Largaron: Karina y Valenzuela vs Santiago y Santilli en Buenos Aires

El triángulo de Hierro sigue existiendo, las aristas un poco más tensas cada semana, pero está. La construcción de poder terriorial que ambiciona Karina Milei está anotada en una hoja y tiene como norte la reelección de Javier Milei por cuatro años más, y el desembarco liberal con Diego Valenzuela como gobernador en Buenos Aires. Ese es el sueño violeta de una arista violeta del triángulo. Los leales al pensamiento de Karina, “El Jefe”, saben que es eso o ser opositor a la persona a la que el Presidente le confía absolutamente todas sus miradas políticas. 

Javier Milei tiene un objetivo claro: ganaron la batalla cultural, el Peronismo es un perdigoneo de dirigentes que oscilan entre la privación de la libertad, el procesamiento o los seis puntos de intencion de voto. La goleada liberal no es discutible, como todo arma de doble filo, puede ser la confirmación del surgimiento de un espacio político con política y territorio, o una experiencia más donde el ego y la ambición personal destruye un contexto inimaginable. Karina Milei ya decidió, buscará que un liberal gane Buenos Aires y buscará generar una interna que amplíe la base de sustentación lo suficiente para que el Peronismo pierda dividido y los liberales no tengan fugas evitables. 

Diego Valenzuela hizo algo raro, fue leal desde temprano, algo que no se suele ver con buenos ojos en un sistema tan corrompido y utilitario como el argentino.  En un ecosistema donde buena parte de la militancia se genera a traves de cuentas de X anónimas con avatars y oportunistas que sacan la garrocha al compás de las derrotas para seguir perteneciendo siempre, Valenzuela cometió el error de sincerar una pertenencia política y afectiva para enrolarse en el lado violeta de la vida. Javier Milei lo valoró mucho y Karina Milei más, era el primero que se sumaba y encima gobernando un territorio, algo que por ahora desconoce el liberalismo bonaerense. 

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La presencia del karinismo fue fuerte, determinante y desafiante. Lilia Lemoine expresa las ideas de Karina y Javier Milei. No tiene, ni tuvo, ni le interesa tener ambiguedad en sus lealtades. Es sólo la dupla Milei la que representa, lo mismo Ramón Nene Vera, quien se hizo presente junto al representante del inentendible Parlasur, Ivan Dubois, parte de la estructura financiera de la campaña anterior. Son leales a Javier y Karina, y se enfrentarán abiertamente a Santiago Caputo si hace falta. 

Santiago Caputo mandó dos dirigentes de talla menor para que el vacío no fuera total, pero tan desconocidos eran que su presencia no fue advertida por los oradores. En redes, Agustín Romo aprovechó para sostener la hostilidad digital, eso que las filas del caputismo tan bien sabe hacer, y opinó de fórmula 1 mientras Karina Milei explicaba por qué había que votar a Javier Milei y sostener el proyecto liberal. ¿Sabrá Santiago Caputo que Karina Milei confirmó que Romo tuitea después que Caputo aprueba ese tipo de enfrentamientos y que lo considera una agresión de su parte? De ser así, la tensión de las dos aristas del triángulo sólo irá creciendo hasta que Javier Milei decida entre su hermana y su asesor.

Santiago Caputo está volcado a la construcción de Diego Santilli gobernador, quien desembarcó en el ministerio del Interior tras un desplume importante de los “ravioles”, como se llama a las áreas de cada lugar del estado donde habitan nóminas, presupuestos y gastos de caja chica, eso que Santilli conoció treinta años atrás cuando como militante del Peronismo porteño ingresó a la política. Cree Caputo que si construye un súper Santilli, podrá doblegar las intenciones del Jefe y Javier Milei.

El conocimiento de Diego Santilli del Estado le da tranquilidad a Santiago Caputo, logró hacerse del ministerio de Espacio Público porteño, fue diputado, senador nacional, tuvo a cargo la legislatura porteña y logró sobrevivir al desprecio intacto que tiene Mauricio Macri por su forma de actuar en la política. Macri siempre afirmó en privado que Santilli es esencialmente un dirigente corrupto y sin capacidad de generar políticas públicas que sumen al proyecto político. Por eso en 2013 le confirmó que se iría como senador nacional tras la denuncia por el préstamo de medio millón de dólares de un prestamista de servicios del estado porteño como Marcos Podesta, que logró devolver en seis meses, esas situaciones que sólo la combinación de matemáticas y política puede generar.

Santiago Caputo confía en que la sonrisa de Santilli le permitirá evitar roces con Karina Milei y será entonces su seguro de caución en tiempos de turbulencias venideras. Más de un fiscal empezó a preguntar por cargos en áreas de transporte que terminan en dirigentes que responden directamente a Santiago Caputo, pero que todavía nunca ficharon en dichos edificios. Lo mismo en ARCA y otros lugares donde el sistema se repite. 

Un dirigente de confianza de Karina Milei ofreció un informe claro de cargos y montos de dirigentes que responden al asesor estrella. Milei lo vio y lo guardó, no sabemos hasta cuándo. Algunos incumplimientos de palabra por parte de Caputo le generaron más de un enemigo, por lo cual deberá estar atento como nunca a la hora de equivocarse, más de un funcionario judicial busca comprobar corrupción que lo termine de empetrolar como a un pinguino. 

Mientras tanto, Karina Milei se refugia en la construcción del proyecto de reelección de su hermano y la territorialidad. Martin Menem se perfila como candidato en La Rioja tras el desastre populista de Ricardo Quintela, quien no goza de aprobación ni dentro del Peronismo y su provincia es la más atrasada en materia turística junto a Catamarca, la más endeudada tras la emisión de CHACHOS y la que peores sueldos paga a los empleados municipales. 

Estamos a casi dos años de las elecciones a gobernador, pero Karina Milei puso primera.