Diplomacia nuclear bajo presión
Grossi: el argentino que incomoda al régimen nuclear

Periodista.

El jefe del OIEA pidió inspecciones tras los bombardeos y quedó en la mira del Parlamento iraní.
Rafael Grossi, Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), volvió a ser el foco de la diplomacia mundial tras los recientes bombardeos sobre instalaciones nucleares en Irán. El diplomático argentino, firme en su postura, exigió inspeccionar el daño ocasionado por el ataque sin precedentes. La respuesta no tardó: el Parlamento iraní suspendió la cooperación con el organismo y, de paso, apuntó directamente contra Grossi.
Durante una conferencia de prensa, el argentino sostuvo que aunque es exagerado decir que las instalaciones “fueron destruidas”, los daños son significativos, sobre todo en Natanz, Isfahán y Fordow, centros neurálgicos del programa nuclear iraní. “El daño es muy considerable”, declaró, y advirtió que será muy difícil para Irán retomar su ritmo de enriquecimiento de uranio, ya que las centrifugadoras están inoperativas.
Tensión creciente: amenazas y oscuridad iraní
La postura de Irán generó una ruptura casi total con el OIEA. No sólo suspendieron las inspecciones, sino que además amenazaron al director del organismo, acusándolo de haber revelado que Irán disponía de más de 400 kilos de uranio enriquecido, suficiente para fabricar hasta ocho bombas atómicas. Teherán alega que esa revelación fue el detonante del bombardeo israelí.
Grossi, lejos de retroceder, remarcó que la cooperación no es un favor, sino una obligación legal, ya que Irán sigue siendo parte del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). También reveló que desde antes del conflicto, Irán ya mostraba resistencia a ser inspeccionado, y que encontraron restos de uranio en sitios “inverosímiles”, sin explicaciones convincentes.
Contexto internacional: una escalada anunciada
Lo que ocurre hoy en Irán es el resultado de una escalada regional que se profundizó tras el brutal ataque de Hamas contra civiles israelíes el 7 de octubre de 2023. Aquel día, más de 1.200 personas fueron asesinadas en territorio israelí, en un ataque sin precedentes desde la fundación del Estado judío. Desde entonces, Israel ha redoblado su ofensiva militar, no sólo en Gaza, sino también en Siria y otros puntos estratégicos vinculados con el eje Irán–Hezbolá–Hamas.
Irán es uno de los principales financiadores y sostenedores logísticos de Hamas, algo que tanto Estados Unidos como Israel denuncian de manera constante. Este vínculo ha convertido a Teherán en objetivo militar y diplomático prioritario para Occidente, especialmente ante la posibilidad de que el régimen avance en la construcción de un arsenal nuclear operativo.
El bombardeo sobre sus instalaciones nucleares, aunque no reconocido oficialmente por Israel, se da en ese marco de tensión extrema y creciente desconfianza. Para el régimen iraní, Grossi se ha vuelto una figura incómoda, no sólo por sus pedidos de inspección, sino por su postura clara a favor de la transparencia internacional.
Respuesta global: Macron y Alemania respaldan a Grossi
La reacción internacional no se hizo esperar. Emmanuel Macron recibió a Grossi en El Elíseo tras la cumbre de la OTAN, mientras que el ministro de exteriores alemán Johann Wadephul instó a Irán a retomar el diálogo y evitar una escalada. La preocupación es evidente: si Irán continúa en esta línea, podría ser expulsado del TNP, lo que encendería todas las alarmas diplomáticas.
Grossi, por su parte, envió una carta oficial a Irán para reanudar las inspecciones. Si no hay respuesta, convocará al Consejo de Gobernadores del OIEA. La guerra diplomática, por ahora, sigue abierta.