Debate por la seguridad
¿Por qué el derecho a portar armas vuelve al centro de la escena?

Abogado penalista

Para Nicolás Mendive, armar a civiles capacitados sería clave en la lucha contra el crimen.
Días atrás, mediante la resolución 45/2025, se aprobó el trámite digital exprés para facilitar a los usuarios la tenencia de armas de fuego. Este procedimiento simplificado, aplicará a todas las compras realizadas en armerías, ya sean de usuarios individuales o miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, policías y servicios penitenciarios
Celebro que hayan tomado la decisión de modernizar el trámite mediante este proceso de digitalización, -evidenciando un guiño favorable a los legítimos usuarios- pero no está demás destacar que aún no se ha avanzado en cuestiones de verdadera relevancia en la materia, principalmente en lo vinculado a la portación de armas para los civiles que se han capacitado a tal efecto.
Es sabido que las fuerzas policiales no pueden estar en todos lados al mismo tiempo, los recursos son limitados; no hay poder de policía ni sistema judicial por más punitivista que sea que pueda lograr una verdadera efectividad para combatir el crimen; de hecho, el sistema actúa generalmente luego de que el hecho ocurrió. Por tal motivo, es indispensable la autodefensa entendida como la posibilidad de toda persona de proteger su derecho a la vida, propiedad y libertad, así como las de terceros que así lo requieran.
Las armas de fuego no son malas en sí mismas, como toda herramienta cumplen una función; son quienes las emplean los responsables de las consecuencias que las mismas generan.
Es indispensable que la gente tome conciencia de que nadie está exento de vivir un hecho de inseguridad, y considerar las armas como el problema es un error que puede ser fatal; los delincuentes siempre tendrán armas, es un hecho, es imposible erradicarlas.
La necesidad de ser tenedor e incluso portador de armas de fuego no solo es un requisito para los que delinquen, tenemos que entender que a veces debemos protegernos nosotros mismos. El Estado es ineficiente en sí mismo y en consecuencia la mayoría de las veces no podrá salvarlos.
Sería bueno que las autoridades sean conscientes de esto y sean más permisivas en lo concerniente a la portación de armas, toda vez que los sucesos delictivos también suceden en la vía pública. Es un despropósito, por ejemplo, impedirle a un legítimo usuario portar su arma cuando conduce su auto, siendo que es más factible que sufra un ataque delincuencial en ese contexto que dentro de su casa.
La sociedad debe dejar de ver a las armas como una amenaza, estas lo son solo en las manos equivocadas. Si portar armas se naturaliza, además de estar considerablemente más protegidos ante cualquier potencial agresión, la inseguridad bajaría por una cuestión netamente de prevención general negativa; está claro que los ladrones y asesinos van a pensar dos veces antes de cometer un delito sabiendo que las víctimas muy posiblemente vayan a repeler la agresión.
En conclusión, es necesario una legislación más moderna en relación a la portación de armas que le permita a toda persona, que se capacite en la materia, poder acceder a ella; lo que en la práctica hoy día está limitado solo para personal de las fuerzas. Sería realmente una gran decisión para comenzar que todo legítimo usuario tenga derecho a portar su arma sin necesidad de realizar ningún trámite adicional.
Los argentinos deben comenzar a tener conciencia respecto a los beneficios de estar armados y dejar de tener ese pensamiento cordial y compasivo propio de personas que viven en zonas privilegiadas; lamentablemente el amor no es suficiente para vencer al odio. Tal como afirmó Mijail Kalashnikov, las armas son un instrumento para la paz, un símbolo de resistencia y liberación contra la opresión.