Rumbo a lo más alto
Nico Varrone: ¿otro argentino en la F1?

Periodista.

Campeón mundial de resistencia, ganó Le Mans y Daytona, y ahora va por un lugar en la F2. En exclusiva con Newsports, Nico Varrone nos cuenta todo sobre su presente y la ilusión de un futuro que promete.
En tiempos en los que Franco Colapinto ilusiona a una generación entera de fanáticos del automovilismo argentino, otro nombre empieza a sonar con fuerza para sumarse al sueño: Nicolás Varrone, campeón del mundo de resistencia, piloto oficial de Corvette y hoy parte de la estructura de General Motors, trabaja en silencio –pero con pasos firmes– para lograr su entrada a la Fórmula 2. Desde allí, con los pies en la tierra pero la mirada bien arriba, proyecta un camino que podría convertirlo en el segundo argentino en llegar a la Fórmula 1 en esta nueva era.
“La verdad es que estoy muy emocionado por todo el futuro que se nos avecina. Tenemos un muy buen presente”, cuenta Varrone, que ya dio sus primeros pasos en la F2 con pruebas en Abu Dhabi a fines del año pasado. “Nos fue muy bien, terminando segundos con solo un día de test. Eso nos habilitó a entrar un poco al mundo F2 y a tener contacto con diferentes equipos”.
Aunque las butacas para 2025 ya estaban casi cerradas, Nico no detiene su preparación:
“Estamos realizando test con equipos de la categoría, con autos de vieja generación. Próximamente va a haber otro test con otra escudería, lo cual obviamente es muy esperanzador. Eso generó muchísimo interés de nuevos sponsors que se sumaron al proyecto”.
El contexto también acompaña. La Fórmula 1 vive un nuevo boom global y el público argentino responde con una pasión que no se veía desde los años dorados. “La F1 volvió a ser lo que era hace muchos años, quizás en los 90 o en los 80. Es muy positivo para el deporte en general”, afirma.
Un recorrido lleno de curvas, pero con final abierto
La historia de Varrone no es la de un piloto que siguió una línea recta hasta la élite del automovilismo. Al contrario: es la de un joven que supo reinventarse y crecer en otros terrenos para volver más fuerte.
“Corrí en categorías de fórmula durante varios años al comienzo de mi carrera, pero por temas económicos tuve que finalizar ahí y me pasé al mundo de la resistencia”, explica.
Allí brilló: fue campeón mundial, ganó dos veces las 24 Horas de Le Mans y también las 24 Horas de Daytona. Hoy es piloto oficial de Corvette, bajo el ala de General Motors, la misma estructura que planea desembarcar en la Fórmula 1 con Cadillac en 2026.

Ese vínculo podría ser una llave a futuro: “Obviamente que hay una conexión. Ya estamos adentro de la familia. Si se llega a dar la chance de F2 y las cosas salen bien, siempre hay una chance quizás de poder entrar ahí”.
Con los pies en la tierra, pero el sueño intacto
Aunque evita promesas apresuradas, Varrone no oculta su ilusión: “No sabría decirte si voy a poder debutar este año o el próximo, pero estamos trabajando para que sea lo antes posible. Sería un sueño estar en F2. Pensar en F1 ya sería una locura”.
Y cierra con un mensaje claro, cargado de esperanza:
“Muy agradecido a los sponsors que se sumaron en este último tiempo para apoyarme. Seguimos trabajando para hacer los sueños realidad”.
Mientras el automovilismo argentino vive un nuevo auge, Nicolás Varrone avanza con pasos sólidos para convertirse en otra de las grandes esperanzas de una generación que volvió a creer.