Voz eterna
Lennon: 45 años después del disparo que cambió la música

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El destino escribió una tragedia, pero la historia convirtió aquel día en una llama que aún no se extingue.
Han pasado 45 años desde la noche en que Nueva York se convirtió en tragedia. John Lennon cayó frente al Dakota y, de pronto, la historia de la música quedó partida en dos. Pero cuando una vida está hecha de ideas, no muere.
John Lennon no fue solo un músico. Fue un temblor cultural.
El símbolo de una época que quiso cambiarlo todo: la política, la moral, el sentido de comunidad, el modo de amar. Su nombre todavía late cuando se habla de paz, cuando se canta contra la guerra, cuando alguien sueña con un mundo más justo y más simple.
Hoy, 8 de diciembre de 2025, el mundo vuelve a recordarlo.
Y lo interesante es que seguimos haciendo algo extraño: seguimos haciéndole preguntas. Lennon murió hace décadas, pero cada generación vuelve a interrogarlo como si estuviera vivo. Como si todavía pudiera contestar.
La película que lo hirió
Cuando hablaba de Let It Be, película que la banda filmó en 1970, Lennon no escondía la herida. Decía que la película lo entristecía, porque había sido hecha “por Paul y para Paul”. Sentía que, desde la muerte de Brian Epstein —el manager que era sostén y brújula—, los Beatles habían comenzado a deshacerse.
Se ve con claridad en su recuerdo: “la banda se sintió reducida a ser el proyecto personal de McCartney. No había odio, había una desilusión inmensa. La ilusión de cuatro amigos se había convertido en la presión de un solo capitán”.
La muerte de Epstein: el verdadero principio del final
Lennon nunca creyó en la versión romántica de la ruptura.
Para él, el punto exacto donde todo se quebró fue la muerte de Brian Epstein.
A partir de ese día, decía, colapsaron.
Paul asumió el liderazgo y quiso mantener al grupo unido como fuera.
Lennon lo veía distinto: sentía que Paul los conducía en círculos, convencido de que ellos debían agradecerle la insistencia, cuando en realidad los mantenía juntos “para su propio beneficio”.
El mito dice que Yoko separó a los Beatles.
La historia real que cuenta Lennon es mucho más amarga:
el grupo murió de duelo.
La sociedad Lennon–McCartney había terminado mucho antes
Otra verdad incómoda: una de las duplas más míticas de la historia había muerto en silencio. Lennon contaba que su sociedad con McCartney se había terminado en 1962, aunque el mundo siguiera creyendo que componían a cuatro manos en un piano mágico.
Seguían firmando juntos.
No seguían escribiendo juntos.
El brillo era real, pero la intimidad creativa ya había desaparecido.
En Sgt. Pepper aún hubo chispas —como en “A Day in the Life”—, instantes de genialidad compartida. Una línea inspiraba a la otra y viceversa. Pero eran destellos, no un método.
Cuando Lennon contaba esto no buscaba degradar el mito: buscaba contarlo como lo vivió. Sin nostalgia ciega, sin museos.
El día que se fue
Lennon no se despidió con teatralidad.
Se cansó.
En una reunión, después de decir “no” a todo lo que Paul proponía, soltó la frase que partió a la historia: “Ya está. El grupo ha terminado. Me voy.”
Lo sorprendente es que, aunque él fue quien lo decidió, el mundo se enteró por McCartney meses después, cuando Paul usó la noticia para impulsar su disco solista. Lennon confesaba que se sintió un idiota por no haber hecho lo mismo.
No estaba enojado:
estaba asombrado de la estrategia.
Para él, Paul era el mejor relacionista público del planeta.
La historia volvió espectáculo incluso la despedida.
La noche en el Dakota
La historia la sabemos:
Chapman lo esperó frente a su edificio.
Horas antes, Lennon le había firmado el disco Double Fantasy sin imaginar que esa tapa era su epitafio.
Cinco disparos a quemarropa.
Cuarenta años.
Y un mundo que se quedó sin aire.
Chapman fue detenido allí mismo, con El guardián entre el centeno en las manos. Nunca salió de prisión. Nunca van a liberarlo, lo sabemos.
Pero su gesto no terminó con Lennon: lo hizo eterno.
Por eso Lennon es infinito
Lennon sigue conversando con nosotros, aunque la conversación sea con un fantasma luminoso.
Su mensaje no envejece porque la humanidad sigue necesitando imaginar otra cosa.
Cuando hay guerra, su voz vuelve.
Cuando hay cinismo, su honestidad vuelve.
Cuando hay miedo, alguien pone Imagine.
Lennon murió el 8 de diciembre de 1980.
Lennon sigue vivo en 2025.
Mientras sigamos haciéndole preguntas, él seguirá respondiendo.
Aunque ya no esté.
