Una voz incómoda para el progresismo
Leonardo Orlando: censurado en París, desafía la ideología de género

Periodista.
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El doctor en Ciencias Políticas fue cancelado por dictar cursos que desafiaban el enfoque dominante sobre género.
En un mundo donde lo políticamente correcto suele marcar la agenda del discurso y la narrativa, y donde pensar diferente invita incluso al silencio, surgen voces que, en lugar de buscar la aceptación generalizada, optan por la confrontación intelectual basada en la evidencia. Una de estas voces es la de Leonardo Orlando, un académico de peso, doctor en Ciencias Políticas por Sciences Po París, magíster en Filosofía por la Sorbona y posdoctor en Ciencias Cognitivas y Psicología Evolucionista en la prestigiosa École Normale Supérieure.
Si bien sus títulos impresionan, es su frontal crítica contra la “ideología de género” la que lo coloca en el escrutinio público. En 2022, Leonardo fue censurado precisamente por el prestigioso instituto donde se formó, Sciences Po París, que le canceló dos cursos que estaba por dictar, hecho que tuvo gran repercusión en la opinión pública. El investigador aborda el tema de género con una sólida base en psicología evolucionista, filosofía y ciencias políticas.
El académico fue recibido por la Fundación Faro, donde expuso “La ideología de género: un terraplanismo institucionalizado”, un tema que se ha instalado fuertemente en las instituciones y en la sociedad. Su participación generó gran expectativa entre un público ansioso por escuchar su punto de vista en un espacio abierto al debate y a la libertad de expresión. Orlando no estuvo solo: compartió el estrado con el célebre escritor y figura destacada de "La Batalla Cultural", Agustín Laje. La dupla centró gran parte de su exposición en criticar el concepto de "tercer género", considerándolo una construcción sin sustento científico.
Definición del sexo como binario biológico
Su tesis central sostiene que el sexo es una realidad biológica innegable, un binario (macho y hembra) tallado por millones de años de evolución. Esta afirmación se enfrenta a las narrativas predominantes que postulan el género como una construcción social, como si la teoría de la evolución y la genética no existieran. Para Orlando, las ciencias sociales actúan como si la biología no existiera: minimizar o negar estas diferencias biológicas es un "negacionismo" que cae en el absurdo, casi como defender que la Tierra es plana, ya que carece de base científica.
Psicología evolucionista como sustento biológico
El profesor recurre a la psicología evolucionista para sustentar su tesis. Asegura que los patrones universales de comportamiento, las preferencias, inclinaciones e intereses tienen raíces profundas en nuestra biología, como respuesta a procesos adaptativos en la evolución de la especie humana, y que trascienden las costumbres culturales.
¿Qué buscan los hombres?
Para Orlando, esta búsqueda se resume en dos rasgos básicos: belleza y juventud.
¿Qué buscan las mujeres?
Es más complejo. Las mujeres tienden a fijarse en características como la inteligencia, la ambición, la fidelidad, el nivel educativo, la estabilidad financiera y emocional, y los recursos. Desde el punto de vista biológico, esto se explica porque el hombre ha sido históricamente visto como el “proveedor”, quien salía a cazar y alimentar a su familia.
Crítica al gobierno de Alberto Fernández y consecuencias de la ideología de género
Orlando también alza la voz para denunciar las posibles consecuencias dañinas de la ideología de género. Señala una potencial patologización de la disforia de género y advierte que la implementación de políticas públicas que, según él, ignoran la biología, podría conducir a resultados que ponen en riesgo la salud y la vida de las personas, especialmente al someter a niños a procesos de hormonación y cirugías riesgosas.
Durante el gobierno del expresidente Alberto Fernández, las políticas públicas buscaron implementar diversas medidas en favor de la igualdad de género. Una de las primeras fue la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, con el objetivo de transversalizar la igualdad y erradicar las violencias.
El gobierno de Fernández impulsó el Plan Nacional de Igualdad en la Diversidad, la legalización del aborto y amplió los derechos LGBTI+, reafirmando el derecho a la identidad y la inclusión. También apoyó el uso del lenguaje inclusivo y la Educación Sexual Integral (ESI). Fernández se posicionó de esta forma como un referente del feminismo, justificando sus acciones como necesarias para alcanzar una sociedad justa e igualitaria, en contraste con las críticas que tildan estas políticas como parte de una “ideología de género”.
Sin embargo, para contrarrestar esta ideología, considerada difícil de revertir, el actual gobierno presidido por Javier Milei decidió eliminar el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, alegando irregularidades y calificándolo como un “curro” del gobierno anterior por el gasto excesivo que generaba. En cuanto al contenido de algunos textos de ESI, como Cometierra, se cuestiona que su lenguaje resulta poco fiable, sugestivo y científicamente infundado para los más jóvenes.
¿Qué se viene para Leonardo Orlando?
El 15 de octubre publicará su libro en coautoría con la filósofa Peggy Sastre, titulado: Sexe, Science et Censure. Les vérités taboues de la guerre du genre (“Sexo, ciencia y censura. Las verdades tabúes de la guerra de géneros”).
