Una señal que miran los inversores
Riesgo País: qué es, cómo se mide y por qué importa que baje

Analista de Educación Financiera-PPI

Un indicador clave para la economía: cómo impacta el Riesgo País en el crédito, la inversión y el crecimiento argentino.
En los últimos meses, uno de los indicadores económicos que más atención ha captado en los medios especializados y entre los mismos inversores es la evolución del Riesgo País. Pero ¿qué representa este indicador? ¿Cómo se mide? ¿Por qué es tan importante para la economía argentina?
El Riesgo País es un indicador que mide la diferencia entre el rendimiento de un bono de un país y la tasa de interés considerada “libre de riesgo” -en concreto, hoy como regla, la de un bono americano-.
En concreto, si tomamos como referencia el Riesgo País de Argentina, tengamos en cuenta que este se ubica hoy en unos 660 puntos. Esto significa que los inversores exigen una tasa promedio de 6,6 puntos porcentuales más alta a un bono argentino, en comparación a uno americano de similar duración.
Este indicador es elaborado por el banco JP Morgan a través del índice EMBI+ (Emerging Markets Bond Index Plus) para varios países emergentes, y permite así comparar la sobre-tasa que debe pagar cada uno de estos países respecto a los bonos del Tesoro EEUU. Permite reflejar, en lo práctico, cuánto más caro le cuesta a Argentina (o cualquier otro país) conseguir financiamiento en los mercados internacionales entre sí, y respecto con lógica a EEUU.
¿Por qué sube o baja el Riesgo País? Sube cuando los inversores consideran que hay mayor probabilidad de que el país no cumpla con sus obligaciones (es decir, que caigan en default), y baja cuando aumenta la confianza en su capacidad de pago. Entre los factores que pueden influir en este indicador se encuentran:
⦁ La estabilidad política y la previsibilidad institucional.
⦁ Su situación fiscal
⦁ El nivel de reservas del Banco Central y la política monetaria.
⦁ La relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos de crédito.
⦁ Su historial de cumplimiento
En el caso de Argentina, el Riesgo País se mantuvo por muchos años en niveles muy altos, superando los 4.000 y hasta 6.000 puntos básicos, en momentos de mayor tensión financiera. Esto ha sido un reflejo de su historial de defaults, alta inflación, controles cambiarios, y una economía con recurrentes crisis fiscales.
Si tomamos el historial de los últimos 20 años, el riesgo país argentino promedia los 1000 puntos.
¿Por qué es importante que siga bajando? Un Riesgo País alto implica que Argentina debe pagar tasas de interés muy elevadas para conseguir financiamiento, o directamente queda excluida de los mercados internacionales. Esto tiene múltiples consecuencias negativas como un mayor presión sobre las reservas del Banco Central, y un mayor costo también para el sector privado -con impacto directo en la inversión y la competitividad-, entre otros. Con lógica también impacta en la inversión extranjera, ya que los inversores globales miran el Riesgo País como una señal de confianza; y condiciones más duras para cualquier negociación con organismos multilaterales.
En cambio, una baja del Riesgo País es una señal positiva que puede abrir nuevas puertas, y es un reflejo de mayor confianza en el país, y el resultado de las políticas fiscales y monetarias llevadas a cabo. Un riesgo país en descenso facilita el regreso al crédito internacional, y permite una normalización paulatina de la economía -como, entre otros puntos, empuja la inversión-.
¿Qué niveles serían razonables? Brasil o México pueden ser un primer punto de referencia. Estos países presentan un riesgo país que se mueve en un rango promedio de entre 200 y 400 puntos. Incluso países con economías más pequeñas, como Perú o Uruguay, han llegado a tener menos de 150 puntos básicos.
Ahora bien, según el mercado, para que Argentina pueda volver a emitir deuda a tasas razonables debería aspirar -como mínimo- a bajar de los 500 puntos. Hoy (a principios de Junio 2025) el Riesgo País ronda los 660 puntos. Si bien sigue siendo alto, muestra una mejora respecto de los picos de años anteriores.
Esto sugiere que el mercado está percibiendo algunos cambios estructurales y señales de orden fiscal, aunque aún queda mucho por hacer para consolidar esa tendencia.
En conclusión, aunque pueda parecer un concepto lejano o técnico, el riesgo país nos afecta a todos. Influye en la disponibilidad de crédito, en las tasas que pagan las empresas, en el valor del dólar, en la inflación, en la inversión y, en última instancia, en las oportunidades de crecimiento.