Fuera del radar
Nadie encuentra a Taylor Swift y se paraliza un demanda por plagio

Una artista le reclama por el uso no autorizado de presuntos fragmentos de sus poemas. Cuántos millones pide.
El proceso que Kimberly Marasco, artista y poetisa con residencia en Florida, inició contra Taylor Swift por presunto plagio de sus textos en los álbumes Lover, Folklore, Midnights y The Tortured Poets Department está paralizado ante la imposibilidad de notificar formalmente a la cantante.
Marasco reclama 25 millones de dólares por el uso no autorizado de fragmentos de sus poemas, que alega aparecen reproducidos en las letras de Swift y en la estructura narrativa de varias canciones.
La demanda, presentada el 28 de febrero de 2025 en el Tribunal Federal del Distrito Sur de Florida bajo la supervisión de la jueza Aileen Cannon, incluye como co-demandados a los productores Jack Antonoff y Aaron Dessner, así como a Universal Music Group y Republic Records.
Sin embargo, según la normativa federal, ningún acusado puede responder hasta haber sido notificado válidamente, y Swift sigue oficialmente fuera del alcance de las citaciones.
En un intento por cumplir con el requisito de la “servicio de proceso”, Marasco ha recurrido a oficinas del sheriff en al menos cuatro estados. En California, un servidor judicial visitó una propiedad vinculada a Swift pero no logró confirmación de su presencia; sucesivas visitas de los alguaciles los días 26 y 27 de marzo y 2 de abril fueron recibidas por guardias de seguridad que negaron el ingreso y afirmaron que la artista “no estaba en casa” Newsweek Threads.
Un intento similar en Tennessee fracasó cuando el agente del sheriff del condado de Davidson halló que, aunque Swift figura como propietaria de un inmueble, no reside allí, lo que derivó en una declaración de “no notificación”.
En Rhode Island, el guardia de la residencia bloqueó al servidor judicial y ordenó que los documentos se dejaran en la estación de policía más cercana, advirtiendo que un nuevo intento de entrega podría interpretarse como allanamiento Newsweek Threads.
Ante estos obstáculos, Marasco solicitó a la jueza Cannon una extensión del plazo para completar la notificación y autorización para métodos alternativos de entrega, como publicación en un medio oficial o entrega a un representante legal en Estados Unidos. Cannon advirtió que, de no obtenerse una notificación válida en el nuevo plazo, el caso podría ser archivado sin que se entre al fondo de la cuestión.
La demanda detalla ejemplos concretos de supuesta apropiación: el tema “The Man” de Swift, que habla de la frustración de una mujer que corre “tan rápido como puede” y cuestiona si “llegaría antes si fuera un hombre”, Marasco lo vincula con su poema “Ordinary Citizen”, donde escribe “I’m running behind … No one will listen / Because I’m only an ordinary citizen”. También compara versos de “I Can Do It With a Broken Heart” con su propio texto: “what I found is that when you write from your heart, it results in a work of art” frente a “I cry a lot but am so productive, it’s an art / I can even do it with a broken heart”.
Marasco sostiene que estas similitudes no son coincidencia, sino fruto del acceso que Swift y sus colaboradores tuvieron a sus poemas, publicados en plataformas digitales y redes sociales antes de la salida de los discos. La escritora ya había intentado sin éxito una demanda en 2024, que terminó con Swift excluida pero con Taylor Swift Productions, Inc. aún en la causa.
El estancamiento del proceso subraya las dificultades prácticas para que un creador menos conocido haga valer sus derechos frente a una superestrella global. Mientras los plazos se extienden y la jueza Cannon vigila el cumplimiento de las normas procesales, el fondo del reclamo va a seguir sin resolución.
Este caso se suma a otros litigios por derechos de autor que involucran a Taylor Swift, incluyendo reclamaciones sobre “Shake It Off” y “Looks Like Something Went Wrong”.
Por ahora, la pregunta clave es si Marasco logrará notificar válidamente a Swift y así forzar una respuesta judicial que permita avanzar hacia la evaluación de las pruebas de plagio. Mientras tanto, sigue el misterio: ¿dónde está Taylor Swift?