Santiago Caputo tuvo su bautismo de la SIDE de Kravetz y Stiuso

La Side nunca cambió ni va a cambiar, no es un refugio oscuro donde el mal habita y se pergeñan estrategias de los “sótanos de la democracia”, como definió algún estadista tiempo atrás. Esencialmente son hombres que trabajan resolviendo problemas, cerrando expedientes y responden a los intereses de la Side, algo que nunca hasta ahora un presidente de la democracia entendió. No pudo Néstor Kirchner, después de obsesionarse, ni le interesó a Mauricio Macri que había heredado el espionaje de la política interna propia de su padre. El Gobierno vive su bautismo de fuego con la Side.

Manuel Vidal rara vez es inorgánico, suele respetar el orden de la toma de decisiones. Lo aprendió de su jefa y mentora Soledad Acuña, ministra de Educación durante los años de Horacio Rodriguez Larreta. El método y la cadena de mando se respetaban sin excepción y por eso la gestión larretista fue un reloj suizo en materia de desarrollo y cumplimiento de dead lines siempre. Es más, hay quienes ven en el ex jefe de Gobierno el comienzo a partir de diciembre del nuevo gabinete en las sombras para empezar a pensar la Ciudad en 2027. Están convencidos de que Jorge Macri no irá por la reelección y que la marca PRO, esa que hoy parece complicada pero es la más exitosa de la historia del distrito, quedará vacante. Hay motivos para entusiasmarse.

Así entonces, desde Educ.ar, esa empresa donde la motosierra se atoró para seguir luego, se aceptaron compromisos por 60 millones de dólares. Una bicoca en Oslo. En Buenos Aires esencialmente el costo de una campaña entera para gobernador, por ejemplo. La relación de Manuel Vidal con Santiago Caputo es evidente, se conocen hace muchos años, y la de Manuel Vidal con Leonardo Scaturicce también. 

Ahora bien, Manuel Vidal hoy está diversificado. Con Stefano Di Carlo y Jorge Brito son parte de la banda millonaria que acompañan a Agustín Forchieri y otros dirigentes del club de Nuñez en su pasión futbolera. Su actividad de redes se centra en el fútbol, no opina de política. Es cierto, su fanatismo está comprobado, pero también la lealtad a su jefa, Soledad Acuña. 

La Side tiene hoy en el llamado Señor 8 a Diego Kravetz, quien fuera secretario de Seguridad de Jorge Macri y rival expuesto de Waldo Wolff. Cuando Santiago Caputo eyectó a Silvestre Sívori de la entonces AFI, fue el propio Rodrigo Lugones quien trajo a Kravetz en lo que fue su Tevilah liberal, fue purificado y sentado en la silla caliente de la inteligencia nacional. Kravetz se fue con más ruido que silencio del gobierno porteño, donde tienen comprobado (probablemente también grabado y por ello la armonía) que Diego Kravetz maltrató en distintas situaciones a detenidos en operativos. 

La familia Kravetz tiene a Diego y Soledad Acuña, la mentora de Manuel Vidal, como protagonistas, padres de tres chicos. Kravetz, ya alejado del PRO, teje el armado territorial violeta en Lanús, ahí donde Julían Alvarez barrió con sus sueños de ser intendente. Kravetz recaló entonces en Seguridad, se peleó reiteradas veces con Waldo Wolff y apareció el proyecto liberal para cobijarlo. Su cintura le permitió adaptarse rápidamente y ser integrado por las fuerzas del cielo. 

Ahora bien, Manuel Vidal nunca dejó de comunicar con previa antelación las decisiones a Soledad Acuña, la mujer del hombre que maneja la Side y esencialmente su marido. Santiago Caputo no maneja la Side porque nadie maneja la Side más que los propios orgánicos que allí habitan. Si hay alguien que no habita la Side pero que puede interpretarla y moldear alguna decisión es justamente Jaime Stiuso, enemigo abiertamente de Leonardo Scaturicce, a quien Carlos Pagni describió como un hacedor de negocios de todo tipo y tamaño.

Jaime Stiuso toma café a la luz del día, responde tímidamente si alguien lo saluda, sostiene la sonrisa socarrona que hizo temblar a más de un poderoso y sigue con sus reuniones. Stiuso combate conceptos, no personas. Defiende si se siente atacado y no toma las cosas personales. Así lo definen. Con Leonardo Scaturicce no se cumple la regla y por eso Manuel Vidal y por consecuencia Santiago Caputo tienen un desafío por delante para con el espía más longevo y vigente del sistema.

Manuel Vidal tiene injerencia directa en distintas áreas por pedido De Santiago Caputo, quien lo lidera políticamente. Hay algunas piezas de un puzzle complejo, diverso, con algunos grados de opacidad que seguramente alarman al todo presente Santiago Caputo. En la justicia empiezan a hablar de “las cajas” de Caputo, algo que no se puede permitir el asesor presidencial a sabiendas de que el kirchnerismo busca un leading case de corrupción sin descanso para salir a fulminar al Gobierno. Las valijas de Ezeiza no son Antonini Wilson, pero sí son motivo de explicación oficial. 

Un viejo lobo de La Casa se ríe por teléfono ante la consulta. “Vos pensas que van a bajar en una pista a todas luces una valija que trae plata cash de Estados Unidos, son muy boludos los periodistas, están operando porque el Grupo perdió negocios”. Quien quiera oír que oiga, no quedó en claro lo de del Grupo.

Manuel Vidal tiene entre otras injerencias, la de cuidar las espaldas De Santiago Caputo en ARCA, en la Side, en Educación y en una sigla de la que poco se habla, pero se empieza a delinear una conducta sistemática: ORSNA. Esa entidad casi desconocida, donde miles de millones de pesos deben ser administrados por año, donde Santiago Caputo gobierna y Manuel Vidal corrobora. Vidal responde a Acuña, Vidal trabaja con Caputo, las espaldas de Caputo dependen entre otros de Diego Kravetz, marido de Acuña.