmósfera íntima, casi suspendida, donde la naturaleza no es solo un escenario, sino una presencia viva que acompaña el ritmo interior de la protagonista. Con una prosa precisa, sutil y profundamente evocadora, la autora nos invita a habitar el silencio, a observar lo invisible y a comprender que, a veces, el acto de escribir, y de vivir es un proceso tan lento y frágil como la germinación de una semilla.
Galardonada en 2023 con el premio de La Bestia Equilátera entre más de dos mil manuscritos, la novela destaca por su voz original, la riqueza emocional de sus personajes y una mirada penetrante sobre los momentos de quietud que, sin estridencias, terminan marcando nuestra vida.
Al cerrar el libro, es difícil no volver a pensar en aquella niña que leía a escondidas. Su temprana fascinación por las palabras floreció en una escritura genuina, audaz y profundamente humana. Un instante en la oscuridad no solo confirma el talento literario de Urraka, sino que nos recuerda por qué leer, y escribir, sigue siendo una forma de iluminar lo que no siempre sabemos poner en palabras.