Tres libros para descorchar
Lecturas que maridan con vino

/https://newstadcdn.eleco.com.ar/media/2025/10/libros_vinos.png)
En medio de todo el quilombo político y los números que no cierran, un poco de vino y lectura puede ser un gran alivio.
En estos tiempos y con estos ritmos, es muy fácil caer en la idea de que si no “somos tal” no podemos pertenecer. Pero déjenme decirles algo: no hace falta ser sommelier, enólogo, bodeguero, hijo de…, amigo de… ni influencer para disfrutar una buena copa de vino y menos si es acompañada de una sabrosa y entretenida lectura. En un país en que reina la discusión y los haters, lo más sano es recurrir al antídoto de tomar distancia, y recordar aquella memorable frase del más grande de todos los tiempos: "Los boludos son como las hormigas: están en todos lados", Diego Armando Maradona.
Por eso, desde Maridaje, te traemos tres libros distintos, ideales para leer despacio, con un rico vino y poder dedicarle algo de tiempo a uno mismo:
Vinos de capa y espada — Pablo Lacoste (2013)
Un libro que se lee como una novela de aventuras, pero que en el fondo habla de nosotros. Pablo Lacoste, gran historiador mendocino, cuenta cómo el vino fue protagonista en la historia de América del Sur. Entre conquistadores, virreyes y campesinos, muestra cómo el vino acompañó guerras, festejos y sueños.
No es un texto académico; es un relato que el autor encarna con mucha pasión la tenacidad de los cuyanos para desarrollar la industria vitivinícola.
Lacoste logra que el vino sea más que una bebida: lo convierte en símbolo de identidad y resistencia cultural. Hace que el valor de la cultura siempre esté emparentada con el vino, porque en definitiva el vino es cultura.
Es un libro ideal para leer con ese Malbec que tanto atesoras y guardas para momentos únicos como este.
El gusto del vino — Émile Peynaud (1987)
Es como la obra maestra de uno de los padres y referentes de la enología moderna. Es algo técnico pero sin ser un embole. Peynaud, enólogo e investigador francés, explica cómo se forma el gusto, cómo se cata y qué factores influyen en lo que sentimos al probar un vino. Capaz, más apuntado a los vinófilos y curiosos.
Aunque se publicó hace casi cuarenta años, sigue siendo actual. Es como un libro de culto, y cada capítulo combina ciencia y sentido común con un lenguaje claro. Es un libro que ayuda a mirar la copa con más conciencia y menos selfies.
Ideal para leer con un blanco frío o un rosado bien fresco, y que nos invite a poner un poquito más de atención y cabeza en el contenido y no tanto en el vino.
/https://newstadcdn.eleco.com.ar/media/2025/10/el_gusto.jpg)
El sabor del éxito — Gérard Basset (2021)
Basset fue campeón mundial de sommeliers, un tipo que lo logró todo, pero desde muy abajo.
Este libro, publicado un poco después de su muerte, es su autobiografía y también una buena lección de vida. Habla del esfuerzo, del amor por lo que uno hace y de la humildad, una palabra que a veces se olvida entre tantas etiquetas. Nos enseña a no darnos por vencido fácilmente. Nos habla de constancia, dedicación, perseverancia y contención. Básicamente, muchos de los pilares de la vida.
No hay fórmulas mágicas ni frases hechas: hay humanidad, pasión y aprendizaje.
Más que sobre vino, es un libro sobre cómo encontrarle sentido a lo que hacemos todos los días. Este hermoso libro se lo recomendaría a cualquier inicial de la carrera de Sommellerie pero también a muchas otras personas comunes a la vida del gran Gérard.
Ideal para leer al atardecer, con un Pinot Noir o el vino que más te conecte con vos mismo. Recomiendo que dispongan de tiempo porque es un libro que te lo devoras en cuestión de horas.
/https://newstadcdn.eleco.com.ar/media/2025/10/basset2.jpg)
Para cerrar decirles que tanto el vino y como los libros ofrecen otra clase de refugio: el de la pausa, tranquilidad y placer. Porque si algo enseña el vino es eso; a bajar un cambio, a mirar, saborear, pensar y disfrutar.
En definitiva, todo libro como todo buen vino, se disfruta más cuando uno se toma el tiempo de imaginarlos, vivirlos, razonarlos y compartirlos.
¡Chin Chin!