Congreso
LLA marcó la cancha en Diputados
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El bloque libertario impuso agenda, exhibió unidad y dejó atrás las lógicas tradicionales del Congreso.
La jornada de jura en la Cámara de Diputados dejó algo más que formalidades: mostró, con absoluta claridad, la fortaleza política y la cohesión del bloque de La Libertad Avanza, que se convirtió en el eje indiscutido de la escena parlamentaria. Allí donde otros exhibieron enojos, gritos o gestos provocadores, los diputados libertarios demostraron organización, convicción y una presencia que marcó el clima del día de principio a fin.
El presidente Javier Milei asistió acompañado de parte del Gabinete y, apenas apareció en el palco, la respuesta fue inmediata: una ovación cerrada de sus diputados, reverencias incluidas, y un canto espontáneo de “Presidente, Presidente”. Fue una postal política inédita: un bloque entusiasmado, compactado y orgulloso de acompañar el rumbo que eligieron millones de argentinos.
Mientras desde sectores peronistas surgían murmullos, quejas por protocolos de seguridad e incluso algunas escenas de enojo por ascensores bloqueados, los libertarios se mantuvieron enfocados en su objetivo, reforzando la idea de que el Congreso ya no funciona bajo las lógicas de siempre.
Un bloque ordenado, presente y sin complejos
A diferencia de otros espacios que improvisaron durante la sesión, LLA mostró disciplina interna. En cada banca había un papel con nombre y apellido del legislador correspondiente, señal de un orden poco habitual en un recinto donde abundan las tensiones y los desbordes.
La llegada de Milei profundizó ese clima de mística: aplausos, pulgares en alto, intercambios de gestos y un notorio sentido de pertenencia. La sinergia con el Presidente fue visible: cada saludo, cada mirada y cada gesto reflejaron que la nueva fuerza política no solo creció en número, sino también en identidad y claridad programática.
Mientras en varios sectores opositores se escuchaban mensajes repetidos como “la Patria no se vende”, desde el bloque libertario surgió una respuesta tan contundente como ordenada:
“Libertad, libertad”, el lema que define no solo un grito sino una postura política.
Los cruces que expusieron dos estilos
La sesión también dejó en evidencia dos maneras muy distintas de posicionarse frente al debate público. Por un lado, la oposición recurrió a gestos disruptivos, gritos e incluso teatralizaciones. Juan Grabois eligió convertir su jura en un acto performático, con saludos de películas y señas dirigidas a diputados libertarios.
Del otro lado, LLA respondió con firmeza pero sin perder la compostura, reforzando un mensaje político claro: el Congreso debe recuperar orden, responsabilidad y reglas básicas de convivencia democrática.
Incluso cuando algunos diputados de izquierda o del kirchnerismo lanzaron insultos —como el famoso “andá a bañarte”—, los libertarios mantuvieron su estrategia: no dejar pasar ninguna provocación, pero siempre desde el terreno político, no desde la agresión personal.
LLA como nuevo eje del Congreso
Otro dato relevante fue que, mientras el peronismo insistía en juras dedicadas a figuras partidarias, los diputados libertarios reafirmaron conceptos institucionales, ideas de libertad y defensa de la República. El contraste fue evidente y marcó el tono que tendrá la nueva composición legislativa.
En los palcos y en el recinto, Milei acompañó cada gesto de su bloque con pulgares en alto y saludos de aprobación. La imagen final del día fue inequívoca: LLA se consolidó como la primera minoría y el grupo más dinámico del Parlamento, con 95 legisladores listos para impulsar el cambio que prometieron en campaña.
Una jornada que anticipa un cambio profundo
Lo que dejó la jura no fue solo una foto institucional, sino una señal clara de cómo se moverá la política argentina en los próximos años. Mientras buena parte de la oposición mostró viejas prácticas —gritos, consignas repetidas, ataques personales—, La Libertad Avanza se presentó como un bloque moderno, alineado, enérgico y decidido a marcar agenda.
Fue, en definitiva, un día donde los libertarios no solo ocuparon sus bancas: ocuparon el centro de la escena política, confirmando que el Congreso ya no será el mismo.

